Nutrición

11 consecuencias de la comida chatarra para la salud


Algunas de las consecuencias de la comida chatarra o comida basura que más afectan a la salud humana son el aumento de peso, la retención de líquidos, los problemas respiratorios, el aumento del riesgo de cáncer o incluso el peor funcionamiento cognitivo.

Un ritmo de vida acelerado y el estrés, puede causar que las personas decidan consumir comida chatarra en cantidades nocivas para su cuerpo. Ya sea por la excusa de no tener tiempo para cocinar o por no poder resistirse al encanto de una hamburguesa con papas fritas, cada año incrementan los índices de obesidad y de personas que fallecen por condiciones cardíacas derivadas de una mala alimentación.

La comida basura no tiene únicamente efectos a nivel cardiaco o respiratorio, sino que empeora el funcionamiento a nivel psicológico y además puede afectar a los niveles de autoestima, ya que influye en la obesidad.

¿Cuáles son las consecuencias de la comida chatarra?

Aumento de peso y diabetes tipo 2

Sin duda este es uno de los aspectos más notables en aquellas personas que consumen diariamente comida chatarra. Aunque el daño también ocurre internamente, la obesidad es el aviso físico exterior de que algo no está bien en el cuerpo.

Si una persona padece un aumento considerable de peso, más allá de la apariencia esto suele afectar su movilidad, ocasionando intensos dolores en partes como las rodillas, cadera y espalda.

Esto ocurre porque en muchos casos la comida chatarra es altamente procesada y contiene grandes cantidades de azúcares, sodio, carbohidratos y grasas no saludables. Ese enorme aumento de calorías se suma al poco aporte nutricional que recibe la persona.

Es decir, su cuerpo y mente están satisfechas, pero de alimentos vacíos nutricionalmente, por lo tanto, aunque haya ingerido muchas calorías, la persona no estará compensada por mucho tiempo y volverá a comer. Este círculo vicioso además de los factores como el sedentarismo, hacen que las comidas chatarras produzcan obesidad.  

El aumento desproporcionado de peso también puede causar diabetes tipo 2. Cuando la dieta es saludable, el flujo de la glucosa es constante y se mantiene la sensibilidad a la insulina.

La comida rápida, carente de fibras, puede afectar el funcionamiento de la insulina ocasionando un aumento desproporcionado en los niveles de azúcar en la sangre

Presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares

La comida rápida está conformada principalmente de alimentos fritos, que contienen altos niveles de grasas saturadas. Por lo tanto, el abuso de ese pequeño gusto para ahorrar tiempo o dinero, puede ocasionar en el futuro padecimientos de presión arterial y enfermedades del corazón.

Esto puede deberse, entre tantos factores, a que la sal aumenta la tensión arterial y a su vez las grasas incrementan los niveles de triglicéridos y colesterol malo en la sangre.

Cuando estos dos factores se unen producen la formación de placas, que se adhieren a las paredes de las arterias y bloquean el flujo de la sangre al corazón. El colesterol alto es un atacante silencioso, ya que no presenta síntomas y solo puede detectarse mediante un análisis de sangre..

La pérdida de flexibilidad en las arterias puede ocurrir en cualquiera de los vasos sanguíneos que tiene el cuerpo. Por eso, cuando la persona sufre de colesterol alto es más propensa a desarrollar un infarto cerebral.

Además, si algunas de las placas se rompen y liberan el colesterol, pueden ocasionar un coágulo que impida el flujo de la sangre al corazón y a los órganos.

Las personas que consumen en exceso este tipo de comidas tienen 35% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco. Cada año 7.4 millones de personas mueren por enfermedades cardiovasculares.  

Depresión, ansiedad, confusión y fatiga

Las personas que están pasando por un momento difícil recurren a la comida rápida para desahogar sus penas. Un estudio demostró que la comida chatarra y la tristeza pueden ir de la mano. Las hamburguesas, pizzas y perros calientes son las comidas más pedidas por las personas que sufren de ansiedad y depresión.

La falta de grasas buenas y ácidos grasos con omega 3 en la comida chatarra puede crear un estado mental más ansioso. Esto también ocurre porque la alta cantidad de carbohidratos refinados interviene en los niveles de azúcares en la sangre, y cuando estos disminuyen, la persona puede sufrir temblores, fatiga y confusión.

