Neurociencia

Lóbulo parietal: características, anatomía, funciones, enfermedades


El lóbulo parietal es uno de los cuatro grandes lóbulos que conforman la corteza cerebral de los seres humanos. Se localiza en la zona interior del encéfalo, justo en la región donde recae el hueso parietal.

Esta región de la corteza cerebral se divide en dos grandes estructuras. Una referente al hemisferio izquierdo y otra referente al hemisferio derecho. Los dos lóbulos parietales resultan prácticamente simétricos y presentan un funcionamiento similar.

lóbulo parietal

El lóbulo parietal del cerebro destaca por su función de integración, ya que recibe estímulos referentes al tacto, el calor, el frío, la presión, el dolor y el equilibrio que provienen de múltiples regiones del encéfalo.

Las lesiones en el lóbulo parietal suelen provocar anestesia en el brazo y la pierna del lado apuesto. Es decir, si se lesiona el lóbulo parietal del hemisferio derecho del cerebro, se puede experimentar anestesia en el brazo y la pierna izquierda del organismo.

Así mismo, al desempeñar otras muchas actividades neuronales, las lesiones del lóbulo parietal también se han relacionado con alteraciones en la capacidad para leer, la realización de cálculos matemáticos y otro tipo de actividades cognitivas.

Índice del artículo

Características del lóbulo parietal

El lóbulo parietal es una región de la corteza cerebral que queda ubicada justo por detrás del lóbulo frontal. En la parte inferior de este lóbulo se localiza el lóbulo temporal y por detrás de este se halla el lóbulo occipital.

Se distingue correctamente del lóbulo frontal ya que se encuentra separado de este mediante un surco central. No obstante, funcionalmente, ambos lóbulos cerebrales se encuentran estrechamente relacionados.

Ocupa la región media y superior de cada uno de los hemisferios cerebrales (el derecho y el izquierdo). Así mismo, limita con el lóbulo temporal a través de la cisura de Silvio.

Por otro lado, se encuentra separado del último lóbulo de la corteza, el lóbulo occipital, a través de la cisura perpendicular externa.

Esta región se caracteriza por contener una hendidura profunda, la hendidura interparietal que con una prolongación ascendente delimita tres circunvoluciones: la parietal ascendente, la superior y la inferior.

Su principal función consiste en recibir e integrar los estímulos de los sentidos. Esta actividad la realiza a través de las múltiples conexiones que establece con diferentes regiones cerebrales.

Por otro lado, el lóbulo parietal es una estructura cerebral que se ha relacionado con el conocimiento numérico, la manipulación sencilla de objetos y la visión espacial.

Funciones

El lóbulo parietal es una región de la corteza cerebral que se encarga de llevar a cabo muchas actividades de distinta índole. Esta estructura cerebral podría participar de alguna forma u otra en la mayoría de las actividades cerebrales.

Los diferentes lóbulos de la corteza cerebral no constituyen estructuras autónomas que actúan por separado, sino que son regiones cerebrales que se encuentran interconectadas y trabajan conjuntamente en el desarrollo de la mayoría de actividades.

A pesar de este factor acerca del funcionamiento del lóbulo parietal, esta estructura de la corteza destaca por la participación en tres procesos principales:

  1. La integración y el procesamiento de la información sensorial que proviene de diferentes canales.
  2. El procesamiento de la información simbólica en la que se incluyen los procesos relacionados con el lenguaje.
  3. El procesamiento de la información numérica y, por lo tanto, el desarrollo de actividades matemáticas.

Integración y procesamiento de la información sensorial

El lóbulo parietal destaca principalmente por poseer una de las mayores áreas de asociación de todo el cerebro. Es decir, esta estructura se encarga de combinar e integrar la información que proviene de todas las áreas del cuerpo.

Este hecho permite organizar los elementos captados y desarrollados por distintas estructuras cerebrales y constituir información nueva a raíz de la integración de todos los datos disponibles.

Por este motivo, la creación de conceptos abstractos se da en parte gracias al lóbulo parietal, ya que esta estructura permite a las personas generar distintas ideas a partir de los elementos informativos captados por distintos sentidos y elaborados por diversas estructuras cerebrales.

Por ejemplo, el lóbulo parietal participa en el desarrollo de la idea de lo que es una planta gracias a la integración de la información recibida por el tacto, el olor, la apariencia o el movimiento, así como la participación de pensamientos y creencias previas almacenadas en la memoria.

