Biografías de personajes históricos

Cristóbal Colón: biografía, proyectos, viajes, muerte


Cristóbal Colón (1451 -1506) fue un explorador, navegante, comerciante y cartógrafo, famoso por haber descubierto América, una tierra desconocida entonces por Europa Occidental y el resto del mundo antiguo.

Estaba buscando una ruta directa que le llevara desde Europa hacia el Lejano Oriente para poder establecer intercambios comerciales de preciados bienes como especias y seda. Quiso hallar un nuevo paso, puesto que los otros estaban saturados y eran peligrosos. Sin embargo, cuando partió encontró algo muy diferente.

En lo que él pensaba sería un camino hacia Japón, consiguió hacer la primera expedición europea al Caribe, Centro y Suramérica. Contrario a la creencia ampliamente difundida, un gran porcentaje de los europeos, especialmente aquellos que podían recibir instrucción, daban por hecho que la tierra era una esfera. Una creencia que ya era inculcada desde la civilización griega.

El 12 de octubre de 1492 Colón y sus hombres vieron por primera vez las islas del Caribe, aunque no fue sino hasta el tercer viaje del explorador en 1498 que tocaron tierra continental americana, en la península de Paria, actual Venezuela.

El 20 de mayo de 1506 falleció Cristóbal Colón, quien a diferencia de lo que se ha asegurado, no murió en la pobreza, sino con sustanciales rentas por sus hazañas al servicio de Castilla. Su lugar de entierro ha generado a lo largo de la historia cierta controversia. 

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Datos importantes

El reino en donde las proezas marinas florecían con mayor rapidez en el siglo XV era Portugal. Tras Colón plantear su plan a los lusos, estos la rechazaron del mismo modo que lo hicieron otros tantos. Sin embargo, la monarca de Castilla, aunque ocupada con conflictos internos, se interesó por su propuesta.

Aunque Isabel la Católica aceptó hizo esperar al navegante durante varios años hasta que, finalmente, decidió apoyar el proyecto, para el que muy poco tuvo que aportar y mucho ganaría de resultar, como en efecto lo hizo, ya que sin duda se trató de un éxito.

Entre las prebendas que se otorgarían al navegante, de resultar su proyecto un acierto, estuvo estipulado el 10% del todo lo que se comerciara en las zonas que pudiese descubrir en sus viajes, así como los cargos de almirante y virrey de dichas tierras.

En tres embarcaciones, popularmente conocidas como “las tres carabelas”, salió Colón el 3 de agosto de 1492. Cuando emprendieron la jornada desde el Puerto de Palos, en España, la tripulación confiaba en encontrar un paso hacia Japón.

Viajes

Después de una pausa en Canarias, que les tomó hasta el 6 de septiembre, fue que realmente comenzó la travesía del navegante y sus hombres, quienes llegaron a Bahamas el 12 de octubre de 1492, luego se dirigieron a Cuba y, finalmente, a La Española (actual Santo Domingo).

Tornó a Castilla en marzo de 1493, tan solo para hacerse a la mar una vez más en septiembre. En esa oportunidad, el explorador Cristóbal Colón conoció Guadalupe, Puerto Rico y Jamaica, hasta que volvió a Europa en 1496.

Para su tercera expedición el almirante dejó Europa a mediados de 1498, arribó a Cabo Verde y luego a la isla de Trinidad el 31 de julio. Poco después, continuó sus exploraciones en las cercanías de la desembocadura del Orinoco a lo que llamó “Boca de Drago”.

El 4 de agosto de 1498, el genovés puso por primera vez sus pies en suelo del continente americano, en un lugar que actualmente es conocido como Macuro.

Cuando regresó a La Española, se encontró con una población amotinada, que incluso habían enviado emisarios a Europa para acusarlo de ejercer un mal gobierno de aquellas tierras.

Último viaje

Un funcionario español arribó pronto a la isla e hizo prisionero a Cristóbal Colón, quien al excusarse ante los reyes en España fue puesto en libertad, pero con una reputación teñida por el desprestigio.

Su último viaje se produjo en 1502, siendo una oportunidad para apreciar la costa de los actuales Honduras, Nicaragua, Panamá y Costa Rica. También descubrió las islas de Caimán Brac y Pequeño Caimán.

Biografía

Primeros años

Cristóbal Colón nació en Génova, posiblemente el 31 de octubre de 1451. Su madre se llamaba Susanna Fontanarossa y su padre fue Doménico Colombo, comerciante que también se dedicaba al negocio de la textilería.

El genovés tuvo 5 hermanos, Bartolomé era el más allegado a él y también tuvo siempre inclinaciones, al igual que Colón, por la vida como marino. Giacomo, por otro lado, se dedicó al mismo negocio que su padre y aprendió el oficio de tejedor desde temprano.

