Biografías de personajes históricos

Agustín de Iturbide: biografía, coronación, abdicación, muerte


Agustín de Iturbide (1783-1824) fue el primer dirigente del México independiente. Nacido en 1783 en Valladolid, ahora Morelia, empezó su carrera como militar en el ejército realista español. Con este ejército luchó contra los primeros movimientos independentistas que comenzaron en México, combatiendo a figuras históricas como Miguel Hidalgo.

Después de ser destinado a acabar con las tropas de Vicente Guerrero, la situación que vivía la metrópolis (con una Constitución liberal) le hizo variar sus posiciones. En un primer momento su propósito era crear un gobierno en México de índole monárquico, con Fernando VII ocupando el trono.

Ante la negativa de los españoles a este planteamiento, desarrollado en el Plan de Iguala, Iturbide y sus seguidores proclamaron un imperio. Él ocupó la jefatura provisional y después se proclamó emperador. Meses después los liberales y republicanos de México, dirigidos por Santa Anna, se levantaron contra Iturbide proclamando el Plan de Veracruz.

El apoyo dado por los partidarios de los Borbones a la lucha contra Iturbide obligó a este a abdicar en marzo de 1823. Iturbide tuvo que partir al exilio, mientras que el Congreso lo sentenció a muerte.

Un año después, aparentemente desconocedor de esa sentencia, regresó al país. Fue capturado nada más desembarcar y fusilado el 19 de julio de 1824.

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Biografía

Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, nombre completo del futuro emperador de México, nació el 27 de septiembre de 1783 en Valladolid, la actual Morelia. Hijo de padre español, pronto ingresó en el Seminario Tridentino, aunque a los 15 años dejó los estudios.

Su primer trabajo lo realizó en la hacienda paterna y en 1800 se enroló en el ejército en su ciudad natal. Muy joven, en 1805, se casó y con la dote recibida adquirió su propia hacienda.

Conjura de Valladolid

Ascendido hasta el grado de teniente, en 1809 fue uno de los encargados de reprimir la llamada Conjura de Valladolid, uno de los primeros movimientos independentistas que hubo en el virreinato.

Dos años después no quiso unirse a Miguel Hidalgo en su alzamiento contra los españoles; de hecho, combatió a los rebeldes hasta 1816.

Iturbide fue ascendiendo durante toda esta etapa y por su victoria frente a Morelos en 1815 le ascendieron al grado de coronel. Sin embargo, una acusación de corrupción en Guanajuato, provincia de la que era comandante general, le costó la destitución por parte del virrey.

A pesar de resultar absuelto de los cargos que se le imputaron, el militar regresó a sus propiedades en Michoacán. Al año siguiente se marchó a Ciudad de México, aunque sin participar en política.

Conspiración de la Profesa

Los acontecimientos que se desarrollaban en España (con el triunfo de los liberales) tuvieron su reflejo en la colonia. Los conservadores temieron que las medidas que se estaban tomando en la metrópolis llegaran a Nueva España, mientras que los liberales buscaron la manera de aprovechar los acontecimientos para dar los primeros pasos hacia una mayor autonomía.

Los conservadores dieron el primer paso, reuniéndose en lo que se conoce como Conspiración de la Profesa. En esta decidieron no obedecer la nueva Constitución española, la de 1812, y permanecer fieles a las antiguas y conservadoras leyes.

Entre los planes que trazaron se encontraba la opción de independizarse de España para evitar la influencia liberal, aunque manteniendo la obediencia a la Corona.

Para ello buscaron a un militar que pudiera ponerse al frente de la situación; el elegido fue Agustín de Iturbide, que fue nombrado comandante general del sur en noviembre de 1820.

Iturbide se dirigió entonces hacia el sur, con el objetivo de luchar contra los hombres de Vicente Guerrero. Sin embargo, uno de sus propósitos era intentar que se uniera para lograr la independencia, a pesar de las diferencias ideológicas.

Abrazo de Acatempan

En el bando de los conservadores estaban los terratenientes y algunos obispos y, con su ayuda, pusieron a disposición de Iturbide un poderoso ejército.

Esto no impidió que Guerrero venciera en las primeras batallas, lo cual provocó que Iturbide adelantara sus planes y escribiera al líder independentista para proponer una alianza.

El plan que le propuso era crear un México independiente, aunque la Corona quedaría en manos de alguno de los infantes de España. De hecho, le comunicó que ya habían partido algunos representantes para negociar con Fernando VII.

En un principio la respuesta de Guerrero fue muy escéptica. Para su bando, el lema era “independencia y libertad”, estando dispuestos a seguir la guerra hasta conseguirlo.

Una segunda carta de Iturbide logró que ambos líderes se reunieran en Chilpancingo el 4 de febrero de 1821. Después de las negociaciones se ofrecieron el denominado “abrazo de Acatempan”, que sirvió para sellar un acuerdo.

Plan de Iguala

Las tropas de Guerrero y las de Iturbide se unieron a partir de entonces, recayendo el mando en este segundo. El 24 de febrero de 1821 proclamaron el Plan de Iguala, con 24 puntos en los que se trató de contentar tanto a conservadores como a liberales.

