Animales

Yak (Bos mutus): características, hábitat, alimentación, reproducción


El yak (Bos mutus), también conocido como “yak común”, es un mamífero de la familia Bovidae que habita a grandes elevaciones en las montañas del continente asiático. Se le puede observar viviendo en cautiverio como animales “domésticos” o en manadas silvestres.

Este animal es el mamífero asiático que habita a mayor altitud en todo el continente asiático, pues vive entre los 3.000 y los 5.500 metros sobre el nivel del mar (msnm) en los ecosistemas montañosos más fríos, salvajes y desolados.

Son animales muy bien adaptados al frío: poseen un pelaje grueso y denso que los protege de los vientos helados y de las bajas temperaturas. Poseen fuertes patas, con grandes pezuñas para escalar las zonas rocosas y empinadas en donde generalmente habita.

Así como las vacas, el yak también pertenece a la familia Bovidae, junto con las cabras, los bisontes, los búfalos, las ovejas, entre otros. Actualmente se encuentra en la lista roja que clasifica a los animales en peligro de extinción y es clasificado como un animal “vulnerable”.

Esta clasificación se debe a que, en estado natural, sus poblaciones silvestres son escasas y difíciles de observar. Los pobladores de las montañas asiáticas han domesticado a los yak como animales de granja y dependen de estos para su subsistencia.

Son utilizados como animales de carga por los lugareños del Himalaya y la gran mayoría de las localidades ubicadas en las montañas asiáticas. Consumen su carne como sustituta de la carne de vaca, comercializan y tejen prendas con telas que producen a partir de su espeso pelaje.

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Características generales del yak

Cuadrúpedos

Los yak son cuadrúpedos, de aspecto muy similar al de las vacas domésticas, es decir, tienen cuernos y un hocico algo alargado. Sin embargo, los yaks poseen un abundante y denso pelaje muy característico, que puede ser de color negro, blanco, rojizo, marrón o grisáceo.

Adaptados a bajas temperaturas

Todas las especies de Yaks tienen una forma especialmente adaptada para la existencia bajo condiciones extremas: bajas temperaturas, lugares elevados y áridos que se asocian con bajos niveles de oxígeno y condiciones extremas radiación solar.

Su pelaje está formado por tres tipos de pelo diferentes:

– Unos largos y gruesos para la protección, de cerca de 52 µm de diámetro

– Otros intermedios de entre 25 y 52 µm de diámetro, “mirando” todos hacia abajo

– Y unas fibras más finas o delgadas de menos de 25 µm de diámetro

Durante el invierno estos pelos crecen abundantemente (densos) especialmente en la región del cuello, de los hombros y de la espalda, aumentando hasta un 30% del peso del pelaje para soportar el frío.

Dimorfismo sexual

Al igual que los toros y las vacas, los yaks presentan un marcado dimorfismo sexual; esto es que las hembras y los machos difieren físicamente. Los machos son animales mucho más grandes que las hembras, con una cornamenta mucho más desarrollada.

Las hembras tak, por otra parte, son aproximadamente un tercio del tamaño de los machos, los cuales generalmente pesan cerca de los 800 kg, pero pueden alcanzar hasta los 1200 kg en su etapa adulta.

Diferencias entre domesticados y salvajes

Es importante mencionar que los yaks silvestres y los domesticado (crecidos en cautiverio) pueden presentar características bastante diferentes debidas, usualmente, a las diferencias entre las condiciones en las que habitan. A continuación se pueden observar yaks del Tibet:

Hábitat y distribución

Los ecosistemas remotos donde habitan los yaks se ubican en las mesetas tibetanas y las regiones rocosas de Ladakh, en la India. Las condiciones extremas de esos lugares evitan que crezcan árboles, siendo las herbáceas las especies de plantas dominantes a dichas alturas.

Actualmente la cobertura de las poblaciones de Yak salvajes se ha reducido hacia el norte del Tíbet y solo existen algunas poblaciones aisladas y fragmentadas al sur y al este del área central del Tíbet y el noreste de Qinghai, en China.

La caza furtiva mermó a las poblaciones durante la década de 1990, pero a partir del año 2000 se crearon leyes para proteger a las especies y se ha visto una recuperación en el número de individuos de los rebaños salvajes.

Además, se estima que existen cerca de 14 millones de yaks domésticos en los territorios entre Afganistán y el este de China. Siendo China el epicentro de cría de yaks como animales domésticos, donde se contabiliza más del 90 % de los 14 millones de individuos estimados.

Por medio de evidencia histórica, se presume que los yaks tenían una amplia cobertura sobre las zonas de gran altitud de Eurasia, pues se han descubierto fósiles en Nepal, al norte del Himalaya y en el valle de Limi. Sin embargo, actualmente se cataloga como extinto en estas localidades.

Alimentación

El yak es un rumiante herbívoro que forrajea hierbas en los suelos de los prados altos y las gramíneas que crecen entre las rocas. Además, se ha observado que en el invierno consumen musgos y líquenes que crecen en las pendientes rocosas.

La disponibilidad de alimento en estas zonas es escasa, por lo que no tienen una dieta muy variada. Esta varía según las estaciones del año, ya que hay épocas en las que se consiguen algunas especies de pastos y otras donde no se consigue ninguna.

Un ejemplo es la corta temporada de verano, donde los yaks consumen casi exclusivamente especies de gramíneas y otras hierbas. Esto se debe a que las gramíneas crecen rápidamente durante esta época, estimuladas por la temperatura, el sol y la humedad de la estación.

