Ciervos: características, subespecies, reproducción, alimentación
Los ciervos o venados son mamíferos placentarios que conforman la familia Cervidae. La característica principal de este clado son las astas; dichas estructuras óseas están presentes en todos los venados, excepto en el ciervo de agua chino (Hydropotes inermis inermis).
Otra característica de las cornamentas es que solo las tienen los machos, menos en el caso de las especies del género Rangifer, donde ambos sexos poseen astas. Estas crecen a partir de los pedicelos, localizados en el hueso frontal. Además, se encuentran recubiertas de un tejido especial llamado terciopelo, que está altamente vascularizado e inervado.
La familia Cervidae es muy extensa, con un total de veintitrés géneros y cuarenta y siete especies, la cuales están agrupadas en tres grandes subfamilias: Hydropotinae, y Capreolinae.
Índice del artículo
- 1 Evolución
- 2 Características
- 3 Taxonomía y subespecies
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Estado de conservación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
Según las investigaciones, los antepasados del ciervo vivían en el Eoceno y carecían de astas, pero tenían colmillos. Los expertos sugieren que la evolución de la familia Cervidae ocurrió por etapas y que tuvo una duración de alrededor de 30 millones de años.
Se cree que los rumiantes, antepasados de los Cervidae, evolucionaron a partir del Diacodexis, que vivió entre 50 y 55 millones de años atrás en Norteamérica y en Eurasia.
Su cuerpo medía alrededor de 50 centímetros de largo y poseía una larga cola. En cada extremidad tenía cinco dedos, con la particularidad que el tercero y el cuarto eran alargados.
En la segunda mitad del Oligoceno aparecieron el Eumeryx europeo y el Leptomeryx norteamericano. Este último tenía la apariencia de los bóvidos, pero su dentadura era similar a la de los venados modernos.
Los registros fósiles sugieren que los primeros integrantes de la superfamilia Cervidae vivieron en el Mioceno, en Eurasia. Según las investigaciones los primeros ciervos con astas son los Dicrocerus, Heteroprox y Euprox.
En este período, desapareció el Océano Tetis, dando paso a vastas praderas. Esto proporcionó al ciervo una abundante vegetación altamente nutritiva, permitiéndole florecer y colonizar otras áreas.
Bretzia fue uno de los tres géneros conocidos (Bretzia, Eocoileus, Odocoileus) como una de las radiaciones evolutivas de los cérvidos que ocurrió en el Plioceno. Esto aconteció luego de la inmigración inicial de Asia a América del Norte, durante el límite Mioceno-Plioceno.
Bretzia tenía un tamaño similar al venado bura (O. hemionus), pero tenía diferencias en cuanto al esqueleto postcraneal, a los dientes y a la morfología de la cornamenta y del cráneo,
En cuanto a los pedículos de las astas, se encuentran más separados que en la mayoría de los cérvidos. En este género, las astas tienen una estructura palmeada. Los ciervos llegaron a América del Sur a finales del Plioceno, como parte del Gran Intercambio Americano, a través del Istmo de Panamá.
Los grandes ciervos con astas evolucionaron en el Pleistoceno temprano. En este sentido, el género Eucladoceros eran comparable, en tamaño, a los alces modernos. Uno de los géneros que incluían especies de grandes dimensiones era Megaloceros, que vivieron en Eurasia a finales del Pleistoceno.
De manera general, los miembros de la familia Cervidae tienen el cuerpo compacto y una cola corta. Sus extremidades son largas y musculosas, adecuadas para los terrenos rocosos y leñosos donde habita.
Con relación al cráneo, los ciervos se caracterizan por carecer de una cresta sagital y por tener una barra postorbital. La gran mayoría tienen una glándula facial, ubicada cerca del ojo.
Esta contiene una sustancia llamada feromona, que puede ser utilizada para marcar el territorio. Los machos segregan esta fuerte esencia cuando se encuentran irritados o excitados.