Giovanni falleció temprano. De la única hermana de Cristóbal Colón, llamada Bianchetta poco se supo, puesto que no aparece en los registros de la época.

Aunque existen muchas hipótesis acerca de sus orígenes, en múltiples documentos de la época, que han sido certificados por expertos se comprobó que provenía de Génova como, por ejemplo, en el mayorazgo, el testamento de su hijo Diego Colón y otros.

Sin embargó, entre las teorías más difundidas sobre su nacimiento y linaje se encuentran los que afirman que Colón era catalán, gallego, portugués, español de origen sefardí y un sinfín de hipótesis que no han podido ser sustentadas con pruebas fehacientes.

Educación

Se piensa que su educación formal fue sumamente breve, puesto que desde muy temprano, según él mismo, se hizo a la mar. Supuestamente, comenzó su entrenamiento como marinero a los 10 años de edad.

Sin embargo, en una biografía escrita por su hijo Fernando, considerada por algunos sumamente lisonjera, es afirmado que Colón estudió letras y cosmografía en Pavia.

Se cree que sabía latín, genovés, portugués y castellano. Aunque no era excelente en ninguno, podía llevar delante de forma satisfactoria una lectura o una conversación.

Fue autodidacta en varios temas que eran de su particular interés como la astronomía, la geografía y la historia. Uno de los libros que provocó mayor impacto en su futura búsqueda de la ruta a oriente por el mar fue Los viajes de Marco Polo.

La única traba para su buen entendimiento, en algunas ocasiones, fue su firme vena religiosa, común en los hombres de su época.

Primeros viajes

Cerca de 1470, los Colón se establecieron en una nueva ciudad llamada Savona, porque su padre consiguió hacerse cargo de una taberna local. Poco tiempo después, el joven Cristóbal se estrenó como marinero en un barco de René de Anjou, cuyo propósito era recapturar Nápoles.

En 1473 Colón se convirtió en aprendiz de agente comercial para diversas casas de gran renombre en la República de Génova. Con ellos comenzaron sus travesías por el viejo continente en las que aprendió cómo desempeñarse en el mar.

Su primer viaje en el ramo del comercio lo llevó a Chíos, un territorio de Génova en el Egeo. En mayo de 1479 se fue hacia el norte de Europa, donde estuvo en Bristol (Inglaterra), en Galway (Irlanda) y, presuntamente, en 1477 Colón viajó a Islandia.

Cuando el genovés volvió a Lisboa, donde había una sede de una de las firmas comerciales para las que trabajaba, encontró que su hermano Bartolomé se había asentado en la ciudad.

Durante ese período conoció las rutas portuguesas seguidas por los mercaderes locales. Seguramente estuvo en Canarias y algunos comentan que pudo llegar a Guinea.

Matrimonio

Durante la estancia de Cristóbal Colón en Lisboa conoció a una muchacha de familia noble llamada Felipa Moniz Perestrello, hija de Bartolomeu Perestrello y su esposa, Isabel Moniz.

Bartolomeu Perestrello fue colonizador de las islas de Madeira y tenía grandes conexiones con la realeza local; además, Felipa era comendadora de la Orden de Santiago en Lisboa, cuyo maestre era el rey portugués.

Colón y Moniz se casaron aproximadamente en el año 1479 y su hijo Diego nació en 1480. En ese tiempo, Colón se dedicó al comercio en la ruta portuguesa e intentó convencer al rey de Portugal de apoyarlo en su empresa de la ruta hacia Cipango.

Al ver que no conseguiría el visto bueno del portugués, Colón partió hacia España, probablemente en 1485. Aproximadamente tres años más tarde, volvió a Portugal a buscar a su hijo Diego, debido a que durante su ausencia falleció Felipa.

Nuevo amor

Cristóbal Colón tuvo otra pareja aunque no contrajo matrimonio con ella. A Beatriz Enríquez de Arana la conoció en España. Era una joven huérfana que contaba con cerca de 20 años.

Con la española tuvo un solo hijo llamado Fernando, que nació en 1488 y fue legitimado por el navegante genovés. Al morir Colón dejó encargado a su heredero, Diego, de cuidar del bienestar de su concubina, aunque el hijo del explorador no prestó mucha atención a su madrastra.

Proyecto de Colón

La Ruta de la Seda era uno de los caminos comerciales más importantes de la Edad Media. Cientos de codiciados bienes se transportaban por ella desde el Lejano Oriente hasta Europa, en donde eran comercializados.

