Medio ambiente

Valores ambientales: concepto, importancia, ejemplos


¿Qué son los valores ambientales?

Los valores ambientales son guías que orientan nuestro comportamiento respecto al medio ambiente en el que habitamos. Un valor es un principio, una idea que define una actitud ante la vida, separando lo que es correcto de lo que no lo es.

Por tanto, los valores ambientales definen las posiciones y acciones positivas ante el medio ambiente. Así que toda aquella actitud que beneficie al ambiente, será un valor ambiental, en contraposición a todo lo que dañe el ambiente, lo cual será un antivalor.

Los valores ambientales incluyen, entre otros, a la conciencia ambiental, la sensibilidad ambiental, el respeto al ambiente, la convivencia ambiental y la conservación ambiental. Adquirir y practicar estos valores es fundamental para el futuro de la vida en el planeta Tierra.

Estos valores forman parte de la ética ambiental. Es decir del conjunto de elementos que permiten diferenciar entre lo bueno y lo malo para el ambiente y por tanto para el futuro de la humanidad.

Importancia de los valores ambientales

Los valores ambientales son la base esencial que garantiza una acción efectiva para evitar el deterioro del ambiente, evitando así el fin de la vida en la Tierra. Por tanto, orientan hacia un cambio de modelo de desarrollo humano, al tomar conciencia de los peligros sobre el ambiente que implica el actual modelo de desarrollo.

Adquirir y promover los valores ambientales es el punto de partida para lograr un cambio de actitud ante el ambiente. Sin valores ambientales seguiremos afectando negativamente al ambiente, acercándonos peligrosamente a producir desequilibrios que no podamos deshacer.

Un ejemplo de ello es el calentamiento global, un fenómeno que está alterando el clima terrestre y ocasionando cada vez más desastres naturales. Ante esto, observamos como muchas personas priorizan la ganancia económica en lugar de valorar el impacto sobre la vida y por tanto sobre la propia humanidad.

En definitiva, el ser humano actúa según su conciencia así que si en lugar de valores ambientales, se tienen antivalores, se actuará negativamente hacia el ambiente. De ahí la importancia vital de dar a conocer y guiarse por los valores ambientales.

Ejemplos de valores ambientales

Toda aquella idea que genere una actitud positiva ante el ambiente es un valor ambiental, así que son muchos los ejemplos que se pueden señalar.

Conciencia ambiental

Lo primero es tomar conciencia del ambiente, es decir percibir su existencia, significado e importancia. Así como también del impacto positivo o negativo que nuestras acciones tienen sobre el mismo. La mayoría de la gente vive su día a día sin prestar atención a lo que lo rodea y al impacto que causan sus acciones sobre ese entorno.

Sensibilidad ambiental

Una vez que se toma conciencia del ambiente, es fundamental desarrollar sensibilidad ambiental, es decir, ser capaz de responder positivamente ante las afectaciones al ambiente. Por ejemplo, si se observa que alguien tira basura en un río y no nos produce ninguna reacción de rechazo, somos insensibles ambientalmente.

La sensibilidad ambiental implica la compasión hacia la naturaleza, es decir sentirse afectado al percibir un daño a la misma y sentirse impulsado a remediarlo.

Respeto ambiental

Además de ser conscientes y sensibles ambientalmente, debemos respetar al ambiente, esto implica valorarlo y no causarle daño. Se trata de fijar límites entre nuestros deseos y necesidades y los requerimientos del ambiente. No se respeta al ambiente si damos prioridad absoluta a nuestros deseos sin importar el impacto que tengan sobre el ambiente.

Convivencia ambiental

Se debe ser capaz de saber vivir en armonía con el ambiente que nos rodea, comprendiendo que en dicho ambiente existen otros seres vivos. Muy comúnmente las personas actúan como si fuesen los únicos seres importantes en el planeta.

Conservación ambiental

Partiendo de la conciencia ambiental debemos comprender que el ambiente es un sistema complejo que funciona en un equilibrio dinámico delicado. Por tanto, conservar los distintos componentes y procesos ambientales es fundamental.

Austeridad

Este valor tiene dos elementos relevantes, por una parte, se refiere a la rigurosidad con que se deben cumplir las normas éticas ambientales. Mientras que por otra, hace referencia a la moderación en nuestra relación con el ambiente.

Es decir, no tomar del ambiente más de lo que realmente necesitamos, logrando un equilibrio entre necesidad y consumo. Así, un antivalor que está afectando negativamente al ambiente es el consumismo.

