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Causas y consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Te explicamos qué fue la Primera Guerra Mundial, los países involucrados y cuáles fueron sus causas y consecuencias.

Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918), conocida en su momento como la “Gran Guerra” o simplemente la Guerra Mundial (pues se ignoraba que luego habría una segunda), fue uno de los eventos bélicos internacionales más destructivos y de mayor impacto geopolítico en la humanidad del siglo XX.

Se estima que más de 70 millones de militares se movilizaron para el conflicto, provenientes de una veintena de países diferentes. Su impacto humano y político fue superado únicamente por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Esta “Gran Guerra” comenzó en Europa el 28 de julio de 1914, se extendió a lo largo de cuatro largos y sangrientos años, durante los cuales se enfrentaron a muerte las fuerzas de la Triple Entente y las llamadas Potencias Centrales.

El primer bando inicialmente reunía a Francia, el Imperio británico y el Imperio ruso. Más tarde se les sumaron Portugal, los Estados Unidos, Bélgica, el Imperio japonés, la República de China y los entonces reinos de Italia, Grecia, Rumanía, Serbia y Montenegro.

Por su parte, las Potencias Centrales eran el Imperio austrohúngaro, el Imperio alemán, el Imperio otomano y el Reino de Bulgaria, junto con sus aliados estratégicos en África y Asia.

La magnitud del conflicto fue tal, que el balance del poder político y económico del mundo cambió de manera radical luego de sus cuatro años de duración, y además costó la vida de millones de personas de diferentes nacionalidades. A continuación explicaremos las causas que desataron el conflicto y las consecuencias abrumadoras que trajo consigo.

Ver también: Guerras mundiales

Causas de la Primera Guerra Mundial

Las principales causas de la Primera Guerra Mundial fueron las siguientes:

1. La competencia entre las potencias imperiales europeas

A lo largo del siglo XIX, Europa cimentó su dominio económico, tecnológico y militar sobre el mundo entero, estableciéndose como una gran potencia colonial en África y Asia. Sin embargo, el reparto de los beneficios no fue nunca equitativo: países como Francia y Gran Bretaña controlaban industrialmente al continente, mientras que Italia y Alemania, naciones que habían tardado más en formarse, veían frustradas sus ambiciones.

Esto condujo a un escenario de antagonismo entre las potencias coloniales y a la formación de alianzas y grupos políticos rivales, en franca competencia económica, política y militar. Muchos de ellos, además, eran fruto de guerras pasadas en el siglo XIX, como la eterna rivalidad entre Francia y Alemania.

2. El auge del nacionalismo europeo

La idea de un país como un Estado-nación con una cultura propia, una identidad propia y un proyecto político propio surgió a comienzos del siglo XVII, pero ya a finales del XIX había cobrado importancia en el ordenamiento de Europa. Ello dio origen a nuevas tensiones de tipo étnico, especialmente en la Europa del Este.

Por ejemplo, en Bosnia y Herzegovina, antiguos territorios otomanos reclamados por el Imperio austrohúngaro, existían proyectos de Estados eslavos autónomos o de anexión al Reino de Serbia, protegido del Imperio ruso. A comienzos de 1914 ya la región había vivido dos guerras locales y se la conocía como “el polvorín de Europa”, pues en cualquier momento podía encenderse y volver a estallar.

3. El surgimiento de nuevos poderes industriales

Europa era, a comienzos del siglo XX, el centro industrial del planeta, pero empezaban a surgir competidores importantes como Estados Unidos y Japón. La influencia de estas potencias insurgentes ejerció más presión aún sobre las tirantes relaciones entre los poderes europeos tradicionales.

4. La creación y renovación del sistema europeo de alianzas

La Gran Guerra se produjo porque muchas naciones se vieron involucradas y/o arrastradas al conflicto. Esto sucedió debido a los tratados de alianza y asistencia mutua existentes entre los integrantes de ambos bandos, algunos de los cuales provenían del siglo pasado.

