Cultura caral: descubrimiento, origen, ubicación, arquitectura
La cultura caral se originó sobre el año 3000 a. C., por lo que se trata de la más antigua de las civilizaciones prehispánicas. Su desarrolló se produjo en la zona del valle de Supe, en Barranca, al norte de Lima. Su centro principal fue la ciudad de Caral, de la que procede el nombre de esta cultura.
Aunque existieron expediciones arqueológicas anteriores, el conocimiento sobre la antigüedad de la cultura caral y su importancia se deben al trabajo realizado por un equipo de arqueólogos encabezados por Ruth Shady. Este grupo comenzó a estudiar los restos a mediados de la década de 1960, unos trabajos que aún continúa.
La datación efectuada por Shady ha permitido conocer que la cultura caral fue contemporánea a otras como la egipcia o la sumeria. A diferencias de estas, la caral se desarrolló en aislamiento, ya que los pueblos de la zona se encontraban en un nivel de desarrollo inferior. Como ejemplo, esta cultura es 1500 años más antigua que la olmeca y 1200 anterior a la chavín.
Según el análisis de los restos encontrados, esta cultura extendió su influencia mediante la religión y no por la guerra. Destacaron sus construcciones arquitectónicas, sobre todo en la ciudad de Caral.
Entre el año 1800 y el 1500 a. C., la cultura caral comenzó su decadencia, posiblemente debido a factores medioambientales, como el fenómeno de El Niño, así como a terremotos.
Índice del artículo
- 1 Descubrimiento
- 2 Origen e historia
- 3 Ubicación
- 4 Arquitectura
- 5 Religión
- 6 Economía
- 7 Textilería
- 8 Cerámica
- 9 Medicina
- 10 Referencias
Descubrimiento
Los primeros grupos humanos en llegar a la región andina lo hicieron sobre el año 10000 a. C., aunque algunos expertos afirman que fue unos cuatro mil años antes. Se trataba de sociedades cazadoras-recolectoras que fueron evolucionando hacia estructuras más complejas cuando fueron practicando la agricultura.
La fundación de la ciudad de Caral, la más antigua de todo el continente, fue fundamental para el desarrollo del resto de los pueblos. Hasta su datación se pensaba que la madre de las civilizaciones andinas había sido la cultura chavín.
Paul Kosok
A comienzos del siglo XX se habían ya estudiado varios de los asentamientos pertenecientes a la cultura caral. Así, Max Uhle excavó en Áspero en 1905 y Julio Cesar Tello lo hizo en 1937.
Un poco más tarde, en 1949, el arqueólogo estadounidense Paul Kosok realizó investigaciones en la ciudad de Caral. El también historiador alcanzó la zona entonces denominada Chupacigarro junto a su compañero Richard Schaedel.
Kosok escribió sus impresiones sobre las ruinas en su obra Life, Land and Water in Ancient Peru. En este libro afirmó que se trataba de restos muy antiguos, pero sin poder precisar la datación exacta.
Proyecto Especial Arqueológico Caral – Supe (PEACS)
No fue hasta 1994 cuando comenzó el proyecto de investigación que cambió la consideración sobre esta cultura. Ese año, un grupo denominado Proyecto Especial Arqueológico Caral – Supe (PEACS) y encabezado por la doctora Ruth Shady inició una serie de excavaciones que incluyeron la medición de los restos mediante carbono-14.
Durante dos años, Shady y su equipo realizaron prospecciones en el valle de Supe y encontraron varios sitios arqueológicos de gran antigüedad. Los investigadores pudieron relacionar culturalmente esos sitios y estimaron que su inicio había sido la ciudad de Caral.
Las mediciones con el carbono-14 señalaron que algunos de los restos tenían unos 5000 años de antigüedad, por lo que habían sido construidos en el año 3000 a. C., mucho antes que el resto de las civilizaciones andinas.
Origen e historia
Dentro de la cronología de la región, la civilización caral apareció en el Arcaico (antes Precerámico Tardío) y se prolongó hasta el Formativo Inferior. Como se ha señalado, esa datación ha sido confirmada por varios análisis realizados con Carbono-14 en los Estados Unidos.
