Atrofia cerebral: características, síntomas y causas
La atrofia cerebral es un proceso patológico en el que se produce una progresiva muerte y eliminación de las neuronas del cerebro, así como las conexiones neuronales y las estructuras nerviosas. Cuando se habla de atrofia cerebral se hace referencia a un proceso degenerativo caracterizado por la pérdida de funcionalidad de las regiones del cerebro.
Esta patología puede afectar a distintas regiones del cerebro, dependiendo en gran medida de los factores que originen la atrofia. Como cada región del cerebro se encarga de procesar funciones cognitivas diferentes, los síntomas de la atrofia cerebral pueden variar notablemente en cada caso.
A pesar de que esta alteración suele resultar patológica, cabe destacar que el proceso de envejecimiento normal también puede generar atrofia cerebral, considerándose en estos casos una condición benigna ligada a la edad.
Índice del artículo
Características de la atrofia cerebral
La atrofia hace referencia a una disminución del tamaño de un órgano por pérdida de masa protoplasmática; implica una disminución del tamaño del cerebro.
En este sentido, el proceso de atrofia cerebral implica la presencia de una serie de características básicas. Estas son:
Es una alteración adquirida
A diferencia de la hipoplasia (una afección en la que la disminución funcional del órgano se debe a una detención del desarrollo sin el que el órgano alcance el tamaño normal) la atrofia trata de una reducción del tamaño adquirida.
Esto quiere decir que los sujetos con atrofia cerebral han presentado un óptimo desarrollo y funcionalidad de sus estructuras cerebrales..
No obstante, debido a distintos factores, en un momento determinado el cerebro empieza a reducir su actividad. Las neuronas mueren y se pierde la conexión entre ellas, originando así una paulatina degeneración de las estructuras cerebrales.
Puede darse en distintos niveles de organización.
No todos los casos de atrofia cerebral presentan los mismos daños ni procesos degenerativos en el cerebro. Por este motivo, la sintomatología puede variar notablemente en cada sujeto.
La atrofia cerebral puede originarse en neuronas aisladas, en tejidos más amplios o incluso en el órgano de forma globalizada.
Uno de los casos más comunes de atrofia cerebral es la que se caracteriza por acercamiento entre las superficies corticales y epindimarias, ensanchamiento de los surcos cerebrales, y adelgazamiento de las circunvoluciones de los lóbulos frontales.
La atrofia afecta al parénquima de los órganos.
En la atrofia, la pérdida de masa protoplasmática afecta principalmente al parénqima de los órganos, motivo por el cual en los órganos atróficos el estroma suele ser prominente y aparece con una forma incrementada.
Es una afección progresiva.
La pérdida de masa protoplasmática en la atrofia cerebral se desarrolla de una forma lenta y progresiva, a través de un proceso de desequilibrio entre anabolismo y catabolismo.
No todas las atrofias son patológicas.
Finalmente, cabe destacar que a pesar de que el término atrofia cerebral suele emplearse para hacer referencia a condiciones patológicas, no todas lo son.
De hecho, el envejecimiento implica una reducción progresiva de las conexiones y de las estructuras cerebrales. Para poder distinguir una atrofia patológica de una atrofia benigna asociada a la edad resulta importante llevar a cabo una adecuada exploración neuropsicológica que especifique las características del deterioro cognitivo.
Sintomatología
De acuerdo con el Instituto Nacional de Derrames y Desórdenes Neurológicos, la atrofia cerebral resulta una de las afecciones neurológicas más comunes en la población.
Se origina debido a la muerte de algunas neuronas del cerebro, así como la pérdida de conexión entre ellas. Es importante tener en cuenta que esta alteración puede afectar a todo el cerebro o solamente algún sector o área específica.
La sintomatología de la atrofia cerebral puede variar notablemente en cada caso, dependiendo principalmente de las áreas cerebrales implicadas en la afección. Así mismo, las causas que originan la aparición de la atrofia cerebral también desempeñan un papel importante a la hora de dictaminar su sintomatología.
Por ejemplo, atrofias cerebrales causadas por patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Huntington generan deterioro progresivo.