Los individuos que ingerían comida rápida tienen un 51% más de probabilidades de desarrollar depresión. Los más afectados suelen ser los adolescentes debido a que los diversos cambios hormonales pueden hacerlos susceptibles a cambios de conducta y humor.

Para contrarrestar esos efectos hormonales es importante llevar una dieta saludable y como la comida rápida carece de los nutrientes esenciales para ese equilibrio, si se consume muy seguido el riesgo de que padezcan depresión aumenta 58% en esas personas.

Sus componentes como los azúcares, sal, saborizantes y aditivos hacen que esta pueda causar adicción en las personas.

Inflamación y retención de líquidos

A los alimentos de las comidas chatarras se les agrega grandes cantidades de sodio, ya sea para aumentar su sabor o para usarlo como conservante. Los niveles de sodio normales para una persona adulta deben ser inferiores a 1500 miligramos por día y nunca se deberían consumir más 2300 miligramos.

El problema es que una sola comida rápida puede exceder esa cantidad de 2300. Cuando hay demasiado sodio, el organismo produce retención de líquidos y esto genera que el individuo padezca de esto en varias partes de su cuerpo.

Este problema afecta a hombres y mujeres por igual. Un edema es la hinchazón de tejidos y puede producirse en los pies, tobillos, piernas, manos, rostros y vientre. Además de que la persona se ve muy hinchada, la retención de líquidos puede causar un rápido e inexplicado aumento de peso. Pudiendo incrementar hasta 3 kilos en apenas 24 horas.

Pero hay más, el tipo de toxina que usan para revestir los envases plásticos de alimentos y bebidas son nocivos para la salud y alteran el sistema endocrino. Esa inflamación podría causar una gran cantidad de problemas de salud, que van desde la deficiencia para absorber nutrientes hasta la obesidad.

Empeoramiento de memoria y funcionamiento cognitivo

Además de la depresión y la ansiedad, el consumo diario de comida chatarra puede afectar la memoria y el funcionamiento cognitivo general.

Es decir, las hamburguesas, pollos y papas fritas no solo afectan al corazón, sino que también las grasas saturadas intervienen en la función cerebral, y ralentizan la velocidad de la memoria prospectiva, la cual es la encargada de recordar qué es lo que iba a hacer la persona en determinado momento.

Un estudio reveló que los individuos que consumían comida rápida durante 5 días consecutivos obtuvieron resultados bajos en la evaluación de su atención, humor y velocidad cognitiva.

Esto deriva de que las dietas pobres y tóxicas pueden generar ciertas reacciones químicas, que a su vez afectan e inflaman el hipocampo asociado a la memoria y el reconocimiento.

Cuando los alimentos contienen grandes cantidades de azúcares y grasas, el cerebro suprime las actividades encargadas de las memorias y el aprendizaje. Comer demasiadas calorías puede interferir con la producción saludable y el funcionamiento de la sinapsis cerebral responsable de los recuerdos. 

Puede disminuir la fertilidad

La comida chatarra puede ser considerada como un anticonceptivo silencioso. Un estudio realizado por una conocida revista enfocada a la fertilidad, confirmó que las mujeres que diariamente ingieren comida rápida tienen dificultad para quedar embarazadas. 

Para la investigación se utilizaron 5598 mujeres que no habían tenido hijos previamente. Los resultados arrojaron que aquellas que comían un máximo de 3 frutas en 30 días y su régimen alimenticio estaba repleto de comida rápida, tardaron medio mes más en quedar embarazadas, a comparación de aquellas que tenían hábitos alimenticios más saludables.

Como las grasas las calorías y los azúcares generan tanto descontrol hormonal, es recomendable que aquellas mujeres que están buscando un hijo, minimicen lo más que puedan ese tipo de alimentos, para que su fertilidad aumente considerablemente.

Los investigadores continúan buscando patrones dietéticos específicos para determinar otros alimentos que retarden el proceso de concebir.

Problemas de riñones y estómago

Las personas que son adictas a la comida chatarra, en algún momento de su vida podrían padecer problemas digestivos como el síndrome del colon irritable o reflujo.

Esto se debe a que la mayoría de estos alimentos se fríen y el aceite de la comida se deposita en las paredes del estómago aumento la producción de ácidos que lo irritan y empeoran el reflujo en la digestión. A su vez, la carencia de fibras afecta a que el cuerpo expulse los desechos, produciendo problemas de estreñimiento, hemorroides o constipación.

