Gertrude Bell: biografía y expediciones
Gertrude Bell (1868-1926) fue una arqueóloga, viajera y escritora británica, reconocida por ser la persona encargada de dibujar el mapa de Irak tras la caída del Imperio otomano en 1919. Ayudó además a crear el Museo Nacional de Irak, siendo una convencida de que las piezas arqueológicas debieran estar en sus lugares de origen y no ser trasladadas a Europa.
Enamorada de los viajes, visitó lugares como Siria, Jerusalén, Petra, Palmira, siempre buscando lugares para realizar excavaciones y aprender de maestros e investigadores como David Hogarth, del Brithis Museum.
Índice del artículo
- 1 Familia
- 2 La influencia de Florence Olliffe
- 3 Estudios
- 4 Viajes y libros
- 5 Montañismo
- 6 Expediciones en Mesopotamia
- 7 Mapa de Irak
- 8 Museo Nacional de Irak
- 9 Muerte
- 10 Referencias
Familia
Gertrude Bell no sufrió problemas económicos en su vida gracias a que su padre, Hugh Bell, era el heredero de Sir Isaac Lowlluan Bell, abuelo de Gertrude, uno de los magnates más afamados en el sector siderúrgico.
Lowlluan influyó en su nieta porque la interesó desde muy temprano en asuntos internacionales y en política, también la impulsó a conocer el mundo y viajar, una de sus pasiones a lo largo de la vida.
Bell nació en 1868 en el condado inglés de Durham, pero su madre, Mary Shield, perdería la vida tras dar a luz a su hermano Maurice, tres años después. La pérdida de su madre a tan temprana edad obligó a la niña Bell a aferrarse con fuerza a su padre.
El afecto hacia ese hombre que la apoyaría desde joven en todas sus aventuras duró prácticamente toda la vida. Algunos dicen que la pérdida de la madre ocasionó en ella una infancia con ciertos períodos de depresión y angustia.
La influencia de Florence Olliffe
Hugh Bell más adelante se casó, en 1876, con Florence Olliffe, una escritora que desarrolló la pasión por los cuentos orientales en Gertrude. Olliffe era autora de cuentos infantiles, e influyó bastante en Bell sobre todo en temas de decoro y el buen ejercicio de los deberes.
Igualmente, Gertrude vio el trabajo de su madrastra con las esposas de los herreros en Eston, Middlesbroug, y fue la semilla para que en el futuro trabajara ayudando a educar mujeres en Irak.
Fruto del amor entre su padre y su madrastra nacieron tres hijos: Molly, Elsa y Hugo. Esos primeros años Gertrude Bell recibió instrucción en su casa además de compartir varios días con tíos y primos.
Estudios
Desde muy pequeña Gertrude fue una niña muy inquieta. El talento saltaba a la vista de su padre, por ello en la adolescencia decidió que su hija debía ingresar al prestigioso Queen’s College, institución fundada en 1448 por Margarita de Anjou. Fue tal la gran experiencia de la adolescente Bell que uno de sus profesores de Historia le pidió que se matriculara en Oxford.
Había sido una estudiante modelo, aplicada y con las mejores notas, así que su entrada en Oxford estaría asegurada. Sin embargo, los tiempos que corrían no eran los mejores para las mujeres.
A pesar de ello, se especializó en Historia Moderna, en momentos donde era muy extraño que una mujer estudiara precisamente esta rama de las ciencias sociales. Lo que pocos saben tal vez es que se graduó con honores de primera clase, y que lo hizo en tan solo dos años. Los alumnos de esa promoción fueron 11, nueve hombres y dos chicas, Gertrude Bell y Alice Greenwood.
Viajes y libros
Al abandonar Oxford en 1892 decidió viajar a Persia, pues tenía un tío en la embajada británica de Teherán, Sir Frank Lascelles. Bell conoció allí a Henry Cadogan, quien era secretario en la embajada.
Aunque era un hombre culto e inteligente tenía, según su padre, Hugh Bell, un defecto; era pobre, así que no consintió el matrimonio. Fruto de este primer viaje publicó, en 1894, Persian Pictures.
Luego decidió regresar a Inglaterra e iniciar varios viajes para dedicarse al montañismo y aprender idiomas. Es conocido que Gertrude hablaba hasta siete idiomas, entre ellos francés, italiano, árabe, persa, alemán y turco, muchos de ellos aprendidos en sus múltiples viajes y gracias al contacto directo con todo tipo de personas en los distintos parajes.
En 1899 volvió a Oriente y viajó a Jerusalén y a Damasco. También pasaron varios años preparándose para una ventura única atravesando el desierto, una expedición que la misma Bell organizó y que la llevó a sumergirse en un mundo extraño para ella y nuevo, conociendo las tribus nómadas. En 1906 este viaje se vio reflejado en un libro, Siria: The Desert and the Sown.
Siria: el desierto y la siembra
El descubrimiento de los desiertos árabes lo debemos en parte a Gertrude Bell, quien en 1907 viajó a ciudades como Jerusalén, Damasco, Beirut, Antioquía y Alejandría.