En estos casos, la degeneración cerebral suele empezar implicando regiones específicas y produciendo síntomas concretos. No obstante, con el paso del tiempo la atrofia tiende a extenderse y a mostrar una sintomatología mucho más amplia.
Así pues, resulta altamente complejo determinar los síntomas de la atrofia cerebral, ya que estos difieren en cada caso. No obstante, el Instituto Nacional de Derrames y Desórdenes Neurológicos específica que las manifestaciones más típicas de la atrofia cerebral son:
Problemas en la memoria
La pérdida de memoria es uno de los síntomas más típicos de patologías como el Alzheimer, la demencia por cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal, la enfermedad de Huntington o cualquier otra afección que pueda originar un síndrome demencial.
Normalmente, las atrofias cerebrales que implican un deterioro de la función mnésica de la persona se caracterizan por afectar a las regiones hipocampales del cerebro, así como las estructuras adyacentes al lóbulo temporal.
El lenguaje
De forma muy ligada a la memoria, la atrofia cerebral suele originar una degeneración progresiva de la capacidad de lenguaje del individuo.
La alteración que experimentan las competencias de aprendizaje, así como los procesos de atención, concentración y percepción, suele traducirse en un paulatino deterioro del lenguaje de la persona.
Alteraciones psicológicas
Cuando la atrofia afecta a regiones subcorticales del cerebro, tales como el tálamo, la amígdala o el hipotálamo, se pueden experimentar alteraciones psicopatológicas.
La depresión, la apatía, los déficits motivacionales y las alteraciones de ansiedad son los síntomas más prominentes en este tipo de atrofia cerebral.
Alteraciones conductuales
A pesar de que suelen ser poco comunes, la atrofia cerebral que afecta al lóbulo frontal del cerebro puede originar alteraciones conductuales y modificaciones en los rasgos de personalidad de la persona.
Alteraciones en el movimiento
Otro de los síntomas más típicos de la atrofia cerebral generada en las regiones subcorticales del encéfalo son las alteraciones en el movimiento.
Patologías como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson suele motivar la aparición de este tipo de manifestaciones, ya que afectan a las estructuras cerebrales encargadas de generar tales funciones.
Problemas físicos
Cuando la atrofia cerebral afecta al bulbo raquídeo (una estructura del tronco del encéfalo) la persona puede experimentar una gran variedad de alteraciones físicas.
Los problemas respiratorios, las afecciones en el sistema digestivo y las alteraciones en el sistema cardio-vascular son los más prevalentes. Así mismo, las atrofias cerebrales que afectan al cerebelo suelen generar ataxia (falta de coordinación) y disminución del tono muscular.
Finalmente, cuando se ve comprometido el cerebro medio (mesencéfalo), se pueden experimentar violaciones de los procesos metabólicos y la termorregulación y, cuando la atrofia afecta al cerebro anterior, la reacción refleja se reduce drásticamente.
Causas
En la actualidad, se han documentado una gran cantidad de patologías que pueden generar atrofia cerebral. Las más prevalentes en la sociedad son las enfermedades neurodegenerativas, ya que estas se caracterizan principalmente por degenerar distintas regiones del encéfalo y por lo tanto provocar atrofia cerebral.
No obstante, otras muchas más situaciones puede provocar esta afección, incluso condiciones no patológicas como el envejecimiento se relacionan fuertemente con la atrofia cerebral. Las patologías que más se han asociado con esta alteración son:
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de lesiones desmielinizantes, neurodegenerativas y crónicas en el sistema nervioso central.
Esta patología suele provocar una disfunción de la barrera hematoencefálica (sistema de vasos capilares que protege la entrada de sustancias en el cerebro a través de la sangre).
De este modo, macrófagos y linfocitos pueden cruzar la barrera hematoencefálica de los sujetos con esclerosis múltiple y acceder al cerebro, originando daños cerebrales y provocando síntomas como hormigueo, debilidad, falta de coordinación, rigidez muscular, trastornos del habla o alteraciones visuales.
Enfermedad de Alzheimer
El Alzheimer es considerada la enfermedad neurodegenerativa por excelencia. Suele afectar a las personas ancianas y se caracteriza por una muerte paulatina y progresiva de las neuronas.
Los síntomas más típicos del Alzheimer son la pérdida de la memoria, ya que la atrofia cerebral la produce inicialmente en el hipocampo (estructura que se encarga de desarrollar los procesos mnésicos).
