Maximiliano de Habsburgo: biografía
Maximiliano de Habsburgo (1832 – 1867), cuyo nombre real era Fernando Maximiliano José, fue reconocido en la historia por ser archiduque de Austria, emperador de México y el único monarca del Segundo Imperio Mexicano, como se le conoció al país cuando estuvo liderado por una monarquía hereditaria.
El interés que desarrolló por temas relacionados con la ciencia lo hizo realizar el servicio militar en la Marina austríaca. Durante su labor dio inicio a la expedición científica que permitió que la fragata SMS Novara se convirtiera en el primer buque de guerra austríaco en navegar por el planeta.
Llegó a casarse con la Princesa Charlotte de Bélgica, quien era hija del rey de los belgas, Leopoldo I, y con quien adoptó a dos hijos.
Su labor como monarca del Segundo Imperio Mexicano no fue bien recibida por un importante sector de México debido a que Maximiliano provenía de otro país. Además, el Imperio había sido impuesto por Napoleón III sin aprobación previa de los mexicanos. Tras una serie de conflictos, fue ejecutado en el país latinoamericano.
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Fernando Maximiliano José nació en un palacio ubicado en la ciudad austríaca de Viena el 6 de julio de 1832. El primero de sus nombres fue en honor a su padrino y tío paterno, quien llegó a ser el rey de Hungría; mientras que el segundo honraba a su abuelo paterno, que era el rey de Baviera.
Fue hijo del archiduque Franz Harl y de la princesa Sofía de Baviera, quien era miembro de la Casa de Wittelsbach. La relación que tuvo su familia con el poder hizo que Maximiliano fuese miembro de la Casa de Hasburgo-Lorraine, que era una rama de cadetes de la Casa de Hasburgo.
Como parte de las tradiciones de la época, Maximiliano recibió una educación supervisada de cerca por sus representantes. La baronesa Louise von Sturmfeder se encargó de la formación de Maximiliano hasta que cumplió los seis años de edad; luego el joven comenzó a ver clases con un tutor.
Las clases tomaban una parte importante del tiempo de Maximiliano, lo que aumentó con el paso del tiempo: a sus 17 años de edad llegaba a ver 55 horas de clases a la semana.
Entre las materias o disciplinas que estudiaba se encontraron la historia, la geografía, el derecho, la tecnología, los estudios militares, la esgrima y la diplomacia. Además, también estudió idiomas, lo que le permitió dominar el húngaro, el eslovaco, el inglés, el francés, el italiano y el español; su lengua materna era el alemán.
Según quienes le conocían, Maximiliano era un niño alegre y carismático que buscó destacarse ante su hermano; sin embargo, también lo calificaron como un poco indisciplinado.
En 1848, cuando Maximiliano tenía aproximadamente 16 años de edad, comenzaron una serie de revoluciones en Europa. Los disturbios hicieron que el emperador Fernando I abdicara a favor de su hermano, por lo que este asumió el nombre de Francisco José I.
Maximiliano apoyó a su hermano en la realización de campañas que permitieran aplacar las rebeliones en el imperio; al año siguiente se dio el fin de la revolución de Austria, lo que dejó cientos de muertos y encarcelados. La situación horrorizó al joven.
Maximiliano sentía un importante interés por los temas relacionados con la ciencia, en especial por la botánica. Por esta razón, cuando comenzó a realizar el servicio militar inició un entrenamiento en la Marina austríaca, carrera en la que tuvo un ascenso vertiginoso.
Cuando cumplió los 18 años de edad se convirtió en teniente de la marina. Su interés por el área lo llevó a emprender varios viajes de larga distancia en barco; uno de ellos lo realizó cuatro años después de convertirse en teniente: navegó como comandante en la corbeta Minerva, que exploró la costa de Albania y Dalmacia.
También llegó a realizar varios viajes por Brasil en la fragata Elisabeth. Ese mismo año, en 1854, fue nombrado comandante en jefe de la Marina Austríaca, cargo que ejerció durante aproximadamente siete años, hasta 1861.
