Biología

Gliptodonte: características, hábitat, alimentación, reproducción


El gliptodonte fue un mamífero antiguo que existió durante la época del Pleistoceno, en el período Cuaternario de la Era Cenozoica. Fue descrito por primera vez en 1839 por el reconocido biólogo inglés Richard Owen. El hallazgo del primer fósil fue a mediados del siglo XVIII; sin embargo, no fue hasta ya entrado el siglo XIX cuando este animal fue reconocido y estudiado debidamente.

La característica principal del gliptodonte es su gran tamaño, así como también el gran caparazón que le servía de protección. Tomando en cuenta su morfología, se afirma entonces que es un pariente de los actuales armadillos.

Este animal, que formó parte de la megafauna del Pleistoceno, se extinguió hace unos 10.000 años, al final de la última era glacial.

Características generales

El gliptodonte era un animal considerado pluricelular, ya que estaba conformado por diversos tipos de células que cumplían funciones específicas y diferentes. Así mismo, todas sus células eran eucariotas. Esto implica que su ADN se encontraba empaquetado en el núcleo celular, formando a los cromosomas.

Además de esto, como miembro de la clase Mammalia, el gliptodonte eran un organismo placentario triblástico. Esto quiere decir que durante su desarrollo embrionario, el nuevo ser se formaba en el interior del cuerpo materno, y que entre ambos se establecía una conexión a través de la placenta y el cordón umbilical.

Igualmente los embriones presentaban las tres capas germinativas conocidas: endodermo, ectodermo y mesodermo. A partir de ellas se formaban todos los órganos del animal.

Se reproducían de forma sexual, con fecundación interna. Presentaban simetría bilateral, es decir, al trazar una línea imaginaria por el plano longitudinal, se obtenía que el animal estaba conformado por dos mitades exactamente iguales.

Taxonomía

La clasificación taxonómica del gliptodonte es la siguiente:

  • Reino: Animalia
  • Filo: Chordata
  • Clase: mammalia
  • Superorden: Xenarthra
  • Orden: Cingulata
  • Familia: Chlamyphoridae
  • Género: Glyptodon

Morfología

El gliptodonte era un animal bastante grande, perteneciente a la llamada megafauna del Pleistoceno. Podía llegar a pesar hasta más de 2 toneladas y sus medidas promedio eran un metro y medio de altura y unos 4 metros aproximadamente de longitud.

En lo que respecta a su morfología, era bastante parecido al armadillo actual. Contaba con un caparazón muy grande y resistente que le proporcionaba cierta seguridad y protección frente a posibles depredadores.

Cabeza

La cabeza del gliptodonte era muy pequeña, en comparación con el resto de su cuerpo. Presentaba el hocico, el cual estaba conformado por las mandíbulas, cuyos dientes presentaban dos morfologías: los posteriores eran cilíndricos, en tanto que los anteriores eran aplanados, ideales para machacar el alimento.

Así mismo, en la cabeza se podían apreciar dos orificios para las fosas nasales, las cuales de acuerdo a los fósiles de cráneos se comunicaban con grandes cavidades que se correspondían con los senos paranasales.

Además de esto, en el cráneo se observan a ambos lados ciertas protuberancias que, se cree, servían como punto de inserción de diferentes grupos de músculos, entre los que se pueden mencionar los músculos masticatorios

Caparazón

Este es quizás el elemento más llamativo de la anatomía del gliptodonte. Se asemejaba al caparazón de los armadillos actuales, con la gran diferencia de que lo superaba en tamaño.

El caparazón del gliptodonte se encontraba constituido por una serie de placas óseas conocidas como osteodermos. Estas podían tener un grosor de hasta 3 cm. En los fósiles recolectados se ha establecido que los osteodermos de cada especie de este género presentaban un patrón distinto en cuanto a forma, configuración y disposición.

Cola

El gliptodonte presentaba un apéndice posterior que salía de su caparazón, similar a una cola. Esta estaba conformada por una serie de anillos óseos que eran bastante rígidos y que contribuían a darle fuerza y tenacidad.

La morfología de la cola podía variar significativamente de una especie a otra. En este sentido, hay especies en las cuales la cola terminaba en una serie de espinas constituidas por queratina. Estas eran bastante resistentes, haciendo que la cola pudiese ser utilizada como un arma de defensa frente a los depredadores.