No obstante, con la progresión de la enfermedad la atrofia se prolonga hacía las otras regiones cerebrales, produciendo muchos más déficits cognitivos.
Encefalitis
La encefalitis son un conjunto de patologías que se producen debido a una inflamación del encéfalo. Suelen producirse a través de infecciones por bacterias, parásitos, hongos o virus.
La afección suele provocar la aparición de lesiones focales o difusas de la sustancia gris o la sustancia blanca del sistema nervioso central. Los síntomas más típicos que provoca la atrofia cerebral de esta enfermedad son: síndrome febril agudo, cefalea, alteraciones de la conciencia, convulsiones, alteraciones del lenguaje y afecciones sensoriales.
Enfermedad de Huntington
La enfermedad de Huntington es una alteración grave y rara que se caracteriza por ser hereditaria y degenerativa. Se debe a la mutación especifica de la proteína de la huntingtina y suele generar alteraciones psiquiátricas y motoras.
Presenta una progresión muy lenta (entre 15 y 20 años). En las fases iniciales, la patología afecta a las zonas antero-medias del núcleo caudado y dorsales del núcleo putamen, provocando alteraciones en la articulación y en el lenguaje espontáneo.
Posteriormente, en estadios intermedios, la persona suele experimentar una notable reducción de su capacidad lingüística. En la enfermedad evolucionada, la corea de Huntington suele provocar afasia de Wernicke, una marcada reducción de la fluidez verbal, escritura disgráfica y alteraciones en el procesamiento visuespacial.
Enfermedad de Pick
La enfermedad de Pick es una patología neurodegenerativa que se caracteriza por causar atrofia en los lóbulos cerebrales temporal y frontal. Esta afección provoca la destrucción progresiva de las células nerviosas del cerebro, originando la proliferación de unas sustancias denominadas cuerpos de Pick.
Al afectar a los lóbulos temporales y frontales del cerebro, esta patología suele provocar cambios de personalidad, deterioro de las habilidades sociales, desinhibición comportamental, embotamiento emocional, irritación, apatía, síntomas depresivos y pérdida de memoria.
Virus VIH
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un lentivirus que cusa la infección por VIH y con el tiempo da lugar a la aparición del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida).
Esta enfermedad se caracteriza por afectar al sistema inmune, hecho que permite que se desarrollen infecciones oportunistas en distintas regiones del organismo, incluyendo el cerebro.
El VIH puede causar atrofia cerebral, dando lugar a un síndrome demencial que empieza de forma sutil pero que progresa a un ritmo constante, provocando manifestaciones como lentitud de pensamiento y expresión, apatía, dificultad de concentración y deterioro de la coordinación.
Déficit de vitamina B12
El síndrome de Korsakkof es una afección que se origina debido al déficit de vitamina B12. Es una patología común entre las personas que presentan alcoholismo y los sujetos que padecen enfermedad de Wernicke.
El síndrome de Korsakoff provoca atrofia cerebral en los nervios craneales, en la sustancia gris periventricultar, en el hipotálamo y en el tálamo debido al déficit de vitamina B12. Esta atrofia cerebral suele provocar alteraciones como amnesia anterógrada, amnesia retrógrada y dificultades de aprendizaje
Envejecimiento
Finalmente, el envejecimiento constituye una situación normal y no patológica que se relaciona con la atrofia cerebral. Con el paso de los años, tal y como sucede con la mayoría de órganos del cuerpo, el cerebro va disminuyendo su funcionalidad.
Las conexiones entre neuronas se debilitan y las estructuras cerebrales disminuyen su actividad, causando ligeros fallos cognitivos como: empeoramiento de la memoria, decremento de la capacidad de aprendizaje, disminución de la atención, etc.
Tratamiento
El tratamiento de la atrofia cerebral debe basarse en la intervención de la patología que origina el deterioro de las regiones del cerebro.
No obstante, la mayoría de afecciones que causan esta patología se caracterizan por ser crónicas e incurables. Se recomienda la ejercitación del cerebro a través de programas de estimulación cognitiva para potenciar el funcionamiento de las capacidades preservadas.
Referencias
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