Durante su labor, la fuerza naval austríaca se volvió influyente en las filas de la Familia Imperial, lo que le brindó a la marina la importancia que nunca tuvo ante la política exterior austríaca. Maximiliano también se encargó de hacer numerosas reformas para modernizar las fuerzas navales.
Además, dio inició a la expedición científica que permitió que la fragata SMS Novara se convirtiera en el primer buque de guerra austríaco en navegar por el planeta.
A los 25 años su hermano le ayudó a buscar una esposa. Tras manejar varias posibilidades se inclinaron por la princesa Charlotte de Bélgica, quien era la única hija del rey de los belgas Leopoldo I, a quien se le reconoció por pautar matrimonios a conveniencia para darle legitimidad a su dinastía.
La unión de su hija con un Habsburgo, la casa con mayor prestigio en Europa para la época, fue una oportunidad que Leopoldo I no pudo rechazar. El compromiso fue celebrado el 27 de julio de 1857.
A pesar de la importancia de ambas partes, Leopoldo I no estaba convencido de la unión debido a que Maximiliano era archiduque.
La presión del rey de los belgas sobre el hermano de Maximiliano para que su nuero fuese nombrado con un cargo de mayor relevancia hizo que obtuviese el título de virrey del Reino de Lombardía – Venecia. El pensamiento liberal de Maximiliano ayudó a que dicha decisión fuese tomada.
Maximiliano se mantuvo en el poder hasta 1859, seguidamente de que los austríacos fueron derrotados en la Batalla de Solferino. Sus políticas liberales enfurecieron a su hermano, por ello decidió despedirlo del cargo, provocando un descontento a Leopoldo I.
México se encontraba gravemente afectado tras una guerra originada por una serie de reformas que provocaron una polarización de la sociedad. La situación hizo que varios países de Europa pusieran atención para intentar aliviar la situación.
En 1859, los conservadores mexicanos se acercaron a Maximiliano para ofrecerle que se convirtiera en emperador del país por considerar que tenía mayor legitimidad que otras figuras reales de la época. Las probabilidades de que el hombre llegara a gobernar en Europa eran reducidas, debido al cargo que ya ocupaba su hermano mayor.
En octubre de 1861 recibió una carta con la propuesta, la cual fue rechazada en una primera oportunidad. Dos años después, en octubre de 1863 Maximiliano aceptó la corona al pensar erróneamente que el pueblo de dicho país había votado por él para el cargo. La decisión hizo que perdiera los derechos a la nobleza de Austria.
La oferta fue el resultado de una serie de conversaciones entre mexicanos conservadores que querían derrocar al gobierno del entonces presidente Benito Juárez y al emperador francés Napoleón III.
El archiduque Maximiliano abandonó su cargo como Jefe de la Sección Naval de la Armada de Austria y emprendió su viaje al país latinoamericano.
Al momento de la llegada de Maximiliano junto a su esposa al país, en mayo de 1864, pudieron percibir la indiferencia de la población en algunos sectores, lo que no ocurrió en ciudades como Puebla y Ciudad de México.
La pareja se residenció en el Castillo de Chapultepec, ubicado en Ciudad de México. Maximiliano fue coronado como emperador el 10 de junio de 1864 e intentó ser benévolo durante su mandato. Llevó a cabo importantes reformas, muchas de las cuales causaron la indignación de los terratenientes.
La familia realizó fiestas para permitir la recaudación de dinero por parte de los mexicanos con mayor poder adquisitivo para destinarlo a los hogares más vulnerables.
Además, Maximiliano restringió las horas laborales, abolió el trabajo infantil y se opuso a la jerarquía católica romana al negarse a restaurar las posesiones de la iglesia confiscadas por Benito Juárez. Las fuerzas liberales que eran encabezadas por Juárez no apoyaban al emperador.
Maximiliano I de Habsburgo y la princesa Carlota de Bélgica no lograron tener hijos biológicos, teniendo que adoptar por decisión propia a Agustín de Iturbide y Green y a su primo Salvador de Iturbide de Marzán. Ambos eran nietos de Agustín de Iturbide, el general del ejército mexicano.