El lóbulo parietal no solo participa en procesos de integración de datos acerca del mundo o elementos externos, sino que también lleva a cabo actividades importantes sobra la información de cómo uno mismo se relaciona con el mundo a tiempo real.

Es decir, el lóbulo parietal también se encarga de integrar información más abstracta y compleja que abarca tanto elementos sensitivos externos como elementos sensitivos internos.

Por ejemplo, el lóbulo parietal se encarga de unificar los datos que provienen de los músculos del cuerpo, gracias a los cuales la persona es capaz de generar una idea acerca de la posición física y la postura en la que se encuentra.

En definitiva, la función de integración sensorial del lóbulo parietal hace referencia al desarrollo de un procesamiento somestésico. Es decir, permite el desarrollo de la capacidad sensorial de reconocer las sensaciones del organismo.

Procesamiento de la información analítica

La otra gran función del lóbulo parietal consiste en trabajar con los símbolos y la aritmética.

Esta actividad se lleva a cabo de forma conjunta con la función anterior. Es decir, la función matemática surge a partir del análisis de lo que se percibe sensorialmente.

En este sentido, el lóbulo parietal se encarga de integrar todos los elementos informativos y desarrollar la imaginación de una secuencia de unidades con las que, posteriormente, trabajar matemáticamente.

Procesamiento de la información simbólica

Finalmente, a través del mismo mecanismo que el que permite el procesamiento de la información analítica, el lóbulo parietal permite de desarrollo de la información simbólica.

En este caso también juega un papel primordial la integración y elaboración de la información sensorial. A partir de la conjunción de múltiples tipos de datos informativos, el cerebro es capaz de iniciar el pensamiento simbólico.

Anatomía

El lóbulo parietal, o mejor dicho los lóbulos parietales (uno en el hemisferio derecho del cerebro y otro en el hemisferio izquierdo), son estructuras que proporcionan los mecanismos corticales que perciben estímulos somatosensoriales.

Esta estructura se caracteriza por estar conectada con muchas otras regiones encefálicas que le envían estímulos de distinta índole. Cuando los estímulos alcanzan el lóbulo parietal, este se encarga de integrarlos con la memoria y las experiencias pasadas, así como con otras percepciones sensoriales aferentes.

Este funcionamiento del lóbulo parietal permite generar el reconocimiento de los eventos somáticos y extra-corporales de la persona. Así mismo, la actividad del lóbulo parietal contribuye en funciones como la atención y el desarrollo de “mapas mentales”

Anatómicamente se divide en tres grandes áreas: el área somatosensorial primaria, el área sensorial y el área asociativa sensorial.

Área somatosensorial primaria

El área somatosensorial primaria (o área 3-1-2) es una región que se ubica inmediatamente después de la cisura de Rolando, es decir, de la región del lóbulo parietal que limita con el lóbulo frontal.

Forma parte de la circunvolución parietal ascendente y se caracteriza por recibir información desde los núcleos talámicos del lado opuesto del cuerpo. Presenta un patrón somatotópico organizado que se denomina homúnculo sensitivo.

El homúnculo sensitivo es un patrón de funcionamiento que resulta proporcional a las sensaciones que codifica. Es decir, el área somatosensorial primaria contiene múltiples regiones y cada una de ellas se encarga de desarrollar unas sensaciones determinadas.

En función de la intensidad sensitiva de cada una de las sensaciones, la región específica del área somatosensorial será más grande o más pequeña. Por ejemplo, la mano posee una gran región sensitiva dentro del área somatosensorial primaria, ya que en esta región del organismo se encuentra un gran número de receptores sensoriales.

La información sensorial que proviene de los músculos y las articulaciones del cuerpo, la cual resulta importante para la propiocepción de los miembros, se proyecta en el área 3a del área somatosensorial primaria.

El área 1 de esta región del lóbulo parietal tiene como función principal procesar la información que proviene de la piel (área 3b), mientras que el área dos se encarga de combinar la información que proviene de las áreas 3 y 1.

Por otro lado, el área 1 del lóbulo parietal se encarga de proyectar a otras áreas del mismo lóbulo (la 5 y la 7). Estas resultan áreas secundarias que permiten facilitar el aprendizaje, constituir la imagen corporal y planificar los movimientos en el espacio extra-personal.