Uno de los mercaderes más famosos por haber descrito su estadía y viajes a través del Imperio mongol en su punto álgido fue Marco Polo, en cuya biografía quedaron inmortalizados los paisajes y riquezas de las tierras que conoció.

Tras la división del territorio de Kublai Kan y la posterior caída de Constantinopla ante los musulmanes, la seguridad para los viajeros que intentaban comerciar en la zona no estaba garantizada.

Paolo dal Pozo Toscanelli había confeccionado un mapa en el que mostraba la ubicación calculada por él de Europa, Japón y China. Se lo presentó a Alfonso V, rey de Portugal, pero no despertó interés en el monarca. Luego le envió una copia a Colón cerca de 1474.

En el mapa que realizó Toscanelli y al que Colón tuvo acceso ubicó a Japón cerca de donde se encuentra México en realidad. Llegado 1480, surgió el interés de Cristóbal Colón en encontrar el mejor camino hacia Cipango.

Fallas

Sin embargo, había un gran error de cálculo en las medidas de Toscanelli y, en consecuencia, de Colón: la distancia original estaba en millas árabes y no italianas.

Entonces, el genovés pensó encontrar a Cipango, aproximadamente, a 2.500 millas náuticas entre las Antillias y Japón. En realidad, entre Canarias y Japón existen unas 10.700 millas náuticas.

Es importante destacar que la creencia de que Colón era uno de los pocos que pensaba que la tierra era redonda es errada, puesto que desde tiempos de Aristóteles se daba por sentado de que el planeta era una esfera.

Las aproximaciones más certeras sobre el tamaño de la tierra fueron las llevadas a cabo por Eratóstenes en el siglo III a C., que cerca de doscientos años más tarde fueron confirmados por Posidonio.

Financiamiento

El reino más famoso por las proezas de sus navegantes en Europa durante tiempos de Alfonso V y de su hijo Juan II, era Portugal. Mientras Cristóbal Colón estuvo establecido en Lisboa intentó acercarse al oído del rey para encontrar financiamiento a su expedición hacia las Indias.

Entre 1483 y 1485 el rey portugués mantuvo a Colón en suspenso, pero consideró que tres expertos debían analizar su plan: Diego Ortiz, maese Rodrigo y maese Vizinho dilucidaron que el proyecto era muy costoso y arriesgado, además de notar los errores en los cálculos del genovés.

En consecuencia, Portugal dijo que no al plan de Colón, aunque siguió apoyando a otros navegantes cuyas peticiones eran mucho más modestas.

La fortuna no cambió para el plan de Colón en su Génova natal, ni en la vecina Venecia. Ocurrió lo mismo al llevarlo ante el rey de Inglaterra, para lo cual fue encomendado Bartolomé Colón.

Esperanza española

El reino de Castilla era el siguiente objetivo para Cristóbal Colón. Según algunos, arribó cerca de 1485 y entabló amistad con algunos frailes, quienes tuvieron a bien recomendarlo con Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel.

El genovés acudió a Córdoba, en donde estaban establecidas las Cortes en ese momento y gracias a la ayuda de Talavera, la reina le concedió una audiencia en 1486. Isabel le explicó que debía someterlo a consideración, pero mientras se resolvía el asunto le otorgó una pensión.

Los 12.000 maravedíes no eran mucho, pero ayudaron a mantener durante un tiempo la llama de la esperanza encendida dentro de Colón. Los problemas con Granada no cesaban y el consejo determinó, al igual que Portugal, que no era prudente financiar el viaje del genovés.

Sin embargo, Isabel le hizo saber a Cristóbal Colón que no deseaba desechar completamente la idea.

Otros horizontes

Aunque Colón primero se dedicó a la venta de libros y mapas para mantenerse mientras la reina decidía o no retomar su interés en el proyecto del explorador, luego este decidió seguir buscando fondos en otros lugares.

Tornó a Portugal (1488) a buscar a su hijo Diego, que había quedado solo tras la muerte de Felipa, cuya fecha es desconocida. En ese momento aprovechó para volver a presentarte ante el rey Juan II, quien nuevamente le cerró las puertas a su proyecto.

Portugal había perdido gran parte de su interés, especialmente, por el hallazgo de Bartolomeu Dias: la ruta africana, al encontrar el cabo de Buena Esperanza.

Colón también se presentó al duque de Medina-Sidonia, que tampoco le pudo colaborar con su plan y luego acudió ante el duque de Medinaceli, quien sí mostró un franco interés en el proyecto y le recibió durante dos años en sus tierras.

Cuando Isabel supo del paradero de Cristóbal Colón, envió un emisario a buscarlo para comunicarle que deseaba su retorno a tierras castellanas y que al terminar los enfrentamientos con los musulmanes, se ocuparía de dar un veredicto final a la petición del navegante.