Aunque el individuo sabe que le está haciendo un daño a su organismo, la razón por la que no se niega ante un plato de papas fritas, es que su alto nivel de sales procesadas aumenta la salivación y la secreción de enzimas que interfieren en el incremento del antojo por este tipo de alimentos.

Sin embargo, los altos niveles de grasas y sodio afectan directamente a los riñones, quienes son los encargados de filtrar las toxinas de la sangre.

Por ello, consumir comida chatarra podría ponerlos a trabajar doblemente, hasta llegar a un punto en el que se produzcan enfermedades como los cálculos e inclusive una insuficiencia renal, que derivaría en el uso de terapias como la diálisis para que el cuerpo pueda expulsar todas esas toxinas.

Problemas respiratorios

El estrés y la falta de tiempo son lo pretextos ideales para cambiar los alimentos saludables por un par de raciones de comida rápida. Además, es común que los niños y adolescentes prefieran estas comidas que los vegetales y las frutas. De acuerdo con varios estudios, la comida chatarra puede provocar asma, rinitis y muchas otras alergias.

Los adolescentes que acostumbran a ingerirlas, por lo menos tres veces por semana, aumentan un 39% el riesgo de padecer problemas respiratorios.

Los refrescos, dulces y embutidos que forman parte del menú contienen derivados del azufre, provocando que el sistema inmunológico sea más propenso a desencadenar asma. Claramente, las grasas producen sobrepeso y la obesidad afecta la tensión en el corazón, lo que produce que los pulmones tengan que trabajar aún más para obtener el oxígeno que necesitan.

Cuando los niveles de colesterol están sumamente altos, el oxígeno no puede desplazarse fácilmente por el organismo y esto podría significar un problema mortal para la persona.

Para evitar que esto ocurra, lo ideal es cambiar ese estilo de vida y los malos hábitos alimenticios. Si la persona es amante de las cadenas de comida rápida, puede ayudar a su organismo a desechar todas esas toxinas mediante la ingesta de frutas y haciendo actividad física.

Problemas de la piel, disminución de la masa muscular y densidad ósea.

La comida rápida suele causar problemas en la piel como el acné y la acumulación de grasas en ciertas zonas del cuerpo, conocidas como celulitis. Estos problemas estéticos casi siempre afectan más a las mujeres que a los hombres.

Contrario a lo que se cree, los componentes fritos no son los únicos culpables; los azúcares simples, la harina blanca y los carbohidratos vacíos también influyen en la aparición de esas imperfecciones.

Pero más allá de lo externo, existe una condición mucho más grave y que en muchos casos no se nota hasta cierta edad: la densidad ósea. Los músculos se encargan de proteger a los huesos, pero con una dieta poco saludable y baja en proteínas, no tienen los nutrientes necesarios para desarrollarse y se produce una disminución de la masa muscular. Por otro lado, un alto consumo de sodio puede causar que los huesos se debiliten, lo que lleva a una posible osteoporosis.

Esta enfermedad cada vez es más frecuente y los estudios han estipulado que suele presentarse en los países con alto consumo de comida chatarra. Aunque se piensa que es un problema solo de la población adulta mayor, hay muchas personas jóvenes que están presentando problemas en la densidad de sus huesos y se dan cuenta cuando una mínima caída les genera fracturas.

Incrementa el riesgo de cáncer

Según una investigación las personas que consumen comida chatarra excesivamente tienen una probabilidad mayor de sufrir cáncer que aquellas que solo lo hacen de manera ocasional. El tiempo del estudio fue de un año, y durante ese periodo los investigadores pudieron medir los riesgos de contraer cáncer bajo esas condiciones alimenticias.

Aquellos que comieron la mayor cantidad de comida chatarra eran propensos a sufrir cáncer colorrectal, estómago y del tracto respiratorio (que comprende labios, boca, lengua, partes del esófago y tráquea). Los hombres demostraron ser más vulnerables a desarrollar cáncer de pulmón, mientras que en las mujeres fue el cáncer de hígado y mama.

Problemas de autoestima

Comer comida chatarra puede hacer que una persona entre en un ciclo del que es difícil salir. Primero come comida basura para aliviar problemas de ansiedad o depresión, esto le hace ganar peso, lo cual influye en la autoestima, que a su vez produce más problemas de depresión o ansiedad.