El 16 de septiembre de 1865 les otorgaron a sus hijos adoptivos por decreto imperial los títulos de Príncipes de Iturbide. A pesar de las supuestas intenciones de nombrar a Agustín como heredero del trono, el cargo nunca le fue asignado. Maximiliano no le dio la corona a los Iturbide por considerar que no tenían sangre real.
Posteriormente de que la Guerra Civil de Estados Unidos llegara a su fin, el gobierno de dicho país comenzó a presionar a Napoleón III para que retirara el apoyo de las tropas de Francia a Maximiliano y las sacara de México.
Los líderes del país norteamericano aseguraban que la presencia del ejército francés en las tierras mexicanas suponía la violación de la Doctrina Monroe, que declaraba que el Viejo y el Nuevo mundo tenían sistemas diferentes.
Por esa razón, Estados Unidos no intervendría en asuntos de potencias de Europa ni en las colonias del hemisferio occidental.
Además, la doctrina consideraba que cualquier intento por parte de una potencia europea de controlar una nación del hemisferio occidental era visto como un acto contra Estados Unidos, debido a que los países de dicha zona no debían ser colonizados.
La posibilidad de que el país norteamericano realizara una invasión para permitir el regreso de Juárez hizo que muchos seguidores de Maximiliano retiraran su apoyo.
En octubre de 1865 Maximiliano promulgó el Decreto Negro, documento que permitió la ejecución de ciudadanos que formaran parte de bandas armadas sin autoridad legal. La medida provocó la muerte de aproximadamente 11.000 simpatizantes de Juárez.
La Princesa Carlota intentó buscar ayuda con Napoleón II y el Papa Pío IX; sin embargo, sus esfuerzos fracasaron, lo que le provocó un colapso emocional. En marzo de 1867 los soldados del ejército francés se retiraron del territorio, lo que supuso un golpe para el mandato de Maximiliano.
A pesar de ello, el monarca se negó a abandonar su cargo y a los seguidores con los que contaba. Con la ayuda de generales fieles, Maximiliano luchó junto a un ejército de aproximadamente 8.000 simpatizantes para defenderse de las invasiones republicanas.
Durante la batalla decidió retirarse a la ciudad de Santiago de Querétaro, donde fue asediado por parte de las tropas del bando contrincante. Para ese momento las tropas de Maximiliano estaban considerablemente debilitadas.
El ejército perdió la batalla de forma definitiva el 15 de mayo de 1867, mientras que Maximiliano de Habsburgo fue capturado al día siguiente después de tratar de escapar.
A pesar de que importantes personalidades de la época como el poeta y novelista Víctor Hugo y el reconocido soldado Giuseppe Garibaldi, así como los jefes coronados del continente europeo le pidieron clemencia a Juárez, este no perdonó a Maximiliano.
Tras someter el caso de Maximiliano de Habsburgo a un juicio, quien llegó a ser el único monarca del Segundo Imperio Mexicano fue condenado a muerte. Algunas teorías sugieren que la medida fue tomada a pesar de que a Juárez no le desagradaba en su totalidad Maximiliano.
El presidente mexicano tomó la decisión motivado por los miles de mexicanos que murieron durante la batalla contra el monarca. Además, consideraba que era necesario enviar un mensaje de que México no aceptaría ningún tipo de gobierno que pudiese ser impuesto por potencias extranjeras.
Fernando Maximiliano José llegó a planear junto a su esposa un escape para evitar la condena; sin embargo, el monarca consideró que su dignidad se vería afectada si se llegaba a afeitar la barba para no ser reconocido durante la huída y luego era recapturado.
El 19 de junio 1867 aproximadamente a las 6:40 am, Maximiliano I fue ejecutado en el Cerro de las Campanas junto a los generales que le brindaron apoyo durante su última batalla.
Se presume que el hombre le entregó unas monedas a quienes realizarían la ejecución para que no le dispararan en la cara, lo que permitiría que su madre lo reconociera.
Una vez realizada la ejecución, el cuerpo de Maximiliano fue embalsamado y expuesto en México. Al año siguiente, en enero de 1868, el cuerpo del emperador fue enviado a Austria; su ataúd fue llevado a Viena y colocado en el interior de la Cripta Imperial.
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