Acuerdo

Finalmente, Cristóbal Colón recibió el tan anhelado apoyo, pero no fue sencillo. Al acudir a la audiencia con la reina en 1491, en Granada, la cuestión se sometió a una nueva votación ante un consejo de expertos, quienes nuevamente dijeron que no, por las altas exigencias del genovés.

Sin embargo, Luis Santángel, que trabajaba para la reina Isabel intercedió por Colón, explicando que poco habría de perder España si el proyecto iba al fracaso y mucho que ganar si se encontraba una nueva ruta hacia oriente.

Las arcas reales estaban muy golpeadas por los recientes conflictos bélicos a los que había hecho frente tanto Castilla como Aragón, por eso Santángel se ofreció a pagar aquello que correspondía a los reyes en calidad de préstamo.

Capitulaciones de Santa Fe

El 17 de abril de 1492 el representante legal de Cristóbal Colón logró sentarse a negociar con los representantes de los Reyes Católicos. De ser exitosos los viajes planeados por el genovés, este recibiría grandes beneficios:

En primer lugar sería designado con el título de almirante de Castilla y de aquellas tierras que pudiese encontrar. Además solicitó que este fuera hereditario.

Otro de los fueros para él y sus descendientes sería el de virrey y gobernador general de las tierras descubiertas en sus jornadas, tanto islas como tierra firme.

Tendría jurisdicción en los pleitos comerciales, además de recibir el 10% de todos los productos o bienes que provinieran de allí, mientras que la corona retendría 1/5 de los mismos. Además, se estableció que Colón debía de hacerse cargo de 1/8 de los gastos en el viaje y en la misma proporción recibiría ganancias de lo que allí se encontrara.

En las Capitulaciones de Santa Fe, también se expidieron varias cédulas reales, que facultaban a Colón para desempeñarse como capitán de una armada conformada por tres navíos.

Igualmente, recibió una real provisión por la que podría confiscar 3 carabelas a vecinos de varias localidades costeras del reino.

Palos y los Pinzón

Los vecinos del Palos de la Frontera no estuvieron felices al escuchar la provisión real mediante la cual se les imponía que debían ceder dos carabelas así como una tripulación al navegante genovés como un servicio a la corona.

Los voluntarios para la expedición eran escasos, por lo que en un primer momento se planteó la idea de utilizar a los presos de la ciudad, dando paso al mito de que los primeros españoles en llegar a América eran convictos.

En realidad esa medida no se aplicó porque Martín Alonso Pinzón, uno de los navegantes más prestigiosos de la ciudad, se unió al proyecto y consigo arrastró a una gran cantidad de expertos hombres de mar.

Además, Pinzón colaboró con 500.000 maravedíes y consiguió las naves en mejores condiciones de toda la ciudad para realizar el viaje. Entre los conocidos de Pinzón que se unieron estuvieron los hermanos Niño y los Quintero.

Las tres carabelas

Las naves seleccionadas fueron la Niña, propiedad de los hermanos Niño. Así mismo, participaron la Pinta y la Santa María, que era la más grande de las tres, en consecuencia la Nao Capitana o nave capitana.

Esa denominación dio paso a la confusión en la que se ha planteado que la Santa María era una nao portuguesa, otro tipo de barco, pero en casi todas las cuentas de la época se refieren a las embarcaciones empleadas por Colón como “las tres carabelas”.

Viajes a América

La hazaña de Cristóbal Colón abrió paso a un territorio totalmente inexplorado por los europeos. Las riquezas y oportunidades eran abundantes en el nuevo mundo, aunque algunos viajeros habían alcanzado América antes, nunca se estableció una relación entre los continentes.

Leif Erikson parece haber sido el primer europeo en pisar suelo americano, sin embargo sus incursiones no tuvieron repercusiones para ninguno de los continentes.

Mientras tanto, la visita de Colón sentó el precedente para el establecimiento de colonias en la zona por potencias europeas.

Esos asentamientos sirvieron a los europeos para difundir la cristiandad, así como para ampliar tanto su poderío, como sus áreas de influencia. Gracias a ellos fortalecieron su economía y comercio, especialmente, con las nuevas plantas, animales y otros bienes de lujo.

Con los viajes del genovés se inició la llamada “era de la exploración”, en la que diferentes naciones lucharon por conocer y controlar el nuevo continente.

Así mismo, supieron la importancia de conocer todo el mundo para averiguar si existían otras tierras igualmente ricas.