Cuerpo y esqueleto

Tomando en cuenta la envergadura de su caparazón, el cuerpo del animal debía ser lo más compacto posible para que pudiese soportar su gran peso. En este sentido, sus extremidades, que eran cuatro, eran de corta longitud. Las patas posteriores eran muy resistentes y gruesas, en tanto que las patas delanteras terminaban en garras, las cuales le permitían escarbar en el suelo para sacar raíces.

Su columna vertebral se encontraba conformada por aproximadamente trece vértebras, algunas de las cuales se encontraban fusionadas.

Hábitat

El gliptodonte se encontraba distribuido en el continente americano. Era especialmente abundante en las regiones sudamericanas correspondientes a Brasil, Uruguay y Argentina. La mayoría de sus fósiles han sido encontrados en esta zona.

Sin embargo, el gliptodonte no se limitaba a esta área, sino que también se han encontrado fósiles un poco más arriba, en países centroamericanos como Costa Rica y Guatemala. Incluso hasta México.

Entre las características principales del hábitat, se puede decir que este estaba conformado por extensas zonas de vegetación mixta y húmeda, así como también por pastizales, cuya temperatura era un poco más fría y el ambiente más seco.

Es importante acotar que el gliptodonte se encontraba en sitios en los que abundaba la vegetación tipo pasto, la cual constituía su principal alimento.

Alimentación

Los especialistas han planteado que, tomando en cuenta las características morfológicas de sus dientes y mandíbulas, el gliptodonte era un animal herbívoro que se alimentaba de la gran cantidad de plantas que se encontraban a su disposición.

Así mismo, debido a su estatura y a que sus vértebras cervicales se encontraban fusionadas, el gliptodonte se alimentaba cerca del suelo. En lo que respecta al tipo de plantas que ingería, los especialistas coinciden en afirmar que se alimentaba principalmente tanto de monocotiledóneas como de dicotiledóneas.

La musculatura del hocico se encontraba muy bien desarrollada, lo cual le permitía al animal tomar fuertemente el alimento y cortarlo para poder ingerirlo.

En lo que respecta a la digestión, muchos especialistas están de acuerdo en afirmar que es posible que en el tracto digestivo del gliptodonte hubiese microorganismos que contribuyeran con el procesamiento y digestión de las partículas vegetales.

Así ocurre con la gran mayoría de los animales herbívoros en la actualidad, ya que sus células no tienen la capacidad de digerir la celulosa, componente esencial de la pared celular de las plantas.

Reproducción

Debido a que el gliptodonte es un animal que se encuentra extinto, todo lo referente a su reproducción está basado en las suposiciones y opiniones de los especialistas, con base en los estudios que estos han realizado en los fósiles encontrados y tomando como punto de referencia la relación que este animal tiene con los mamíferos actuales, muy especialmente el armadillo.

En este sentido, es factible afirmar que el gliptodonte se reproducía de forma sexual. Esto quiere decir que existe la fusión de una célula sexual femenina y una célula sexual masculina. Tal como ocurre con todos los mamíferos actuales, la fecundación en el gliptodonte debió ser interna, es decir, en el interior del cuerpo de la hembra.

Para esto, el macho debió tener un órgano copulador que le permitiese introducir el esperma en la hembra para que tuviera lugar la fecundación.

El gliptodonte debió haber sido vivíparo, lo que implica que el embrión o cigoto resultante de la fecundación se desarrollaba dentro del cuerpo de la hembra, manteniendo una estrecha comunicación a través de la placenta y del cordón umbilical.

El período de gestación no está suficientemente claro. Sin embargo se puede afirmar que duraba mucho más que los 120 días del armadillo actual, debido al gran tamaño del gliptodonte.

Transcurrido el tiempo de gestación, la hembra daba a luz a su cría. Tampoco se cuenta con registros que indiquen si existía algún tipo de cuidado parental de las crías por parte de alguno de los progenitores.

Extinción

De acuerdo a los registros fósiles recolectados, el gliptodonte vivió hasta finales de la época del Pleistoceno, en el período Cuaternario. Su extinción se encuentra fechada hace aproximadamente unos 10.000 – 8.000 años.

El ser humano, primer responsable

Como es bien sabido, desde que el ser humano apareció sobre la faz de la Tierra, se le ha considerado el principal responsable de la extinción de numerosas especies de animales. Pues bien, el gliptodonde no constituye una excepción.