La confirmación de esa antigüedad supuso un gran cambio en los esquemas que se tenían hasta entonces sobre la aparición de las civilizaciones preincaicas en los Andes. Así, la cultura chavín y su centro ceremonial más importante, Chavín de Huántar, dejaron de ser considerados como el centro cultural más antiguo de la zona.
Antecedentes
Sobre el 3000 a. C., las sociedades de la costa del área norcentral comenzaron a desarrollar significativos avances. En buena parte, eso estuvo provocado por la abundancia de recursos de la región: fértiles valles con ríos que aportaban agua y un mar rico en moluscos y peces.
Otro factor que contribuyó a esos avances sociales fue la comunicación existente entre los pueblos que habitaban la zona. Gracias a ese contacto, ya fuera amistoso o mediante los enfrentamientos, las comunidades de la costa empezaron a usar nuevos conocimientos tecnológicos, desde los canales de riego hasta las redes de pesca.
La consecuencia inmediata fue un aumento de la productividad y el surgimiento de los trabajos especializados. Igualmente, también comenzaron a intercambiar productos.
Todo lo anterior contribuyó a que se presentaran las condiciones necesarias para que se desarrollara una civilización más avanzada.
De entre todas las sociedades que estaban realizando esos avances fue la ubicada en Supe la que mejor aprovechó las oportunidades.
Aparición de la cultura caral
La cultura caral, la primera civilización del continente americano, apareció entre el 3000 y el 2500 a. C. en el valle de Supe. Su origen fue un conjunto de comunidades localizadas en asentamientos urbanos.
Su desarrollo fue veloz en comparación con la situación en la que se encontraban otras culturas del continente. La antigüedad es parecida a la de otras de las primeras civilizaciones existentes en la antigüedad, como la surgida en Egipto, en Mesopotamia o en la India. Al mismo tiempo que se levantaban las pirámides de Giza, en Caral se estaban edificando sus edificios piramidales.
La principal diferencia entre esos focos fue el aislamiento de la cultura caral. Mientras que en el Creciente Fértil o en la India eran frecuentes los intercambios entre civilizaciones que estaban, más o menos, en el mismo nivel, en los Andes eso no era posible.
Por otra parte, se estima que la ciudad de Caral fue la sede central de una comunidad conformada por varios linajes, cuyos representantes eran los líderes. Uno de estos jefes sería el Curaca principal, encargados de organizar y dirigir la vida de los habitantes de las ciudades y pueblos bajo su influencia.
Además de la ciudad de Caral, otros asentamientos importantes fueron Áspero, Allpacoto, Kotosh y La Galgada. Todas estas poblaciones tenían una tradición común y formaron una red bien organizada de intercambio y reciprocidad. Como se ha señalado, Caral era la cabeza de esa red.
Las evidencias encontradas apuntan a que la creación de esa red no fue realizada mediante la guerra. Según los expertos, lo que mantuvo unidos a los pobladores del valle Caral-Supe fue la religión. Así, las creencias comunes actuaron como un medio de cohesión y, quizás, de coerción.
Etapas
La civilización creada por la cultura caral se prolongó entre el 3000 a. C. y el 1800 a. C. Según los arqueólogos del PEACS, su historia puede dividirse en seis periodos:
– Período Remoto: se trataría del periodo anterior al 3000 a. C., antes de que la ciudad de Caral fuera construida. En esta fase, varios grupos familiares crearon asentamientos en el valle de Supe y, aprovechando los humedales, comenzaron a trabajar la tierra.
– Período Antiguo: (2900 a. C. a 2600 a. C.): corresponde a la fundación de Caral, así como de otros asentamientos en la zona central del valle de Supe. Fue entonces cuando se levantaron los primeros grandes edificios abiertos.
– Período Medio Inicial: (2600 a. C a 2400 a. C.): el diseño urbano de Caral fue modificado y se agregó más volumen a sus pirámides. Además, se construyeron las plazas circulares. En el ámbito político, fue cuando se formó un gobierno estatal.
–Período Medio: (2400 a. C. a 2200 a. C.): las pirámides y otros edificios continuaron ampliándose y remodelándose. A estos edificios se les unieron nuevas plataformas y plazas.