Primer viaje (1492 – 1493)

Los exploradores se alejaron de las costas españolas en el Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. Según algunas cuentas, la “nao” (nave) capitana era una carraca, mientras que para otros era una nao portuguesa. En todo caso, los registros contemporáneos hablan de tres carabelas.

El nombre original de la embarcación capitana era “Gallega”, pero fue rebautizada como la Santa María. Colón era el capitán general, mientras que Juan de La Cosa, que era su dueño, sirvió como maestre y Pedro Alonso Niño fue el piloto.

Por otra parte, Martín Alonso Pinzón sirvió como capitán de la Pinta y su hermano Vicente se desempeñó en el mismo cargo pero a bordo de la Niña.

El grupo zarpó hacia las Islas Canarias, donde estuvieron hasta el 6 de septiembre, momento en el que comenzó su travesía hacia lo desconocido. El genovés creía que las costas asiáticas se encontraban a 3 o 5 mil kilómetros de allí.

La realidad es que estaban separados de Asia por cerca de diecinueve mil kilómetros y más de seis mil quinientos kilómetros los alejaban de América. El 14 de septiembre la tripulación vio dos aves, cuya presencia solo podía indicar que estaban cerca de tierra.

Encuentro de dos mundos

El 10 de octubre, los marineros comenzaban a protestar porque la comida estaba en mal estado, el agua era escasa y no habían hallado la supuesta ruta que Colón les prometió.

En menos de 48 horas cambió el destino del mundo cuando el marinero Rodrigo de Triana gritó “¡Tierra!” a bordo de la Pinta. El 12 de octubre desembarcaron en las costas de una isla de Bahamas bautizada como “San Salvador”.

Cristóbal Colón desembarcó y encontró aborígenes pacíficos, siendo la mayoría lucayos, taínos y arahuacos.

El explorador los describió como serviciales, obedientes y fáciles de convertir al cristianismo. Así mismo, habló de los ornamentos de oro de los que hacían gala.

Prometió llevar varios ante la presencia del rey. También apuntó que tenían cicatrices en el cuerpo y que parecía que eran atacados por otras tribus guerreras que llegaban por mar.

En su recorrido encontraron más islas del archipiélago hasta conseguir una de gran tamaño a la que bautizaron como Juana y luego a la actual Cuba. Allí el almirante prohibió realizar comercio, pero envió 4 exploradores a tierra.

Pinzón emprendió un recorrido independiente el 21 de noviembre de 1492. Algunos afirman que fue conducido por la codicia, mientras que otros lo responsabilizan al mal gobierno de Colón.

La Española

Cristóbal Colón continuó su recorrido por la costa norte Cuba y luego encontró una nueva isla a la que llamó La Española. Conoció a varios caciques locales y en la Nochebuena de 1492 la Santa María naufragó, pero los locales le ayudaron a recuperar sus pertenencias.

Los trozos del barco sirvieron para crear un pequeño refugio al que llamaron Fuerte Navidad. Los españoles ofrecieron protección a la tribu marién, de los taínos, cuyo líder llamado Guacanagarí había estado teniendo conflictos con los maguana, dirigidos por Caonabo.

El acuerdo entre locales y europeos fue dejar a 39 españoles en el fuerte y, a cambio, Colón recibió regalos en oro que poseían los indígenas locales.

La ruta específica del viaje independiente de Pinzón se desconoce, algunos piensan que tomó rumbo a “Baveque”, también que conoció Jamaica y otras islas de las Bahamas, pero no existen registros de sus travesías.

Finalmente, Pinzón también arribó a La Española por otra ruta y allí se enteró del naufragio de Colón, así que fue a su encuentro rápidamente. El 6 de enero de 1493 Colón y Pinzón hicieron las paces y continuaron juntos el camino.

Regreso

Antes de volver a Europa, la expedición de Colón tuvo un solo encuentro hostil con los nativos americanos. Un grupo de ciguayos no quiso comerciar del modo en que pretendían los españoles y les atacaron, aunque los últimos lograron escapar.

A mediados de enero las dos embarcaciones que habían sobrevivido regresaron a España, pero otra tempestad hubo de separarlas una vez más.

Mientras que la Pinta llegó a Bayona en febrero, la Niña fue arrastrada hasta las Azores, donde los detuvieron momentáneamente pensando que podían ser piratas. Pinzón, al poner pie en suelo español, envió misivas a todo el territorio informando los hallazgos de la expedición.

Colón tocó primero puerto en Portugal, donde se reunió con el rey y comentó sus descubrimientos al servicio de la corona española. Inmediatamente el portugués comenzó a alegar que todo el proyecto probablemente rompía el Tratado de Alcaçovas.