Por ejemplo, cuando cambiamos de teléfono móvil simplemente por tener el último modelo. Lo cual contribuye a que cada vez se extraigan más elementos de la naturaleza para fabricar más teléfonos.

Reciclaje

Ser proclive a reciclar, es decir a emplear los desechos de un producto o proceso para producir otra cosa, es un valor muy útil. Esto contribuye a reducir la extracción de nuevos materiales de la naturaleza.

Reutilización

Igual que en el caso anterior, tener como valor o principio reutilizar las cosas, contribuye de forma positiva a la conservación del ambiente. Por un lado, disminuyen los desechos que arrojamos al ambiente y por otro, reduce la demanda de materias primas.

Respeto a la vida

La biosfera es un gran ecosistema donde convivimos infinidad de seres vivos en un complejo sistema de relaciones que hace que todos sean dependientes entre sí.

Por tanto, respetar la vida en el sentido de valorar cuidadosamente cualquier afectación que se realice, es un valor esencial. Aunque nos alimentamos de otros seres vivos, se trata de no afectar la vida más allá de lo estrictamente necesario.

Por ejemplo, ¿Es realmente necesario cazar ballenas por su carne en el mundo actual? No parece sensato empujar a la extinción a una especie solo por seguir una tradición o darse un gusto particular.

Solidaridad

Cuando hablamos de ambiente nos estamos refiriendo a todo el espacio que afecta a la vida en la Tierra, el cual es un sistema integral. Por lo que cualquier afectación en un sitio, tendrá repercusiones en otro, incluso muy lejano.

De tal forma que un valor importante es comprometerse con situaciones o causas que a primera vista pensamos que no nos competen o afectan directamente.

Responsabilidad

Una persona con valores ambientales asume su responsabilidad como habitante del planeta, cumpliendo las normas ambientales y apoyando las causas favorables al ambiente.

De igual forma, asumirá su culpa si incumple alguna norma ambiental o afecta involuntariamente al ambiente. Asimismo, exigirá que se responda ante los actos de otras personas que dañen al ambiente.

Humanismo

Se refiere a colocar en el centro el desarrollo del ser humano con base en la racionalidad. Es decir, nuestra capacidad de conocer racionalmente nuestro entorno y defender los valores humanos en todo momento. Colocando dicho conocimiento al servicio de una relación positiva con la naturaleza mediante el desarrollo de valores esenciales.

Conciencia intergeneracional

Entender que tenemos un compromiso con las generaciones futuras en cuanto a dejarles un ambiente sano, es un valor central. La Tierra no nos pertenece, es un bien que nos dejaron nuestros ancestros y que tenemos el compromiso de dejarlo en adecuadas condiciones a nuestros descendientes.

Compromiso

No basta con ser consciente ambientalmente, ni tener una clara comprensión de lo que significa dañar al ambiente, si no hay un compromiso ambiental. Es decir, un sentido de obligación ética hacia el mantenimiento de un ambiente sano. Entendiendo que el compromiso se evidencia con la acción concreta en el día a día respecto al ambiente.

Coherencia

Este es un valor central para todos los aspectos de la vida, incluido lo ambiental. Hace referencia a que debe haber relación entre lo que se dice y lo que se hace. Por ejemplo, no es coherente si sostengo que soy sensible ambientalmente, pero desperdicio agua o tiro el envoltorio de la chuchería o golosina al suelo.

Sostenibilidad

Este valor comprende en gran medida a todos los demás, ya que el conjunto de valores señalados deben buscar la sostenibilidad ambiental. Esto es, que todas nuestras actitudes y acciones vayan dirigidas a lograr un equilibrio duradero entre lo económico, lo social y lo ecológico.

Referencias

  1. Calvo-Roy, S. y González-de-la-Campa, M. (s/f). Libro blanco de la educación ambiental en España en pocas palabras. Secretaría del Medio Ambiente, Ministerio del Medio Ambiente
  2. Morín, E. (1977). El Método I. La naturaleza de la naturaleza. 6ª edición. Madrid: Ediciones Cátedra.
  3. Pabón, O., Pabón, Y. y Tarazona, M. (2015). La ética ambiental: evolución, acuerdos y desacuerdos entre ecología, ambientalismo y sostenibilidad. Revista TEMAS.
  4. Valera, L. (2016). Introducción. ¿Qué es la ética ambiental? Desde sus raíces hacia el futuro. Cuadernos de Bioética.