Nutrición

10 alimentos anticancerígenos


¿Qué son los alimentos anticancerígenos?

Tomar alimentos anticancerígenos como algas, setas, frutos secos o cítricos puede ayudar a prevenir el cáncer, una enfermedad que muchas veces es producida por el estilo de vida. 

Más allá de una predisposición genética para el desarrollo de tumores malignos, hoy en día la ciencia nos ha abierto los ojos sobre el impacto que tiene el estilo de vida que tenemos.

Así como el tabaco, responsable de un tercio de los tumores malignos, también una incorrecta alimentación tiene importantes repercusiones en el riesgo de desarrollarlos. El 75% de los casos de cáncer de colon tiene causas alimentarias.

En Norteamérica, por ejemplo, 1 mujer de cada 9 padece de cáncer de mama, y se ha demostrado que solo el 0,3% de estos casos tiene causas genéticas. Los demás están relacionados con el estilo de vida.

Por otro lado, las mujeres asiáticas tienen un menor porcentaje de cáncer de mama del mundo. Este porcentaje aumenta cuatro veces en las que emigran a Occidente.

La alimentación asiática y occidental son muy diferentes y esto parece estar en la base de estas estadísticas tan distintas. Por ejemplo, cada vez se hace más evidente que el consumo regular de soja y algas marinas está asociado con una baja aparición de cáncer de mama.

Lista de alimentos anticancerígenos

1. Algas marinas

El cáncer de mama, ovario y endometrio están relacionados con la acción nociva que las hormonas sexuales tienen sobre estos tipos de tejidos.

La alimentación de las mujeres asiáticas hace que los niveles de estas hormonas en la sangre sea inferior. Entre los alimentos más asociados con este tipo de mecanismo están las algas marinas.

Experimentos sobre conejillos de India han demostrado que cuando se alimentaban con algas tenían un ciclo menstrual más largo y una concentración de hormonas sexuales inferior.

Las algas contienen además dos sustancias estrechamente relacionadas con la prevención del cáncer: el flucoidan (un tipo de azúcar) y la fucoxantina (un pigmento amarillo). Ambos interfieren con el proceso de crecimiento de las células tumorales.

Las algas hoy en día se venden en muchos supermercados. Las más famosas son las NORI (utilizadas para preparar el sashimi), las wakame (las de la sopa de miso japonesa) y las kombu.

Su sabor casa perfectamente con el pescado y se pueden añadir sin problemas a ensaladas y a sopas de verduras.

2. Setas

Como las algas, muchas setas pertenecen a la cocina tradicional asiática (el shiitake, maitake, enokitake), y otras a la nuestra (portobello, seta común, champiñones y seta de cardo).

Todos contienen los betaglucanos (entre ellos el lentinano), sustancias que estimulan la actividad de las células inmunes, y, por lo tanto, potencian nuestro sistema defensivo.

En Japón, estas setas son alimentos de primera necesidad, hasta el punto de que hoy en día están también presentes en los hospitales, donde se suministran a los pacientes durante el tratamiento de quimioterapia.

Se pueden comprar frescos o secos, y ambos mantienen activas sus propiedades anticancerígenas.

3. Frutos secos y semillas

Frutos secos naturales (no fritos), como almendras, nueces y semillas (linaza, girasol, calabaza, sésamo) son ricos en ácidos grasos Omega 3.

Estos ácidos grasos son grasas poliinsaturadas, que nuestro cuerpo no es capaz de producir solo y que necesita obtener a través de la alimentación.

Las grasas poliinsaturadas se dividen en grasas Omega 3 y Omega 6: las primeras tienen un efecto antiinflamatorio, las segundas pro-inflamatorio.

En una alimentación equilibrada, la relación entre las grasas Omega 3 y Omega 6 debería de ser 50% cada uno.

La alimentación industrial, característica de la sociedad moderna, rompe este equilibrio. Por ello, una persona suele comer alimentos que tienen 25 veces más cantidad de Omega 6 que de Omega 3. La consecuencia es el desarrollo en nuestro cuerpo de un ambiente pro-inflamatorio.

Aprender a utilizar semillas a diario (sobre todo de linaza) y frutos secos en la correcta cantidad es una buena estrategia para evitar que esto pase.

4. Verduras tipo col

Estas verduras se llaman crucíferas. Entre ellas puedes encontrar: col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, berza.

Sus propiedades anticancerígenas están conectadas con la presencia de glucosinolatos, sustancias que inhiben el potencial cancerígeno de factores con el poder de alterar la célula y hacerla mutar.

Mejoran las defensas del organismo y tienen un efecto protector contra las hormonas sexuales.

Se deberían de consumir por lo menos 3 veces a la semana, y la mejor forma de cocinarlas es al vapor, ya que de esta manera no pierden su propiedad anticancerígena.

5. Probióticos (yogur y miso)

Los alimentos probióticos son alimentos con microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos.

Ingeridos en cantidades suficientes, pueden tener efectos beneficiosos, como contribuir al equilibrio de la flora bacteriana intestinal y potenciar el sistema inmune. Entre ellos, el más conocido es el yogur, y también el kéfir.

Es importante saber que no todos los yogures son iguales. Siempre es mejor escoger los naturales sin azúcar y sin edulcorantes, ya que uno de los alimentos principales de las células tumorales es el azúcar mismo.