Cuando el navegante genovés desembarcó en Sevilla en marzo de 1493, supo que los reyes solicitaban su presencia ante las Cortes lo más pronto posible. Se presentó en Barcelona con “indios”, papagayos, joyas y oro proveniente de su expedición.

Consecuencias

Tras bautizar a los aborígenes americanos, el navegante genovés volvió a Sevilla el 20 de junio para preparar todo lo relacionado con la siguiente expedición en la que contó con abundantes y mejores recursos.

Los Reyes Católicos consiguieron pronto las famosas Bulas Alejandrinas, con las que el papa Alejandro VI les concedió control de los nuevos territorios con tal de que se dedicaran a expandir la fe católica en ellos.

Sin embargo, para Juan II eso seguía estando en contradicción clara con el Tratado de Alcaçovas. Tras arduas negociaciones, finalmente se logró concretar el Tratado de Tordesillas, en 1494, con el que se dividieron los derechos sobre las nuevas tierras.

Segundo viaje (1493 – 1496)

El propósito de la nueva expedición era la conquista, colonización y evangelización de lo que hasta entonces se pensaba que eran territorios asiáticos. La nueva flota que estaba a cargo de Colón constaba de 5 naos y 12 carabelas, además de 1500 hombres.

En ese viaje fueron enviados algunos frailes franciscanos con la orden de crear iglesias, predicar la palabra de Dios e, incluso, instituir penitencias.

El jefe militar del viaje fue Pedro Margarit, también los acompañó Juan de la Cosa como cartógrafo. Dejaron Cádiz el 25 de septiembre de 1493 y se dirigieron a las Islas Canarias.

Poco tiempo después de la partida de Cristóbal Colón su hermano, Bartolomé, llegó a España y a él le concedieron 4 carabelas más.

Descubrimientos

El 13 de octubre dejaron las Islas Canarias y el 3 de noviembre se encontraban nuevamente en el Caribe, donde descubrieron parte de las Antillas Menores y vieron las costas de Dominica, Guadalupe y Antigua, entre otras islas.

Rescataron a un grupo de mujeres y dos jóvenes arawakos que huían de los caribes en una costa. El 19 de noviembre cuando pasaban frente a otra isla, los indígenas que habían salvado saltaron del barco y nadaron a tierra.

Habían entrado a la bahía de Boquerón, en lo que Colón decidió nombrar San Juan Bautista. Luego la isla fue rebautizada como Puerto Rico. Al pasar por la isla Santa Cruz tuvieron un enfrentamiento con los aborígenes.

Tierra adentro

Cuando volvieron a La Española en noviembre de 1493 encontraron que el Fuerte Navidad había sido destruido en un incendio y que varios españoles fueron asesinados a manos de los hombres de Caonabo.

Cristóbal Colón estableció un asentamiento llamado La Isabela el 2 de enero de 1494. En marzo del mismo año decidieron internarse en la isla para explorar el territorio y cinco días más tarde comenzaron a construir la Fortaleza de Santo Tomás.

Enfrentamiento con los taínos

El navegante genovés decidió volver al mar y en esa oportunidad conoció la isla de Jamaica y exploró la costa sur de Cuba. Entre tanto, los hombres de La Española se descontrolaron y algunos decidieron volver a España mientras que otros se dedicaron a saquear y violar a las mujeres locales.

El comportamiento destructivo de los europeos despertó la ira de los caciques locales, quienes bajo el liderazgo de Caonabo atacaron la Fortaleza de Santo Tomás, aunque fueron rápidamente controlados por Alonso de Ojeda y 15 españoles más quienes hicieron preso al cacique.

Cuando Cristóbal Colón regresó, decidió enviar a Caonabo ante los reyes de España, pero en el camino su barco naufragó. Luego, cuatro tribus locales se unieron para lanzar otro ataque contra los españoles y rescatar a Caonabo.

La acción se llevó a cabo aproximadamente a 100 km de La Isabela, y tuvo por nombre la batalla de la Vega Real, el 27 de marzo de 1495. Allí la victoria de los españoles llevó paz a la isla. En 1496 Colón volvió a Europa y arribó al puerto de Cádiz el 11 de junio.

Descanso

Cristóbal Colón permaneció durante un más largo en el continente europeo a la vuelta de su segundo viaje. En junio de 1497 tuvo una audiencia con los monarcas españoles y, en esa oportunidad, los reyes confirmaron sus fueros sobre las tierras descubiertas.

Por su parte, Colón se encargó el 22 de febrero de 1498 de establecer un mayorazgo, es decir, una figura legal de la Edad Media por la que se determinaba quién heredaría la totalidad de los bienes que poseía una persona con el fin de que no se dividiera la fortuna.