– Período Medio Tardío: (2200 a. C. a 2100 a. C.): además de realizarse más remodelaciones, se construyeron las plazas sobre plataformas rectangulares. El centro urbano de Era de Pando ganó prestigio y se convirtió en un nuevo punto de desarrollo en el valle.
– Período Tardío: (2100 a.C. a 1800 a. C.): ante la reducción de la mano de obra, las construcciones comenzaron a utilizar piedras más pequeñas. En este periodo de decadencia se enterraron algunas estructuras de la ciudad. Finalmente, Caral fue abandonada.
Decadencia
Las evidencia encontradas indican que sobre el 1800 a. C. los asentamientos de esta cultura en el valle del Supe fueron abandonados. No se sabe a ciencia cierta las razones de dicho abandono, pero los expertos han propuesto varias hipótesis.
En líneas generales, se piensa que la causa fueron varios eventos naturales, como terremotos y los efectos del fenómeno de El Niño. Se han encontrado pruebas de una fuerte actividad sísmica en algunos templos de la región, tanto en la ciudad de Caral como en Áspero. Esos edificios muestran grietas de considerable tamaño y desniveles entre los pisos.
En el caso de El Niño, es probable que causara fuertes inundaciones y que provocara que la agricultura colapsara. Además, la violencia del viento pudo ocasionar grandes tormentas de arena que cubrieron los campos de cultivo del valle.
Estas circunstancias obligaron a los habitantes de los asentamientos del valle del Supe a trasladarse a otros lugares y construir nuevos asentamientos. En esa época aparecieron nuevos centros religiosos y administrativos en los valles costeros cercanos, en la sierra y en el norte. Según los expertos, esos centros fueron la continuación de la cultura caral.
Ubicación
Desde la ciudad de Caral, esta cultura se extendió por la zona denominada área norcentral peruana. Se trata de una franja de unos 400 por 300 kilómetros de extensión y que engloba varios valles de la costa, los callejones de Huaylas y Conchucos, el altiplano de Junín y las cuencas de los ríos Huallaga, Marañón y la cabecera del Ucayali.
El centro de esta cultura fue el valle de Supe. Este está situado en la actual provincia de Barranca, en el departamento de Lima (Perú). En esta zona se han encontrado unos 20 asentamientos pertenecientes a la cultura caral, con extensiones que van desde las 0,16 hectáreas hasta las casi 80 hectáreas.
Entre los ocho de mayor tamaña destaca con claridad la ciudad sagrada de Caral, que dio nombre a la cultura. Esta localidad fue la capital de la región. Otros asentamientos que contaban con importantes construcciones monumentales eran Pueblo Nuevo, Allpacoto, Cerro Colorado, Chupacigarro y Llapta.
Ya en el litoral situado cerca de la desembocadura del Supe se encontraba Áspero, la ciudad pesquera más importante de la civilización caral.
Arquitectura
El ámbito en el que más destacaron los caral fue en el de la arquitectura. Esta civilización se distinguió por sus construcciones monumentales, como los montículos de plataforma de terraplenes y plazas circulares hundidas.
Los constructores de esta cultura levantaron ciudades con pirámides, anfiteatros hundidos y ductos subterráneos que conducían el viento para que sus fuegos no se apagaran. Los muros eran de piedra y adobe, materiales unidos mediante argamasa, barro, granodiorita y arcilla fina. También utilizaron madera y caña.
Un aspecto interesante en sus construcciones era su capacidad para resistir sismos. Para ello utilizaban la técnica de shicras, que consiste en el uso de bolsas de fibras rellenas de piedra como parte de los cimientos.
Esas bolsas se utilizaron también para construir las plataformas de los templos, como lo que se dotaba de estabilidad a la base y se prevenían los derrumbes causados por los terremotos. Los arquitectos caral usaron esta técnica sismo-resistente hace unos cinco mil años.
Pirámide Mayor
La Pirámide Mayor era el edificio de este tipo de mayor tamaño y volumen en la ciudad sagrada de Caral. Sus funciones eran las de servir como centro religioso y administrativo y estaba construido para que fuera el foco de toda la vida de la ciudad.