En el invierno las dietas son nutricionalmente deficientes, ya que no consiguen hierbas para el consumo y se alimentan principalmente de líquenes, musgos e incluso lamen las piedras para obtener algunos minerales.

En cautiverio se les mantiene con abundante pasto, soluciones ricas en minerales y con consumo agua al menos dos veces al día.

Reproducción

Ciclo reproductivo

En cautiverio los yaks tienen entre 1 y 4 ciclos reproductivos, con una duración de 20 días durante el verano. Hasta el 75% de las hembras domésticas conciben durante su primer celo del año. Los cambios físicos del primer celo son evidentes a simple vista.

Inflamación en las vulvas de la vagina, secreciones mocosas, cola levantada y orina frecuente. La mayoría de las hembras se reproducen por primera vez entre los 3-4 años.

Sin embargo, el desarrollo varía según el clima, la latitud, la elevación y la disponibilidad de alimento. El periodo de gestación es de 260 a 270 días. Es común que entre el 5 y el 10% de las hembras domésticas embarazadas ocurran partos prematuros.

El anestro postparto tiene una duración aproximada de 125 días. La productividad máxima de las hembras domésticas es entre los 5 y 6 años de edad. A los 9 años baja la productividad en casi el 50%.

Los yaks domésticos generalmente producen un ternero cada 2 años o más, y esto también se ha observado en los Yaks silvestres. La mayoría de los partos se dan durante el día, rara vez ocurren de noche.

En la mayoría de los casos el parto ocurre de pie, aunque la hembra puede pasar intervalos largos acostada o echada de lado. Durante el parto las hembras suelen adquirir un comportamiento agresivo.

La primera lactancia ocurre entre los 10 y los 30 minutos posteriores al parto y puede durar entre 5 y 15 minutos. Una vez termina la primera lactancia la hembra y su cría se incorporan al rebaño nuevamente. A continuación se observa a una hembra dando a luz:

Comportamiento reproductivo

Existe poca información sobre los hábitos reproductivos de los yaks silvestres, pero observando los hábitos reproductivos en cautiverio se sabe que puede ser de dos formas distintas:

– Los machos jóvenes permanecen con rebaños de hembras durante un año o más y luego se separan del rebaño para competir con otros machos jóvenes por nuevas hembras y nuevos rebaños.

– Otros machos viven solitarios y se agrupan solo durante el verano para reproducirse.

Las principales épocas de reproducción de los yak domésticos corresponden a los meses de julio-mediados de agosto, extendiéndose incluso hasta septiembre. El acto de la cópula en sí suele durar entre 5 y 10 minutos.

Los machos alcanzan la madurez reproductiva entre los 5 y los 10 años. En el verano se dice que los machos entran en “celo”, ya que se tornan agresivos por la época reproductiva. Estos compiten con otros machos embistiéndose con la cornamenta, con el fin de reproducirse con las hembras del rebaño.

Cuando los machos alcanzan la vejez son menos competitivos para reproducirse, por lo que comienzan a vivir solitarios o en grupos pequeños y se apartan de los rebaños de las hembras en capacidad reproductiva. A continuación se puede observar a dos yaks apareándose:

Comportamiento

El comportamiento de los yaks varía según la época del año en que se los observe. Como ya lo comentamos, en las épocas reproductivas los machos son muy agresivos, pero el resto el año los rebaños son bastante dóciles.

Sin embargo, se ha observado que los yaks salvajes son capaces de desplazarse largas distancias de forma impredecible para evitar los asentamientos y la actividad humana (estos animales no son animales migratorios de grandes distancias)

Los movimientos esquivos suelen realizarlos en gradientes altitudinales, ya sea ascendiendo o descendiendo en las montañas. En ocasiones se mueven buscando mejores lugares para alimentarse de hierbas.

Los yaks suelen permanecer en rebaños muy numerosos. El mayor reporte ha sido 1000 individuos en un solo rebaño. Sin embargo, en la actualidad los rebaños suelen ser de 100 a 200 individuos.

En los rebaños se suelen observar machos de diferentes edades, crías y gran cantidad de hembras. En muy pocas oportunidades se observan yaks hembras solitarias o en agrupamientos de menos de 20 individuos.

Algunos rebaños de yaks salvajes se asocian con otras especies de ungulados en las zonas más bajas donde habitan. Entre estas especies se encuentra el antílope tibetano, conocido comúnmente como “chiru” o el “ciervo de labios blancos”.

Referencias

  1. Leslie, D. M., & Schaller, G. B. (2009). Bos grunniens and Bos mutus (Artiodactyla: Bovidae). Mammalian species, (836), 1-17.
  2. Acharya, R., Ghimirey, Y., Werhahn, G., Kusi, N., Adhikary, B., & Kunwar, B. (2016). Wild yak Bos mutus in Nepal: rediscovery of a flagship species. Mammalia, 80(5), 475-480.
  3. Duckworth, J. W., Sankar, K., Williams, A. C., Samba Kumar, N., & Timmins, R. J. (2016). Bos gaurus. The IUCN Red List of Threatened Species 2016: e. T2891A46363646.
  4. Wang, S., Nan, Z., & Prete, D. (2016). Protecting wild yak (Bos mutus) species and preventing its hybrid in China.
  5. Kalia, H. R. (1974, October). Appraisal of cow («Bos indicus») X YAK («Bos grunniens») crossbreeding work in cold and elevated regions of himachal pradesh (India). In Proceedings of First World Congress on Genetics Applied to Livestock Production (pp. 723-30).