Estos mamíferos tienen una excelente visión nocturna. Esto se debe a que poseen un tapetum lucidum, que es una capa membranosa situada entre el nervio óptico y la retina. Su función es similar a la de un espejo, puesto que refleja los rayos luminosos que inciden en esta.
Así, aumenta la luminosidad disponible para que los fotorreceptores puedan captar mejor el ambiente. De esta manera, la visión en condiciones de poca iluminación, como ocurre en horas nocturnas en los bosques, mejora notablemente.
Los venados exhiben una amplia variación en cuanto a sus dimensiones físicas. Además, generalmente los machos son más grandes que las hembras.
El ciervo de menor tamaño es el pudú del sur (Puda puda), alcanzando una altura de 36 a 41 centímetros y un peso que oscila de 7 a 10 kilogramos. La especie más grande es el alce (Alce alce), que pudiera medir hasta 2,6 metros de alto y pesar hasta 820 kilogramos.
La gran mayoría de los venados tienen 32 dientes. Sin embargo, los renos tienen 34 dientes. Las características de los caninos superiores presentan variaciones, dependiendo de las especies.
Así, en el ciervo de agua chino, el ciervo muntjac, y el ciervo con mechones, estos dientes están alargados, formando unos colmillos afilados. Contrariamente, otros cérvidos carecen de caninos o son vestigiales.
En cuanto a los dientes de las mejillas, poseen crestas de esmalte crecientes, que permiten moler el material vegetal que consumen. Los cérvidos no tienen incisivos superiores, pero si cuentan con un paladar duro.
La parte delantera de la mandíbula superior se encuentra cubierta por un tejido endurecido, contra el cual ocluyen los caninos y los incisivos inferiores.
El pelaje tiene una coloración que varía entre el marrón y el rojo. Sin embargo, el ciervo con mechones tiene el pelo marrón chocolate y el alce lo tiene grisáceo. También, algunas especies tienen manchas blancas, como el gamo, el chital y el sika.
Los ciervos tienen dos mudas al año. Así, el pelaje rojo y fino que tiene el ciervo rojo durante el verano es reemplazado gradualmente hasta que en otoño tiene uno denso y de color marrón grisáceo.
Todas las especies de venados tienen astas, con la excepción de los ciervos de agua chinos (Hydropotes inermis inermis). También, todos los machos poseen cornamentas, menos el reno.
Estas estructuras crecen a partir de pedicelos, que son soportes óseos localizados en los laterales del hueso frontal. Inicialmente, las astas surgen como tejidos blandos, conocidas como astas de terciopelo.
Luego, estas se van endureciendo de manera progresiva, debido a un proceso de mineralización y de bloqueo de los vasos sanguíneos. Así, se convierten en unas astas óseas duras.
El terciopelo o cubierta dérmica, es rico en vasos sanguíneos y en terminaciones nerviosas. En el momento que las cornamentas alcanzan el tamaño máximo, el terciopelo muere y se va desprendiendo a medida que el animal las frota contra la vegetación.
Las suturas encargadas de sujetar las astas a la cabeza del venado se descalcifican anualmente. Esto ocasiona que las cornamentas se caigan, generalmente al finalizar el otoño o en los inicios del invierno.
Al poco tiempo, comienzan a crecer nuevamente. En esta etapa, el hueso en expansión se encuentra cubierto de una fina capa de piel, que cumple una función protectora.
Formas
Debido a que el crecimiento no está limitado a la base, como ocurre en los cuernos, las astas tienen patrones de crecimiento propios de cada especie. Así, pueden variar de tener una forma de simple espiga, como en el caso de los muntjacs, hasta ser grandes y ramificadas estructuras, como ocurre en los alces.
En cuanto a este aspecto, algunas cornamentas son palmeadas, mientras que las del pudú son unas simples púas. Otras tienen una serie de dientes, que emergen hacia arriba, a partir de una viga principal curvada.
Con relación al tamaño, el gamo común (Gama gama) y los renos tienen las astas más pesadas y grandes, mientras que las más pequeñas las posee el venado copetudo. En cuanto a las más ligeras, con relación a su masa corporal, las tiene el pudú.