Sus componentes arquitectónicos principales eran la plaza circular hundida y la propia pirámide. Esta estaba rodeada de plataformas escalonadas. Las paredes estaban construidas con piedra y su tamaño alcanzaba los 149 metros de largo y los 170 de ancho. La altura hacia el sur era de 19 metros, mientra que al norte era de 29 metros.
Templo del anfiteatro
También en la ciudad de Caral, el templo del anfiteatro era un complejo amurallado con funciones religiosas. Estaba situado en una plaza circular con una antesala al templo. En ambos lugares se concentraba una multitud de espectadores cuando se iban a realizar ceremonias.
Los accesos al interior del templo iban reduciendo su tamaño hasta llegar a la estancia más importante, en la cual solo podían acceder las élites religiosas.
En las ruinas de este templo se han encontrado varios instrumentos musicales, como 38 cornetas elaboradas con hueso de camélidos y 30 flautas traversas. Según los expertos, es una prueba más de la importancia que daba la cultura caral a la música en sus rituales.
Áspero
Además de en la ciudad de Caral, se han encontrado ejemplos de la arquitectura de esta civilización en otros asentamientos. Un ejemplo es Áspero, una ciudad cercana a la desembocadura del río Supe.
Este complejo arqueológico fue construido en el Periodo Arcaico tardío y es considerada como la localidad pesquera más antigua de todo el continente americano.
Religión
Como se ha señalado, la religión fue el principal factor de cohesión social en la cultura caral y fue lo que mantuvo unidos a los habitantes del valle de Supe.
Los dirigentes de esta civilización se presentaban como los intermediarios entre el pueblo y los dioses y los ancestros.
La administración de Caral estaba en manos de una élite conocimientos religiosos y astronómicos. Esto último les servía para elaborar los calendarios agrícolas y, así, indicar los mejores momentos para plantar y cosechar.
La ciudad sagrada de Caral, tal y como demuestran sus enormes templos y pirámides, era el centro religioso de esta civilización. Se piensa que era un punto al que acudían numerosos peregrinos desde otras partes del valle o, incluso, desde regiones más lejanas, con el fin de formar parte de las ceremonias rituales.
Mitos, ceremonias, ritos y ofrendas
Los sacerdotes que se encargaban de las ceremonias utilizaban una gran variedad de objetos con significados simbólicos. Cada tipo de celebración requería el uso de objetos diferentes. Entre estos se encontraban moluscos, textiles quemados, figuras modeladas, artículos de piedra, madera o hueso, instrumentos musicales o cabellos humanos.
Se han encontrado también algunos objetos elaborados con huesos de camélidos que tienen forma de inhaladores, así como contenedores de conchas de caracol de la selva. También se han hallado restos de otro tipo de caracol típico de los parajes desérticos y que está asociado con el cactus San Pedro, conocido por sus efectos alucinógenos.
En las ceremonias, realizadas en los templos, se ofrecían ofrendas a los dioses, desde trozos de cuarzo, alimentos o choros. Otro tipo de ofrendas eran las denominadas enrejadas, que consistían en ejes florales de cabuya que se ataban entre sí.
Economía
La cultura caral estableció una especie de red de asentamientos a lo largo del río Supe. Algunos de ellos eran localidades costeras, mientras que otras estaban ubicadas en la sierra. Estos provocaba que se produjeran diferentes materias, que después eran intercambiadas utilizando el trueque. El centro de dicha red era la ciudad de Caral.
Además de en este aspecto, la economía caral se caracterizó por la importancia de la especialización en las tareas.
Actividades económicas
La principal actividad económica de la cultura caral fue la agricultura intensiva. A pesar de la simplicidad de las herramientas utilizadas, como los palos o las astas para cavar, los campesinos lograron cultivar numerosos productos destinados a la alimentación, la textilería o el trueque.
Además del algodón, los principales cultivos eran la calabaza, el maíz, la papa, el ají, el maní, la achira o el camote.
Los habitantes del valle construyeron una serie de canales de riego bastante simples para llevar el agua del río a los campos de cultivo.