Según muchos analistas y expertos, el ser humano primitivo tuvo una gran cuota de responsabilidad en la extinción de este inmenso animal. Durante esta época, los seres humanos comenzaron a cazar a los animales miembros de la megafauna, como por ejemplo el megatherium y el gliptodonte.

Las razones por las cuales estos animales eran cazados son variadas. En primer lugar está la alimentación. Los humanos primitivos cazaban a estos animales para alimentarse de su carne, razón por la cual se convirtieron en sus depredadores.

Así mismo, el ser humano también cazaba al gliptodonte para poder utilizar su llamativa coraza como un elemento de protección ante las condiciones adversas del ambiente y para protegerse también de otros posibles depredadores.

Según los especialistas, los cazadores podían utilizar la coraza del gliptodonte para construir algún tipo de refugio en el que podían ocultarse y sobrevivir en la naturaleza inhóspita.

El clima: segundo factor determinante

Sin embargo, el ser humano no fue el único factor determinante en la extinción del gliptodonte. Las condiciones climáticas también jugaron un papel muy importante en este proceso. Es importante destacar que en el período entre el Pleistoceno y el Holoceno el planeta experimentó una serie de cambios climáticos que afectó en gran medida a la gran variedad de especies de animales que existían en aquel entonces.

Durante ese período de tiempo el planeta experimentó varias glaciaciones. Entre una glaciación y otra había períodos interglaciares. En la actualidad el planeta se encuentra en uno de esos períodos.

Pues bien, de acuerdo a los especialistas, la morfología y las características del gliptodonte le permitían sobrevivir muy bien en un ambiente de muy bajas temperaturas. Sin embargo, cuando el clima comenzó a cambiar y el planeta comenzó a calentarse, muchas especies de animales sucumbieron. El gliptodonte se encontraba entre esas especies.

Cambios en el ambiente

Así mismo, la modificación del entorno natural también pudo haber jugado un papel importante en la extinción del gliptodonte, ya que lo más probable es que las fuentes de alimentos escasearan y finalmente se acabaran, dejando al gliptodonte sin ninguna fuente alimenticia.

En conclusión y en referencia a la extinción del gliptodonte, se puede afirmar que fue producto de la confluencia de diversos factores: la cacería por parte del ser humano primitivo, los cambios climáticos significativos y la modificación del ecosistema en el que se desenvolvía el animal.

Fósiles

Los primeros restos fósiles de gliptodonte de los que se tiene noticia fueron hallados en Sudamérica a mediados del siglo XVIII. Sin embargo, debido a sus características se creía que pertenecían a un ejemplar de Megatherium, un animal similar a los actuales perezosos pero de mucho mayor tamaño.

Sin embargo, conforme se fueron encontrando más fósiles, como por ejemplo placas pertenecientes al caparazón, los especialistas llegaron a la conclusión que esos restos debían pertenecer a un animal similar a los actuales armadillos.

Finalmente, gracias a estudios más minuciosos, se estableció que los restos encontrados pertenecían a un nuevo género, al que denominaron Glyptodon.

Primeros hallazgos

El primer fósil del gliptodonte se encontró en la región argentina del río Carcarañá en 1760. Este hallazgo consistió en un caparazón de gran tamaño. Sin embargo, pasó desapercibido, ya que no se hace mucha mención de este en la literatura disponible.

No fue sino hasta más de 80 años después que, gracias al hallazgo de otro fósil en la región de Buenos Aires, específicamente en el río Matanzas, se realizó el primer estudio y descripción de este género por el famoso naturalista inglés Owen.

Hallazgos reciente

A lo largo de los años se han sucedido una serie de hallazgos, limitados principalmente a la zona sur del continente sudamericano. Los sitios en los que se han encontrado la mayor cantidad de fósiles es en Mar de Plata, Bell Ville en Argentina, así como también en algunas zonas de Uruguay.

Así mismo, en América Central, específicamente en Costa Rica también han sido encontrados varios fósiles de este animal. En la zona de Costa Rica se han hallado fósiles que han pertenecido a tres especies distintas de gliptodonte: Glyptodon arizonae, Glyptodon floridanum y Gliptodon texanum.

El hallazgo de fósiles en otros sitios distintos a América del Sur le ha permitido a los especialistas establecer un patrón migratorio de este animal, mediante el cual pasó a América Central atravesando el Itsmo de Panamá. Todo esto, según la opinión de especialistas que han estudiado en profundidad los fósiles recolectados.