Utilidad
En los ciervos, las cornamentas son una de las características sexuales secundarias masculinas más notorias. Dentro de sus funciones principales está el garantizar el éxito reproductivo y el ser un elemento de combate entre los machos.
Las astas están correlacionadas con la jerarquía que ocupa el cérvido dentro del grupo. En este sentido, mientras más pesadas son, más alta es la posición del animal dentro de la agrupación. También, los expertos señalan que un macho con grandes cornamentas tiende a ser más dominante y agresivo que el resto de los machos.
Por otra parte, los alces que habitan en el Parque Nacional de Yellowstone, emplean las cornamentas para protegerse contra el ataque de los lobos.
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria
-Filum: Cordado.
-Subfilum: Vertebrado.
-Infrafilum: Gnathostomata.
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase: Mamífero.
-Subclase: Theria.
-Infraclase: Eutheria.
-Orden: Artiodactyla.
-Familia: Cervidae.
-Subfamilia: Capreolinae.
Géneros: Alces, Rangifer, Blastocerus, Pudu, Capreolus, Ozotoceros, Hippocamelus, Odocoileus, Mazama.
-Subfamilia: Cervinae.
Géneros: Cervus, Rusa, Dama, Rucervus, Elaphodus, Przewalskium, Elaphurus,
Muntiacus.
-Subfamilia: Hydropotinae.
Género: Hydropotes.
Los cérvidos se encuentran ampliamente distribuidos en todos los continentes, excepto en la Antártida, Australia y en gran parte de África, donde existe solamente la subespecie ciervo de Berbería (Cervus elaphus barbarus), al norte de Túnez y Argelia.
Norteamérica
La mayor concentración de ciervos en Norteamérica está en Canadá, en las Montañas de Columbia y en las Montañas Rocosas. En la región de Columbia Británica se encuentran diversos parques nacionales, como el Parque Nacional Mount Revelstoke, el Parque Nacional Yoho, el Parque Nacional Glacier y el Parque Nacional Kootenay.
En Montana y Alberta, los venados habitan en el Parque Nacional Banff, el Parque Nacional Glacier y en el Parque Nacional Jasper.
Eurasia
El continente euroasiático, incluyendo el subcontinente indio, cuenta con las mayores poblaciones de ciervos a nivel mundial. Algunas especies que tradicionalmente han estado asociadas a Europa, como el ciervo rojo, los gamos y los corozos, actualmente también viven en Asia Menor, en Irán y en las montañas del Cáucaso.
En Europa, los cérvidos se localizan en las Tierras Altas de Escocia, los humedales entre Hungría, Austria y la República Checa, y en los Alpes austríacos, entre otros.
Además, se encuentran en algunas reservas nacionales, como por ejemplo el Parque Nacional de Doñana (España), el Parque Nacional de Białowieża (Polonia), el Veluwe en los Países Bajos y las Ardenas (Bélgica).
En Asia, los ciervos se distribuyen en los bosques de coníferas de montaña, bosques caducifolios mixtos y la taiga, que limita con Manchuria (China), Corea del Norte y Ussuri (Rusia). El caribú asiático vive en las franjas septentrionales de dichas regiones, a todo lo largo de la frontera rusa-china.
Los cérvidos habitan en diversos ecosistemas, abarcando desde la tundra de Groenlandia y Canadá hasta las selvas tropicales de la India. Así, habitan en bosques caducifolios, praderas, humedales, matorrales áridos y zonas alpinas.
Algunas especies prefieren los ecotonos, en áreas de transición entre los matorrales y los bosques y entre las sabanas y las praderas. Otros cérvidos viven casi exclusivamente en praderas, montañas, sabanas húmedas, pantanos y en corredores ribereños rodeados de desiertos.
Las especies pequeñas de ciervos y los pudúes de Suramérica y de América Central, además de los muntjacs de Asia, generalmente habitan en bosques densos, evitando los espacios abiertos.
Así mismo, diversos venados están distribuidos circumpolarmente, tanto en Eurasia y en Norteamérica. Por ejemplo, el caribú vive en la taiga y en la tundra ártica.