Justamente, previendo un conflicto paneuropeo en el futuro inmediato, la mayoría de las potencias dedicaron su poderío industrial a fabricar y desarrollar armamento de guerra, en un frágil estado de “paz armada”.

5. El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en 1914

El detonante de la guerra fue el asesinato de este joven noble, heredero al trono autrohúngaro, en la ciudad de Sarajevo, en Bosnia-Herzegovina. Su asesino fue el extremista político Gavrilo Pincip, perteneciente a la organización ultranacionalista serbia Mano Negra.

Un mes después de cometido el asesinato, el emperador austrohúngaro declaró la guerra al Reino de Serbia, que al ser protegido del Imperio ruso, arrastró a la alianza ruso-francesa al conflicto, y con ella también a los británicos, mientras que Alemania se aliaba al Imperio Austrohúngaro. Este fue realmente el detonante de la Primera Guerra Mundial, más que una causa.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Las principales consecuencias de la Primera Guerra Mundial fueron las siguientes:

1. Una pérdida enorme de vidas humanas y recursos materiales

Se estima que entre 7 y 8,5 millones de soldados y entre 10 y 13 millones de civiles murieron durante los cuatro años que duró la Gran Guerra. Esto representaba el 1% de la población mundial de la época, y fue consecuencia tanto de la violencia, como de las hambrunas y enfermedades que trajo consigo la guerra, o al uso de gas mostaza y otros agentes tóxicos nerviosos por primera vez en un contexto de guerra.

2. El colapso de cuatro grandes dinastías imperiales

Como resultado del conflicto cayeron diferentes dinastías:

  • El imperio de los Hohenzollerns en Alemania se derrumbó, dando paso a la República de Weimar.
  • El Imperio austro-húngaro de los Habsburgos se disolvió y su territorio pasó a ser dos naciones distintas (Austria y Hungría).
  • El Sultanato otomano quedó devastado y en 1922 fue disuelto por los nacionalistas turcos.
  • El Imperio zarista de Rusia cayó en 1917 frente a la Revolución de Octubre, dando paso así al surgimiento de la Rusia comunista.

3. Se esparció por el mundo la llamada “gripe española”

Debido al intenso movimiento de tropas de un rincón del mundo al siguiente y de regreso, además de las condiciones insalubres del conflicto, un nuevo tipo de infección respiratoria, conocida como la “gripe española” se convirtió en una pandemia a inicios de 1918. Este nuevo virus de la gripe tipo A se cobró la vida de entre 20 y 40 millones de personas aproximadamente, hasta que terminó la pandemia en abril de 1920.

4. La reorganización geopolítica de Europa

Con el fin de la guerra y el colapso de antiguas potencias, nuevas naciones aparecieron en el mapa, a medida que los aliados reestructuraban el territorio de las naciones derrotadas. Así surgieron Checoslovaquia, Hungría, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia y Yugoslavia. Y además de ceder parte de sus territorios, las naciones derrotadas perdieron también sus colonias africanas y asiáticas.

5. La firma del Tratado de Versalles

Con ese nombre se conoció el pacto firmado en Francia en el que se impuso a Alemania un conjunto muy severo de sanciones, deudas y prohibiciones que la sumieron en la miseria. Este tratado y las condiciones deplorables de vida que le siguieron fueron fundamentales para la narrativa del nazismo, que una década después comenzó a hacerse sentir en Alemania.

Sin embargo, gracias a este tratado surgió también en 1920, la Liga de las Naciones, organismo precursor de la Organización de las Naciones Unidas, cuya tarea era solucionar pacíficamente las tensiones internacionales y evitar que la Gran Guerra se repitiera a futuro.

6. El surgimiento del comunismo en Rusia

El triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia en 1917 significó la irrupción del comunismo como una fuerza política de importancia en el panorama europeo y mundial. En consecuencia, inspiró a numerosos partidos de izquierda revolucionaria y se convirtió en el rival ideológico contra el cual se levantó después el fascismo en la década de 1930.

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Referencias