Según el Plan, México se declararía independiente, con un sistema político de monarquía moderada constitucional. La intención era brindar el trono a Fernando VII o a alguno de sus hermanos, así como establecer el catolicismo como religión única. Lo primero, de acuerdo con lo firmado, era crear una Junta Gubernativa.

Iturbide comunicó lo decidido al virrey de Nueva España y a otras personalidades importantes. La respuesta fue declarar a los independentistas fuera de la ley.

Tratados de Córdoba

Ante esta respuesta la reacción de Iturbide fue buscar la compresión de la Corona española. El 16 de marzo remitió una carta a Fernando VII para exponerle la situación y ofrecerle el trono.

También envió otra misiva a las cortes españolas, criticando a los liberales mexicanos —teóricamente sus aliados— pero señalando su voluntad de defender la independencia por las armas.

La llegada desde España de un nuevo capitán general a México, Juan de O’Donoju, fue un hecho que dio un giro a los acontecimientos. O’Donojú era contrario al absolutismo de Fernando VII y pronto se dio cuenta de que Nueva España estaba casi totalmente en manos de los independentistas.

De esta forma, el nuevo capitán general ordenó a los realistas cesar las hostilidades. Después, el 24 de agosto de 1821, se reunió con Iturbide. Ambos firmaron los Tratados de Córdoba, en los cuales México se declaraba independiente y se constituía en un imperio constitucional moderado.

Emperador

Las cortes españolas negaron la efectividad de los Tratados de Córdoba en febrero de 1822. En México, antes de que esa declaración española fuese conocida, se convocó un Congreso Constituyente del Imperio.

En ese Congreso se tomó juramento a Agustín de Iturbide como dirigente provisional. Sin embargo, pronto empezaron las diferencias; ya en mayo el enfrentamiento entre Congreso y regente era insostenible.

Coronación de Iturbide

Para Iturbide fue favorable el estallido de una revuelta en Celaya ese mismo mes, dado que aceleró los acontecimientos. El Congreso no tuvo más opción que votar a favor del militar y preparar el juramento que debía prestar como emperador.

A finales de mayo se establecieron las bases del funcionamiento de la Corona. Igualmente, una comisión formada por diputados estudió cómo debía ser la ceremonia.

Elaboraron un reglamento de 63 artículos, copiados de los de la corte española. Los mexicanos recibían la consideración de súbditos y, en lugar de hablar de monarquía absoluta, esta se declaraba constitucional.

Ceremonia

Con todo preparado, el 21 de mayo de 1822 Agustín de Iturbide juró ante Dios defender la religión católica, así como obedecer los decretos del Congreso y respetar las libertades individuales y políticas. Después de esto, le fue colocada la corona imperial por el presidente del Congreso.

Conspiraciones para derrocar a Iturbide

Desde el principio de su reinado Iturbide tuvo enfrentamientos con el Congreso y con diversos sectores políticos, desde los republicanos hasta los partidarios de los Borbones. Esto llevó al emperador a tratar de reducir los poderes de los diputados, hasta el punto de clausurar la Cámara.

Intentando encontrar apoyos creó una Junta Nacional Instituyente, que le permitió acumular más poder del que debía darle su puesto.

El ambiente era bastante tenso e Iturbide iba perdiendo partidarios. Muchos de los seguidores del Plan de Iguala ingresaron en la logia masónica escocesa, tras sentirse traicionados por el emperador.

Voces importantes, como la de Felipe de la Garza, comenzaron a reclamar un gobierno republicano, incluso haciendo uso de la fuerza para establecerlo.

De la Garza, junto con bastantes personalidades de Nuevo Santander, se dirigieron a Iturbide reclamándole que el Congreso fuera reabierto. Al recibir la carta con las exigencias, el emperador los acusó de encabezar una rebelión y los firmantes fueron arrestados.

Finalmente, el 31 de octubre la Asamblea Constituyente fue disuelta, quedando todo el poder en manos de Iturbide.

Plan de Veracruz

La verdadera rebelión vino desde Veracruz. Allí, un joven general que había luchado junto a Iturbide empezó a cambiar de bando, después de ser acusado de corrupción y de conspirar junto a los españoles que quedaban en San Juan de Ulúa. Se trataba de Antonio López de Santa Anna.

El emperador acabó destituyendo a Santa Anna de todos sus cargos militares y políticos y le ordenó acudir a Ciudad de México.

Las órdenes fueron desobedecidas y, días más tarde, a principios de diciembre de 1822, Santa Anna proclamó una serie de puntos en Veracruz contra del gobierno imperial.

Los primeros objetivos de este plan eran sustituir el sistema gubernativo por uno que defendiera la igualdad y la justicia. Para esto afirmaba que era necesario elegir un gobierno representativo bajo la forma de una república.

A Santa Anna se le unió Guadalupe Victoria el 6 de diciembre de 1822. Victoria era un antiguo dirigente insurgente que conservaba un gran prestigio en la nación. Ambos dieron forma al Plan de Veracruz, con 17 artículos principales. El más importante era declarar nula la coronación de Iturbide.