En este caso, el elegido para ese mayorazgo fue su hijo Diego, producto de su matrimonio con Felipa Moniz. También creó un fondo para el beneficio de sus parientes, pero nunca incluyó a su concubina y madre de Fernándo Colón: Beatriz Enríquez de Arana.

Tercer viaje (1498 – 1500)

En esta oportunidad la misión de Cristóbal Colón era descubrir si en realidad era cierta la existencia de una masa continental, como había sido asegurado por Juan II. Aunque todos consideraban en ese punto que dicho continente debía ser Asia, realmente era América.

Colón salió del puerto de Sanlúcar de Barrameda con 8 barcos y 226 tripulantes el 30 de mayo de 1498.

De allí partieron hacia Madeira y, posteriormente, a las Islas Canarias. En ese punto se separaron y algunos barcos fueron enviados a La Española mientras que otros tomaron una nueva ruta con Colón.

El almirante llevó consigo una nao y dos carabelas y salió de La Gomera el 21 de junio de 1498. Pasó por Cabo Verde el 4 de julio y el 31 del mismo mes Alonso Pérez vio tierra, se trataba de tres grandes montañas en una isla a la que se bautizó “Trinidad”.

Cerca de allí hicieron contacto con una canoa que transportaba a 24 indios, quienes al escuchar tambores comenzaron a atacar a los españoles, pero luego se calmaron.

Descubrimiento del continente

Al sur de la isla de Trinidad encontraron el delta del Orinoco y nombraron a la zona Boca de Drago, o de Serpiente, por la fuerza de la marea, que casi hunde el barco de Colón. Los exploradores recorrieron el golfo de Paria y obtuvieron algunas perlas.

Finalmente, Colón desembarcó en Macuro, ubicado en la actual Venezuela, el 3 de agosto de 1498. La zona fue llamada por el navegante genovés “Tierra de gracia” y consideró que probablemente esa fuese la ubicación real del Jardín del Edén.

El almirante se hizo con la buena voluntad de los locales y estuvo durante 12 días en la zona. Por la abundancia y fuerza del agua dulce de la zona, estimó que se trataba de un continente y no de una isla.

Luego continuaron su travesía y encontraron dos pequeñas islas a las que nombraron Coche y Cubagua, que estaban cerca de otra de mayor tamaño a la que Colón bautizó Asunción y que un año más tarde se llamó Margarita por la cantidad de perlas que se encontraban en sus costas.

Regreso a La Española

En la ciudad de Santo Domingo, al sur de La Española, el gobernador encargado había sido Bartolomé Colón durante la ausencia de su hermano. Algunos hombres liderados por Francisco Roldán se rebelaron y se internaron en la isla.

Los alzados alegaban que las supuestas riquezas que podrían encontrar en el Nuevo Mundo no era más que una promesa vacía, puesto que el oro que se conseguía era muy poco. 

En un punto, la mitad de los españoles y gran parte de los indígenas estaban en rebeldía contra Colón. Algunos volvieron a Europa para informar a las autoridades reales acerca del mal gobierno que llevaban a cabo los hermanos Colón en nombre de la corona.

Cuando el genovés llegó a La Española logró negociar con los hombres y pudo calmar el ambiente haciendo varias concesiones.

Entre los privilegios que obtuvieron estuvo la amnistía general, el permiso para usar a los aborígenes como sirvientes personales, podrían tomar mujeres taínas y recibirían el pago de dos años de trabajo si existía alguna deuda.

Prisión y regreso a Europa

Fernando e Isabel decidieron enviar a un inquisidor llamado Francisco de Bobadilla a averiguar las denuncias que se presentaron ante ellos en relación al gobierno despótico de los Colón. De resultar cierto, el clérigo tenía todo el poder para emprender las acciones necesarias en La Española.

Bobadilla llegó a Santo Domingo el 23 de agosto de 1500 e inmediatamente apresó a los Colón, a quienes envió a España. Mientras tanto, él quedó encargado de la gobernación de la isla hasta que así lo dispusieran los reyes españoles.

Cristóbal Colón y sus hermanos arribaron a Cádiz el 25 de noviembre de 1500 y, después de pasar un tiempo en prisión, los monarcas decidieron liberarlo, pero despojado de sus derechos como gobernante de los territorios que había descubierto, más no de sus riquezas y derechos económicos.

No permitieron que Colón conservara el monopolio de los viajes, puesto que la Corona afirmó que no tenían intensión de colonizar, sino de descubrir los territorios.

Así fue como se concedió a otros exploradores el permiso para realizar sus expediciones, entre las más destacadas de esa época están la de Alonso de Ojeda y Juan de La Cosa, así como la de Vicente Yañez Pinzón, quien se cree que fue el primero en ver el río Amazonas.

