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Coma

Te explicamos qué es la coma, cómo puede aparecer en un texto, su origen e historia. Además, los diferentes usos de la coma.

¿Qué es la coma?

La coma es uno de los signos de puntuación más comunes y significativos, que introduce en el texto una pausa breve, para separar frases o palabras pertenecientes a una misma oración o a un mismo bloque de ideas. Algunos de sus usos son muy específicos y fáciles de recordar, mientras que otros son más complicados y responden al estilo de escritura de cada quien, o sea, al ritmo prosódico que caracteriza su manera de escribir.

La coma (,) generalmente aparece sola, o formando parte del punto y coma (;), pero siempre se escribe como un punto dotado de un pequeño rabillo o cola. Siempre se ubica inmediatamente al pie de las palabras y se interpreta como una pausa breve, apenas necesaria para tomar aliento y continuar con la lectura.

Desde luego, como los demás signos de puntuación, la coma no existió siempre en el idioma, sino que es fruto de un largo proceso histórico de evolución de la escritura, dado que en la antigüedad occidental los caracteres griegos o latinos se escribían sin espacios entre uno y otro, y sin ningún tipo de signos que los separaran o aclararan la entonación específica con que debían leerse.

Por eso, los lectores y estudiosos debían aprender primero de qué hablaba el texto antes de poder leerlo en voz alta de manera correcta. Por otro lado, un texto desconocido era prácticamente imposible de leer bien de buenas a primeras.

Para resolver esa dificultad, Aristófanes de Bizancio (c. 257-180 a. C.), quien trabajaba en la famosa Biblioteca de Alejandría, diseñó un mecanismo de tres tipos de anotación: arriba, en medio y debajo de cada línea de texto, que servía para marcar las pausas en la lectura. Así nacieron la comma (entonación alta), colon (entonación media) y periodus (entonación baja).

El sistema de Aristófanes no tuvo demasiado éxito, dado que los romanos valoraban más el habla que la escritura. Pero siglos después este método fue reformulado por los escribas cristianos, a la cabeza de los cuales estuvo Isidoro de Sevilla (c. 556-636), quien les asignó a cada signo un rol ligeramente distinto: pausa breve, pausa media y pausa larga.

Así crearon la coma, tal y como la usamos hoy. Sin embargo, se llamaba subdistinctio o punto bajo, opuesto al distinctio finalis o punto alto, precursor del punto moderno.

Por último, la llegada de la imprenta en el siglo XV puso fin a los cambios tipográficos de estos signos, congelando en el tiempo la forma de la coma hasta nuestros días.

No debemos confundir la coma con «el coma», un estado médico en que el paciente se muestra vegetativo.

Ver además: Signos de puntuación

Usos de la coma

La coma es un signo de puntuación muy utilizado, tanto en la escritura convencional, como en la notación matemática. Pero mientras que en esta última se utiliza para marcar el inicio de los decimales de una cifra ($1,00) o, en los países anglosajones, para marcar las cifras de miles ($1,000), en la escritura ordinaria los roles de la coma abarcan lo siguiente:

  • Para separar elementos de una enumeración. La coma aparece como separador de lo que sea que se enumera, tanto cosas, nombres o cifras, como frases enteras. En el caso en que se esté enumerando frases enteras con comas propias, es común que la enumeración se separe entonces usando el punto y coma.

Por ejemplo: “Anoche comimos una ensalada de papa, lechuga, tomate y cebolla”.

  • Para marcar el inicio y el fin de un inciso. Los incisos son cláusulas optativas que aparecen en medio de una oración, y que brindan información adicional, sin entrometerse en el funcionamiento normal del texto. Es decir, pueden leerse u omitirse, sin que ello produzca efecto sintáctico alguno. Usualmente contienen aclaratorias, explicaciones o ejemplos, y aunque se los suele enmarcar entre comas, también podría hacérselo entre paréntesis o corchetes.

Por ejemplo: “Simón Bolívar, El Libertador, nació en Caracas en 1783”; o también: “Mi padre, que es ingeniero forestal, nos trajo ayer semillas de sésamo”.

  • Para construir el vocativo. Se llama vocativo al llamado que se hace por escrito a una persona, por su nombre, y que va separado por coma del resto del saludo o llamado.

Por ejemplo: “¡Hola, Pedro!”; o también: “¿Puedes venir a buscarme, mamá?”; o incluso: “Levántate, Lázaro”.

  • Para producir una elipsis en la oración. Una elipsis es una omisión, algo que se deja de decir porque está sobreentendido o no hace falta, y la manera usual de hacerlo en la oración es sustituyendo lo omitido por una coma.

Por ejemplo: “María trajo sus cuadernos; Patricia, no”.

  • Para separar ideas y dar fluidez a la prosa. Este es el uso más complejo de la coma, ya que se trata en su mayoría de veces de un uso optativo, circunstancial y propio del estilo de escritura de cada quien. Sin embargo, la norma suele consistir en que, cuando no se violenta la sintaxis (por ejemplo, incluyendo coma entre sujeto y verbo principal de oración cuando no se trata de un inciso), ni se rompe el sentido natural de la oración, la coma bien puede usarse para dar pausas al lector entre una oración y la siguiente.

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Referencias