El área somestésica primaria se denomina corteza somatomotora ya que la mayoría de sus estimulaciones (el 80%) producen respuestas sensitivas, mientras que la minoría (el 20%) generan respuestas motoras.

Finalmente, cabe destacar que esta área del lóbulo pariteal contiene las propiedades críticas que permiten el desarrollo del reconocimiento de las regiones del cuero en el espacio.

Así mismo, las cualidades de esta área permiten identificar la posición de los estímulos, discriminar las diferencias de peso de los objetos levantados, discriminar los diferentes estímulos sensoriales y abstraer la naturaleza de los objetos mediante sus cualidades táctiles.

Área secundaria

El área secundaria (o área 40) es una región del lóbulo parietal que se encarga principalmente de transmitir e integrar aspectos detallados de la información sensitiva.

De hecho, la lesión de esta área del lóbulo parietal suele causar una pérdida bilateral de los aspectos sutiles y finos de la sensibilidad.  Por otro lado, el área secundaria se encarga de desarrollar el esquema corporal.

Finalmente, la conciencia de varias modalidades sensoriales puede entrar en la esfera mental a través de centros subcorticales y de la corteza del giro postcentral o área 40.

Área asociativa sensorial

Por último, el área asociativa sensorial está formada por las áreas 5 y 7 de lóbulo parietal. Esta región se ubica en la circunvolución parietal superior del lóbulo.

El área asociativa sensorial se encarga de programar las actividades motrices del organismo. Concretamente, juega un papel fundamental en el desarrollo de las actividades relacionadas con la proyección del brazo hacia un blanco visual y en las acciones de manipulación manual.

El área asociativa sensorial elabora un sistema de referencia espacial que se utiliza para conducir movimientos del cuerpo en combinación con las sensaciones visuales y somatosensitivas.

Así mismo, estas regiones del lóbulo parietal se caracterizan por participar activamente en la elaboración del esquema corporal.

Lesiones en el lóbulo parietal

El lóbulo parietal es una estructura cerebral que se encarga principalmente de integrar y recibir información sensorial, así como de generar procesos de pensamiento a partir de los datos recibidos.

Las lesiones en esta estructura cerebral suelen generar afecciones relacionadas con el funcionamiento de los sentidos perceptivos y el desarrollo de actividades cognitivas.

Los síntomas originados difieren notablemente en función de si se daña el lóbulo parietal del hemisferio derecho del cerebro o si se daña el lóbulo parietal del hemisferio izquierdo.

Lesiones en el hemisferio izquierdo

Las lesiones en la circunvolución angular del hemisferio izquierdo puede causar una patología conocida comos síndrome de Gerstmann.

Este síndrome suele estar causada por lesiones en la corteza perital posterior (áreas 7 y 40) y sus síntomas principales son la incapacidad para nombrar y localizar partes del cuerpo.

Lesiones en el hemisferio derecho

Las lesiones en el lóbulo parietal derecho generan negligencia contralateral, suelen asociarse a la anosognosia (falta de conciencia de enfermedad), la anosodiaforia (indiferencia frente a la enfermedad) y la hemiasomatognosia (sensación de no pertenencia al propio cuerpo).

Así mismo, las lesiones en esta región del lóbulo parietal suelen producir apraxias ideomotoras (imposibilidad de llevar a cabo un acto motor bajo el comando verbal), apraxias idetaorias (incapacidad de manejar objetos), dispraxia somatoespacial o asimbolia del dolor.

Referencias

  1. Bryan Kolb, Ian Q. Whishaw (2006): Neuropsicología humana. Editorial Médica Panamericana, Barcelona.
  2. Junqué, C. I Barroso, J (2009). Neuropsicologia. Madrid, Ed. Síntesis.
  3. Rubin M y Safdich J.E. (2008). Netter- Neuroanatomía esencial. Barcelona. Elsevier Masson.
  4. Snell R.S. (2007). Neuroanatomía Clínica. 6ª Edición. Buenos Aires: Editorial Medica Panamericana.
  5. Sobotta (2001). Sobotta Atlas de Anatomía Humana 1: Cabeza, cuello y miembro superior, 21 Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  6. Tirapu Ustárroz J, Ríos Lago M, Maestú Unturbe F. (2008). Manual de Neuropsicología. Barcelona. Viguera Editores.