Como se ha comentado, el comercio tenía lugar principalmente entre los habitantes de los diversos asentamientos caral. Los asentados en el litoral aportaban pescado y marisco, los de los valles costeros llevaban frutas y algodón y los de la sierra alta sus productos agrícolas y de pastoreo.
Se han encontrado evidencias de que la red comercial se extendió fuera de los asentamientos de su cultura. En los yacimientos caral se han encontrado productos de la sierra como las plumas de cóndor, de la selva, como pieles de primates y de la costa ecuatorial, como el spondylus.
Estos intercambios no se limitaron a los productos materiales, sino que también compartían conocimientos.
Tecnología agrícola
Los investigadores han encontrado pruebas de que la cultura caral dedicó a grupos de trabajadores especializados en la mejora de las especies y del rendimiento de los cultivos. Para ello utilizaron la manipulación genética de las diferentes variedades de plantas y la elección de las mejoras semillas.
El resultado fueron cosechas con productos de mayor tamaño y mejor calidad. Además, también lograron que fueran más resistentes ante las plagas.
Un ejemplo de estas técnicas de selección fue el algodón, que fue sometido a un proceso de mejora para conseguir que sus fibras fueran más largas, tuviera más colores y el rendimiento creciera.
Textilería
La cultura caral logró desarrollar de manera notable la textilería, cuya principal materia prima era el algodón. Otros materiales que usaban en sus textiles fueron el junco, la cabuya o el totora.
Las fibras de algodón eran utilizadas para elaborar vestidos, que consistían en piezas llanas sin decoración. En su elaboración utilizaban las técnicas del entrelazado y el torzal. La textilería caral también elaboraba calzados, sogas, redes de pescar, cordeles y bolsas.
Quipus
Otro ejemplo de textilería caral fueron los quipus, un conjunto de hilos con nudos que utilizaban los incas para conservar información estadística o como medio de transmitir mensajes.
Los arqueólogos encontraron en la pirámide de La Galería unos restos que han sido identificados como uno de esos quipus. De confirmarse esa interpretación se trataría del más antiguo de Perú.
Un hallazgo que parece corroborar el uso de quipu por la cultura caral son unas representaciones pictóricas de esos objetos en las plataformas de la Pirámide Menor de la capital.
Cerámica
Dado que la cerámica no se introdujo en los Andes centrales hasta el 1800 a. C., la cultura caral no llegó a practicarla. Lo más parecido fue la elaboración de figurillas antropomorfas de arcilla sin cocer.
Según Ruth Shady, la cultura caral no necesitó la cerámica, puesto que contaban con utensilios que podían cumplir parte de sus funciones prácticas, como las calabazas (como recipientes), cucharas de madera y platos elaborados con piedra.
Las pequeñas figuras antes mencionadas se dejaban secar al sol y representaban ídolos masculinos y femeninos. La hipótesis más probable es que se usaran en los rituales relacionados con la fertilidad o en aquellos celebrados para renovar los edificios.
Por otra parte, los investigadores piensan que esta cultura sí pudo conocer la existencia de la cerámica por sus contactos con las poblaciones al norte del actual Perú. A pesar de esto, no llegaron a utilizarla, ni siquiera para realizar adornos para las élites.
Medicina
Se han encontrado bastante evidencias que prueban el uso de plantas medicinales en los asentamientos de esta cultura. Buena parte de esas plantas han sido hallada en contextos relacionados con los enterramientos.
Uno de los productos que más han aparecido son paquetes de tallos y hojas de sauce, con propiedades contra el dolor de cabeza.
Referencias
- Vargas, Mauricio. Cultura Caral – Características y Resumen. Obtenido de profeenhistoria.com
- Zona Caral. La ciudad sagrada de Caral. Obtenido de zonacaral.gob.pe
- Tavera Vega, Lizardo. Caral. Obtenido de arqueologiadelperu.com.ar
- UNESCO World Heritage Centre. Sacred City of Caral-Supe. Obtenido de whc.unesco.org
- Smithsonian magazine. First City in the New World?. Obtenido de smithsonianmag.com
- Hirst, K. Kris. The Norte Chico Civilization of South America. Obtenido de thoughtco.com
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Caral. Obtenido de encyclopedia.com