Batalla de Xalapa

El siguiente paso de Santa Anna fue en el ámbito militar. El 21 de diciembre intentó dirigirse a Xalapa, pero fue fácilmente rechazado. Tres días después Guadalupe Victoria y sus tropas se unieron a él, y entonces Victoria tomó el mando de la sublevación.

Iturbide tardó mucho tiempo en reaccionar, lo cual se explica porque se encontraba en la capital en el bautizo de su hijo. Mientras, los rebeldes fueron reclutando a más voluntarios.

A principios de 1823 Vicente Guerrero y Nicolás Bravo se unieron a la revuelta, aunque fueron derrotados en un primer momento. Sin embargo, la insurrección fue ganando terreno en varias zonas del país.

El punto de inflexión se produjo a finales de enero. Aunque el ejército imperial se estaba mostrando más poderoso que las fuerzas rebeldes, tres de los generales más capaces de Iturbide (entre ellos Echávarri, que había vencido a los insurgentes en varias batallas) llegaron a un acuerdo con los sublevados. El 1 de febrero se firmó el Plan de Casa Mata.

Plan de Casa Mata

Algunos historiadores atribuyen el cambio de bando de Echávarri a que pertenecía a la misma logia masónica que Santa Anna. En cualquier caso, el Plan de Casa Mata exigía la reapertura del Congreso y que se restableciera la soberanía de la nación.

A finales de febrero, cuando los militares de Guadalajara se unieron al Plan, Iturbide no tuvo más opción que tratar de negociar. Además de la guarnición de esa ciudad, casi todas las provincias se adhirieron al Plan de Casa Mata. Ante esto, se acordó elegir a los miembros del nuevo congreso.

Abdicación de Iturbide

El hecho de que el Plan de Casa Mata acudiera a las diferentes diputaciones provinciales provocó que se estableciera casi un sistema federal, restándole poder al gobierno central.

Iturbide jugó una última carta cuando negoció con un jefe comanche, exiliado desde los Estados Unidos, el apoyo de sus 20 000 soldados. Al final, la propuesta resultó ser falsa.

De esta forma, el emperador convocó al Congreso el día 4 de marzo. En esa reunión prometió aceptar la voluntad general y decretar una amnistía total.

Iturbide marchó hacía Tacubaya, pero las manifestaciones en su contra continuaron creciendo, hasta el punto de impedirle abandonar su residencia. El 19 de marzo de 1823 se rindió y abdicó por medio de una carta.

Exilio

La abdicación no supuso que la situación se tranquilizara de inmediato. Aún siguieron produciéndose choques entre el denominado ejército liberador y los pocos leales al emperador.

Cuando el Congreso se reunió, nombró un triunvirato para sustituir a Iturbide. Igualmente, el 7 de abril se declaró la coronación como nula de derecho y se rechazó la validez del Plan de Iguala y de los Tratados de Córdoba.

Ya el 29 de marzo Iturbide había comenzado su camino hacia el exilio. En principio iba a partir desde Veracruz, pero finalmente tuvieron que hacerlo desde la Antigua. El 11 de mayo embarcó rumbo a Italia junto con toda su familia.

Regreso y muerte

Desde Europa, Iturbide siguió con atención lo que ocurría en México, aunque con los lógicos problemas de comunicación causados por la distancia. De esta forma, muchos expertos consideran que su plan de volver al país estuvo marcado por el retraso en recibir las últimas noticias.

En febrero de 1824 el antiguo emperador comunicó que quería regresar a México y advirtió de la existencia de planes por parte de los españoles para recuperar el territorio. De lo que no se enteró fue de que en abril, el Congreso lo condenó a muerte si volvía a pisar suelo mexicano, declarándolo traidor.

Así, el 4 de mayo Iturbide puso rumbo de vuelta a México. Llegó el 14 de julio, desembarcando en Soto La Marina, y nada más llegar fue arrestado. Como había marcado el Congreso, Agustín de Iturbide fue fusilado el 19 de julio de 1824. Las últimas palabras que pronunció Iturbide fueron la siguientes:

“¡Mexicanos!, en el acto mismo de mi muerte, os recomiendo el amor a la patria y observancia de nuestra santa religión; ella es quien os ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso, porque muero entre vosotros: muero con honor, no como traidor: no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha: no soy traidor, no”.

Referencias 

  1. Mas, Magdalena. Independencia / Abdicación de Iturbide. Obtenido de bicentenario.gob.mx
  2. WikiMexico. La abdicación del emperador Iturbide. Obtenido de wikimexico.com
  3. Salinas Sandoval, María del Carmen. Oposición al Imperio de Agustín de Iturbide: 1821-1823. Recuperado de cmq.edu.mx
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Agustín de Iturbide. Obtenido de britannica.com
  5. Totallyhistory. Agustin de Iturbide. Obtenido de totallyhistory.com
  6. Mexicanhistory. The First Mexican Empire and Agustín de Iturbide. Obtenido de mexicanhistory.org
  7. McLeish, J. L. Don Augustin de Iturbide. Obtenido de heritage-history.com
  8. Encyclopedia of World Biography. Agustín de Iturbide. Obtenido de encyclopedia.com