En los hábitats de las laderas montañosas, viven tanto en bosques como en bosques secos subalpinos. El caribú de bosque se localiza en un rango más restringido, entre los prados subalpinos y las tundras alpinas.
En cuanto a los alces, se extienden en las tierras bajas del valle del río. Los ciervos de cola blanca han ampliado su área a los fondos de valles fluviales y estribaciones de las Montañas Rocosas en Canadá.
Dentro de la extensa familia Cervidae existen numerosas especies en peligro de extinción, debido a que sus poblaciones están amenazadas por diversos factores, ocasionando así su decrecimiento.
Un total de 56 ciervos han sido catalogados por la UICN como en riesgo de extinguirse. Entre estos, uno está extinto, el Rucervus schomburgki y otro, el Elaphurus davidianus, ya no vive en condiciones salvajes.
Dentro del grupo de menor preocupación se encuentran 3 levemente amenazados, 16 son vulnerables, 7 están en peligro y 2 se encuentran en estado crítico de extinción. Dentro de la agrupación, 10 cérvidos no cuentan con datos suficientes para su evaluación.
Las principales amenazas de los ciervos incluyen su caza y la competencia con otros animales por los recursos alimenticios. Otro factor que afecta a estos mamíferos es la pérdida de su hábitat, debido a la tala de los árboles y a la utilización de las tierras para la agricultura.
Así mismo, el cambio climático ocasiona que algunas especies dejan sus rangos de hogar y se desplazan hacia los polos. Un ejemplo de esto son los alces, localizado al centro norte de Estados Unidos.
Un estudio demográfico realizado en la década de 1980 revela una disminución en su población meridional, como respuesta al aumento de la temperatura en esa región.
Las diversas especies amenazadas se encuentran protegidas en reservas naturales y en parques nacionales. Además, 25 cérvidos en peligro de extinguirse forman parte del apéndice I de CITES.
La pubertad en los ciervos ocurre alrededor de los 16 meses de edad y luego de esta etapa, exhiben poliestro estacional. En cuanto al ciclo estral, puede variar entre 17 y 22 días, dependiendo de la especie.
Este puede continuar presentándose de manera cíclica hasta por seis meses, en el caso que la hembra no haya sido fecundada. La gran mayoría de los venados son polígamos, no obstante, algunas especies son monógamas, como por ejemplo el corzo europeo.
En algunas especies, los machos pudieran aparearse con aquellas hembras cuyos territorios están dentro de los suyos. También, estos pudieran desplazarse entre rebaños, en búsqueda de hembras en celo.
Por su parte, las hembras forman pequeños grupos, llamados harenes, que se encuentran protegidos por los machos. Estos ejercen su dominio sobre el harén, desafiando a los machos rivales.
El comportamiento de cortejo en los cérvidos está caracterizado por las aproximaciones entre la pareja, con lamidos y olfateos de la zona ano-genital. También, el macho suele perseguir a la hembra y mostrarse agresivo hacia otros machos. La duración de la gestación varía según la especie, sin embargo, tiene un promedio de 7 meses.
Los miembros de la familia Cervidae son reproductores estacionales. Las variaciones relacionadas con la lluvia, la temperatura y la duración del día influyen en la temporada de apareamiento.
En aquellos climas donde los cambios en las estaciones son extremos, el tiempo que dure el día es utilizado para cronometrar el período de apareamiento.
Los expertos señalan que los venados responden reproductivamente mejor en los días cortos que en los largos. Esto significa que los comportamientos propios del estro comienzan a exhibirse a finales de septiembre y de octubre y no durante la época de verano.
El apareamiento está controlado por los niveles de melatonina. Esta es una hormona modificada, que es liberada por la glándula pineal. En las temporadas donde existe una menor cantidad de horas de luz al día, los valores de testosterona se incrementan.
Esto pudiera influir en el volumen y en el pH de líquido seminal, así como también en la motilidad y concentración de los espermatozoides. Debido a esto, en el período donde el macho está más excitado sexualmente, la calidad del semen es mucho mayor.