Cuarto viaje (1502 – 1504)

Una de las excusas planteadas para el último viaje del genovés hacia el Nuevo Mundo fue el viaje hasta Tierra Santa.

No obstante, uno de los principales motivos para que los reyes de España apoyaran el viaje era la necesidad de sobrepasar a los portugueses en el hallazgo de un camino cómodo hacia las islas de las especias (Moluscas).

Una de las condiciones que se le impuso a Cristóbal Colón para permitirle emprender su cuarta jornada fue que no podría desembarcar en La Española por sus antecedentes en aquel lugar.

Así mismo, se le solicitó que tomara control sobre todos los territorios que correspondían a España según el Tratado de Tordesillas, que fue asignado en 1494.

En ese convenio, suscrito por los Reyes Católicos, y Juan II de Portugal, se acordó que los españoles respetarían los derechos a territorios descubiertos y por descubrir de los lusos hasta 370 leguas hacia el oeste de Cabo Verde.

Por su parte, los portugueses harían lo propio con las tierras españolas, es decir, todo lo que estuviese hacia el oeste de dicha línea. Ninguno podría interferir con las rutas comerciales que el otro hallase en sus territorios.

Hacia América

Cristóbal Colón ya no era un mozo, sus 51 años y la artritis de la que padecía habían menguado sus capacidades, aunque todavía se sentía útil, por lo que decidió zarpar una vez más. En esa oportunidad se le concedieron dos carabelas y dos naos con 144 tripulantes.

Le acompañaron su hermano Bartolomé y su hijo menor, Fernando, que contaba con 13 años. Sin embargo, los capitanes fueron designados por los reyes, que seleccionaron para la tarea a Diego y Francisco Parra.

El 29 de junio de 1502 arribaron a las costas de La Española para solicitar refugio porque se aproximaba un huracán, pero el gobernador no les permitió dejar las naves ya que la corona lo había prohibido expresamente.

La flota de Colón se resguardó en el sur y luego de que la tormenta los separara volvieron a reagruparse, mientras que en Santo Domingo la mayor parte del asentamiento quedó devastado y los barcos destruidos.

En busca de un paso

Uno de los principales objetivos de Colón era encontrar un camino hacia las islas de las especias, recorrieron las costas de Centroamérica y gracias a los indígenas de Panamá tuvieron noticias de un canal de agua llamado Cigare, pero el mismo estaba interrumpido por tierra.

Para poder llegar al océano, según los locales, debía realizarse un viaje de cerca de nueve días a pie, cosa que no interesó a Cristóbal Colón.

En Veraguas, Panamá, fundó una aldea a la que llamó Santa María de Belén, pero tras impases con los locales hubo de abandonar la zona. Sus barcos, que estaban en muy mal estado, no soportaron una segunda tormenta que los hizo naufragar en Jamaica en 1503.

La ayuda de La Española arribó más de seis meses después de que fueron informados del accidente que había sufrido la tripulación de Colón, y fueron llevados a Santo Domingo el 29 de junio de 1504.

La familia Colón dejó la isla el 11 de septiembre y arribaron a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre del mismo año.

Últimos años

Cuando Cristóbal Colón llegó a España se enteró de que la reina Isabel estaba gravemente enferma, falleciendo 19 días más tarde. El explorador genovés, a diferencia de lo planteado por algunos, vivió con una fortuna considerable sus últimos años. Se estableció en Sevilla y percibía las rentas del 10% de los metales preciosos que eran traídos desde América.

En agosto de 1505, Colón comenzó a preparar su testamento que estuvo listo el 19 de mayo de 1506, un día antes de su muerte. Pasó sus posesiones íntegras a Diego, el hijo mayor, y en caso de que este no produjera descendencia masculina todo iría a manos de Fernando.

Muerte

Cristóbal Colón falleció el 20 de mayo de 1506 en Valladolid. Había padecido de artritis y gota desde algunos años antes de su muerte, para el momento de su muerte contaba con 54 años.

Sus restos pasaron por una diversidad de ubicaciones: en primer lugar fue sepultado en el Convento de San Francisco en Valladolid y luego se ubicaron en el Monasterio de la Cartuja, en Sevilla.

Diego Colón ordenó que su cadáver y el de su padre fuesen llevados a la Catedral de Santo Domingo. Tras la invasión francesa en el siglo XVIII, el cadáver de Cristóbal Colón se reubicó en la capital cubana, hasta la revolución de Fidel Castro, cuando fue enviado a la Catedral de Sevilla.

Actualmente se disputa la ubicación real de los restos de Colón entre República Dominicana y Sevilla, España.

Referencias

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