Otro probiótico excelente es el miso. Es un alimento de origen japonés que deriva de la fermentación de la soja, a la que se le puede añadir durante la fabricación un cereal como la cebada o el arroz.

Tiene el aspecto de una pasta vegetal perfecta para ser añadida a caldos de verduras, teniendo en cuenta de que el miso no se debe hervir nunca si queremos que sus propiedades beneficiosas no se pierdan.

El miso tiene efectos sorprendentes sobre la salud: alcaliniza la sangre, nutre el sistema nervioso, regenera la flora intestinal, desintoxica y elimina residuos tóxicos, incluida la radioactividad.

6. Té verde

El té verde es un increíble aliado contra el cáncer gracias a su elevado contenido en catequinas, y en concreto, en epigalocatequina galato-3 (EGCG).

Es muy conocido por su actividad antioxidante, proteger las células de los radicales libres, implicados en la aparición del cáncer.

Tiene actividad antiangiogénica, es decir, previene el desarrollo de nuevos vasos, y con ello la progresión del tumor y la aparición de metástasis. Muchos estudios han demostrado que potencia el efecto de la radioterapia en las células cancerosas.

Además es un excelente diurético, ayudando al riñón a eliminar toxinas, y está implicado en bajar los niveles de colesterol en la sangre.

El té, así como el café, es un alimento estimulante por su contenido en teína. De todas formas existen algunos, como el té ban-cha, que tienen muy poca cantidad de esta sustancia y se pueden tomar sin ningún tipo de contraindicación.

Tomarse tres tazas de té verde al día constituye un buen hábito para prevenir el cáncer.

7. Frutos del bosque

Los frutos rojos son un excelente aliado en la lucha contra el cáncer. Entre estos frutos encontramos las fresas, cerezas, arándanos, frambuesas y moras.

Todos son ricos en ácido elágico (sobre todo fresas y frambuesas), y también tienen una acción antiangiogénica, evitando que el tumor se expanda y haga metástasis.

Además, eliminan las toxinas, evitando que las sustancias cancerígenas del medio ambiente se conviertan en sustancias tóxicas para las células.

La cereza contiene también otra sustancia, el ácido glucárico, que tiene un efecto desintoxicante.

Los arándanos negros contienen antocianidinas y proantocianidinas, ambas con importante actividad para inducir la muerte las células tumorales. También son ricos en vitamina C, que es un importante antioxidante.

8. Cítricos

Las naranjas, las mandarinas, el limón y el pomelo contienen flavonoides, sustancias  antiinflamatorias. Además, estimulan la desintoxicación de sustancias cancerígenas por parte del hígado.

Se ha demostrado que los flavonoides de la piel de la mandarina (tangeritina y nobiletina) penetran en las células del cáncer, facilitan su muerte por apoptosis y reducen su capacidad de invadir tejidos cercanos.

Tomarse un buen zumo de naranja natural por la mañana es una manera fácil y sencilla de protegernos de la aparición de muchos tipos de tumores.

9. Cúrcuma

Es una planta herbácea de la familia de las zingiberáceas (como el jengibre). Su raíz es ampliamente usada en la gastronomía india, donde se utiliza como ingrediente del curry al que aporta un color amarillo intenso característico.

De todas las especias, es la que mayor poder antiinflamatorio tiene por la presencia de la curcumina, capaz de inhibir el crecimiento de muchos tipos de células tumorales (ovario, mama, colon, hígado, pulmón, páncreas, estómago, vejiga).

La curcumina se asimila mejor por el organismo cuando se junta con la piperina (presente en la pimienta negra). Por esta razón se aconseja combinar la cúrcuma con la pimienta a la hora de tomarla.

Entre sus beneficios están:

– Frena la progresión de las metástasis, induce la autolisis de las células tumorales (el suicidio de las células cancerosas).

– Disminuye la inflamación peritumoral. Inhibe el factor NF-kappaB, que es el que protege a las células tumorales frente a los mecanismos de nuestro sistema inmune a la hora de eliminarlas.

– Potencia la actividad de la quimioterapia y radioterapia.

– Protege las mucosas, hígado y riñones de los efectos secundarios de la quimioterapia.

10. Ajo

El ajo es una de las plantas medicinales más antiguas y utilizadas del mundo.

Cuando lo trituramos, se libera una sustancia llamada aliína, que se transforma por un proceso químico en otra sustancia llamada alucina, responsable a su vez de la formación de muchas sustancias con poder anticáncer.

De hecho, ayudan a eliminar sustancias tóxicas cancerígenas de nuestro cuerpo, y es capaz de detener el crecimiento de las células cancerosas.

También ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre disminuyendo la secreción de insulina e IGF, inhibiendo así el crecimiento de las células cancerosas.

Para aprovechar al máximo las propiedades positivas del ajo, lo mejor es triturarlo y dejarlo en reposo diez minutos, para que todas las sustancias entren en contacto las unas con las otras y se activen.

Referencias

  1. Beliveau, D. Gingras, Foods to Fight Cancer: Essential Foods to Help Prevent Cancer.
  2. Anna Villarini, Giovanni Allegro. Prevenire i tumori mangiando con gusto.