El celo en las hembras se desencadena por la disminución del fotoperíodo. En este sentido, la glándula pineal produce la melatonina, como respuesta a la poca luminosidad del medio ambiente.
Los cambios estacionales en la fertilidad se encuentran asociados a la secreción de la hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH) del hipotálamo. A su vez, dicha hormona influye en la segregación de la hormona luteinizante (LH) y en la hormona foliculoestimulante (FSH) de la pituitaria anterior.
Los ciervos son animales herbívoros que se alimentan principalmente de hojas. Estos seleccionan las partes más digeribles de la planta, como las hojas jóvenes, las hierbas frescas, frutas, flores, líquenes y las hierbas frescas.
Es por esto que se les consideran selectores concentrados, ya que tienen la tendencia de escoger las partes más nutritivas de las plantas. Sin embargo, algunas especies son clasificadas como intermedias.
Dicho comportamiento alimenticio es contrario al que presentan el ganado y las ovejas, quienes consumen grandes cantidades de alimento fibroso de baja calidad.
El requerimiento alimenticio de los cérvidos incluye una gran cantidad de minerales, tales como el fosfato y el calcio, que contribuyen en el crecimiento de la cornamenta. Es por esto que, algunas especies como los ciervos rojos que viven en la isla de Rum, no solo comen vegetales.
Dentro de su dieta suelen consumir crías de algunas aves marinas y sus huevos. Los especialistas señalan que esto puede deberse a la necesidad que tiene el mamífero de recuperar los elementos minerales que no contienen las plantas.
La alimentación de los venados es mixta, entre el ramoneo y el pastoreo. Además, depende de las estaciones y del hábitat donde se encuentra. Así, durante el invierno y la primavera, su dieta está formada hasta en un 75% por herbáceas. En otoño y verano, aumenta el consumo de frutas y de plantas leñosas.
Demás, en los cérvidos, la ingesta de los alimentos está influenciada por el valor alimenticio del forraje, el fotoperíodo y la etapa del ciclo reproductivo.
Así mismo, la condición corporal también sufre variaciones relacionadas con los cambios en las estaciones. A finales del verano, el cuerpo de los venados almacena una gran proporción de grasa. Está será utilizada por los machos durante su rutina otoñal.
En cuanto a las hembras, emplean las reservas de grasa de manera gradual en el invierno y a principios de la primavera. Esto les permite mantener una condición corporal adecuada en los dos primeros trimestres de su gestación, cuando en el ambiente los recursos alimenticios son limitados.
Por otra parte, la reducción del apetito que sufren los ciervos en el invierno y en el otoño contribuye a evitar el gasto energético que produce la búsqueda improductiva de fuentes alimenticias en esas épocas del año.
Los cérvidos generalmente son clasificados como animales crepusculares, aunque algunas especies suelen estar activas durante gran parte del día. Estos animales suelen tornarse más agresivos en situaciones de escasez de alimentos y durante la temporada de apareamiento.
Los machos agresivos, de mayor tamaño y de cuernos más grandes, tienden a ejercer dominio sobre el resto de los machos. Esto les garantiza el acceso a las hembras en celo durante la temporada de reproducción. En los combates entre machos y machos, pueden usar sus astas.
También, podrían caminar uno alrededor del otro, rodeándose, mientras vocalizan un agudo gemido o un gruñido bajo. A menudo, los ciervos levantan el pelo corporal, por medio de la contracción del músculo retractor pili, haciéndolos parecer más grandes.
En la época de apareamiento, los machos utilizan sus extremidades anteriores para raspar el suelo, anunciando así su presencia y disponibilidad de formar pareja. Ocasionalmente pudieran orinar o depositar sus heces en el área raspada.
En cuanto a la organización social de los cérvidos, es variable y pudiera estar influenciada por la temporada. Aunque la gran mayoría de las especies forman pequeños grupos, para alimentarse podrían agruparse en grandes rebaños. Una vez cumplido el objetivo, se dispersan.
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