El interés de Bell era dejar tanto un testimonio escrito como gráfico, por ello el libro Siria: el desierto y la siembra cuenta como un valioso documento gracias a sus ricas descripciones y a las imágenes que las acompañan.
Más adelante, en compañía del arqueólogo Sir William M. Ramsay, descubrieron un campo de ruinas en el norte de Siria, hacia la orilla superior del río Éufrates.
Montañismo
Aparte de su pasión por las excavaciones arqueológicas Gertrude Bell era una enamorada del montañismo. Disfrutó escalando varios picos europeos, incluso uno lleva su nombre, el Gertrudspitze, que tiene una altura de 2.632, el cual ella misma atravesó junto a dos de sus guías.
En un lapso de cinco años conquistó picos como La Meije y Mont Blanc. En uno de ellos sin embargo tuvo un tropiezo, debido a las condiciones meteorológicas, con lluvias y fuertes nevadas, que la obligaron a estar junto a sus acompañantes literalmente suspendidos de una roca alrededor de dos días, circunstancias adversas que por poco les cuesta la vida.
Expediciones en Mesopotamia
Mesopotamia era un territorio aun por conquistar. Sus ciudades atraían a arqueólogos de todo el mundo, por ello Gertrude decidió también sumergirse en ese mundo de ciudades construidas en ladrillo sin cocer y sobre montículos en forma de cono.
La fortaleza que halló Bell, su principal descubrimiento, fue La fortaleza-palacio de Ujaidi, que tenía torres redondas y paredes de argamasa. También dibujó a escala los planes de un gran castillo de piedra mientras la custodiaban varios hombres armados con fusil, pues el ambiente reinante por aquella época era de zozobra.
Mapa de Irak
Antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial el mundo era un hervidero de conspiraciones, y más Oriente. Fue en Karkemish donde Bell tuvo la oportunidad de conocer a T. E. Lawrence, quien apenas empezaba a realizar excavaciones.
Fue en este momento en el que el gobierno británico contrató a Gertrude como agente para recolectar información sobre el mundo árabe, ya que ella lo había recorrido y conocía sus costumbres y formas de vida en el desierto.
Como única mujer dentro del servicio de inteligencia británico, los árabes la apodaron la Jatun, por tener ojos y oídos en constante alerta. Tras la caída del Imperio otomano se repartieron el territorio del actual Irak entre Francia e Inglaterra.
La tarea que le encomendó el gobierno fue dibujar el nuevo mapa con el fin de evitar el máximo posible de enfrentamientos entre tribus. En la reunión de El Cairo en 1921, convocada por Winston Churchill para definir los lineamientos futuros del nuevo estado, Gertrude Bell fue la única mujer entre más de cuarenta hombres.
Museo Nacional de Irak
La gran pasión de Bell fue siempre la arqueología, eso en gran parte la hacía ir a los diferentes lugares, con el fin siempre de hacer nuevas excavaciones y lograr acumular objetos que hablaran sobre la cultura mesopotámica.
Ella fue de las más entusiastas para crear el llamado Museo Arqueológico de Bagdad, que con el tiempo llegó a llamarse Museo Nacional de Irak. El establecimiento fue inaugurado poco antes de que Gertrude falleciera. El Emir, tras su deceso y en su honor, le puso su nombre a una de las alas del museo.
Muerte
Algunas especulaciones aseguraron que Gertrude se quitó la vida tomándose varias pastillas para dormir. No obstante, también se conoció que antes de tomarse el medicamento le pidió a su doncella que la despertara. Su muerte ocurrió un 12 de julio de 1926.
En torno a la vida de Bell se realizaron películas como Queen of the Desert, en 2015, del conocido director alemán Werner Herzog. En 2016 también se produjo un documental llamado Letters from Bagdad, basado en varios escritos de la viajera y algunos de sus contemporáneos.
Su figura sobresale como pionera en un mundo donde, a principios del siglo XX, sobresalían los hombres en los oficios que ella emprendió. Desde el estudio de la Historia hasta aventurarse a escalar grandes picos y formar parte de un servicio de inteligencia han llevado a Gertrude Bell a convertirse en inspiración para muchas mujeres que vinieron luego.
Se dijo sin embargo que ella misma no era partidaria del voto femenino, porque, argumentó, al no tener educación las mujeres no podrían decidir correctamente su rumbo.
Igualmente, ciertas decisiones políticas afectaron con el tiempo a ese territorio confeccionado por sus manos en donde convivían sunitas, chiitas y kurdos.
Referencias
- Buchan, J. (2003). The Extraordinary Life of Gertrude Bell. Recuperado de theguardian.com
- Ferrer, S. (2013). La constructora de Irak: Gertrude Bell (1868-1926). Recuperado de mujeresenlahistoria.com
- Melús, E. (2018). ¿Quién fue Gertrude Bell? Recuperado de lavanguardia.com
- The Editors of Encyclopaedia Britannica (s.f.). Gertrude Bell. English Politician and Writer. Recuperado de britannica.com
- Wikipedia (2019). Gertrude Bell. Recuperado de en.wikipedia.org.