Geología

Mioceno: características, subdivisiones, geología, flora y fauna


El Mioceno fue una de las dos épocas que integraron al período Neógeno. Alcanzó una duración de 8 millones de años, durante los cuales se dieron una gran cantidad de sucesos a nivel climático, biológico y orogénico.

Durante el Mioceno el clima experimentó ciertas fluctuaciones, iniciándose con bajas temperaturas, para luego ascender lentamente. Durante la mitad de la época se alcanzaron temperaturas óptimas cálidas, lo cual propició el desarrollo exitoso de ciertos animales y plantas.

Así mismo, fue una época en la que los diversos grupos de animales que cohabitaban el planeta pudieron expandirse y diversificarse. Tal fue el caso de los mamíferos, las aves y los reptiles y anfibios. Todo esto se sabe porque existe un importante registro fósil de los especímenes que habitaron la Tierra en ese entonces.

Índice del artículo

Características generales

Duración

El Mioceno fue una época que se inició hace 23 millones de años y culminó hace 5 millones de años, para una duración aproximada de 8 millones de años.

Cambios a nivel orogénico

Durante el Mioceno, la actividad orogénica fue bastante intensa, ya que se dio el crecimiento de diversas cordilleras montañosas. En algunos sitios muy específicos el surgimiento de nuevas montañas trajo consecuencias importantes, como la crisis salina del Messiniense.

La era de los mamíferos

Se tienen registros fósiles de que en esta era existió una gran variedad de mamíferos, de todos los tamaños y predilecciones alimentarias. Es el grupo de animales que experimentó un mayor desarrollo y diversificación.

Divisiones

El Mioceno se dividió en seis edades de duración variable pero que en su conjunto abarcaron 18 años de la historia geológica del planeta.

Geología

Durante la época del Mioceno se observó una intensa actividad desde el punto de vista geológico, ya que los continentes continuaron su movimiento indetenible, gracias a la deriva continental, casi para ocupar el lugar que tienen en la actualidad.

Incluso, para algunos especialistas, ya en ese momento el planeta prácticamente tenía la configuración que tiene hoy en día.

Así mismo, durante esta época ocurrió la colisión del norte del continente africano con la zona donde actualmente se asientan Turquía y la península arábiga. Este fue un hecho trascendental, ya que tuvo como consecuencia la clausura de uno de los mares que habían existido hasta la época, el Paratetis.

Anteriormente ya se había producido la colisión de lo que hoy en día es la India con Eurasia, proceso que originó la formación de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, durante el Mioceno el movimiento de India no había cesado, sino que se mantuvo, presionando contra la región asiática. Esto ocasionó que las montañas del Himalaya continuaran creciendo y formándose.

Específicamente en el área geográfica del Mediterráneo, hubo una gran actividad orogénica, demostrando los registros recabados que allí se levantaron montañas importantes durante esta época.

Este levantamiento de grandes montañas originó un suceso conocido como la crisis salina del Messiniense.

Crisis salina del Messiniense

Como su nombre lo indica, ocurrió al final del Messiniense, última edad de la época del Mioceno. Consistió en el aislamiento sistemático y progresivo del mar Mediterráneo del océano Atlántico. Esto se produjo gracias a la gran actividad orogénica acaecida en esa zona geográfica.

Dicha actividad trajo como consecuencia la formación de dos cadenas montañosas importantes: las cordilleras Béticas, en la península ibérica y la cordillera del Rif, en el norte de Marruecos.

Si se observa un mapa de la zona, se podrá apreciar que entre la península ibérica y el norte de África, especialmente Marruecos, el espacio es realmente estrecho. Esto es conocido como el estrecho de Gibraltar, que tiene una longitud de apenas 14 kilómetros.

Pues bien, durante el Messiniense, el estrecho de Gibraltar se vio cerrado, con lo cual el mar Mediterráneo fue perdiendo volumen hasta finalmente secarse, dejando como residuo una extensa salina.

Como prueba fehaciente de lo relatado, está un hallazgo realizado hace unos años, que consistió en una gruesa capa (2 km de grosor) de sal en el fondo del lecho marino.

Causas

De acuerdo a quienes han estudiado este fenómeno, la principal causa fue la actividad tectónica en el área, la cual ocasionó el levantamiento de una especie de barrera natural que impidió el flujo de agua desde el océano Atlántico.

Así mismo, también se ha estimado que en esta época el nivel del mar disminuyó, lo que trajo como consecuencia que entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico se formara una especie de barrera, como un itsmo, lo cual contribuyó al aislamiento físico del espacio ocupado por el mar Mediterráneo.

Esto se mantuvo así hasta la siguiente época (Plioceno).

Cuerpos de agua existentes durante el Mioceno

Durante esta época existían prácticamente todos los océanos que existen hoy en día. Entre estos se pueden mencionar:

  • Océano Pacífico: al igual que en la actualidad, era el océano más grande y profundo. Se localizaba entre el extremo este de Asia y el extremo oeste de América. Algunas de las islas que contiene hoy en día ya había emergido, otras no.
  • Océano Atlántico: se encontraba entre los continentes de América y África y Europa. Se formó durante la fragmentación de Pangea, específicamente de las tierras que corresponden a los continentes Africa y América del Sur. Conforme se fueron alejando, el espacio entre ambos se llenó de agua, dando origen a este océano.
  • Océano Índico: tenía la misma posición actual. desde la costa este de África hasta Australia. Cubría todo ese vasto espacio.

Clima

El clima durante los inicios del Mioceno se caracterizó por temperaturas bajas. Esto fue consecuencia de la amplia expansión de hielo en ambos polos, lo cual se inició en la época anterior, el Eoceno. Esto trajo como consecuencia que algunos ambientes adquirieran condiciones de aridez, ya que no eran capaces de retener la humedad.

Sin embargo, esto no se mantuvo así durante mucho tiempo, ya que hacia la mitad del Mioceno hubo un aumento considerable y significativo de la temperatura ambiental. Este fenómeno fue bautizado por los especialistas como Óptimo climático del Mioceno.

Durante el Óptimo climático del Mioceno, las temperaturas ambientales subieron de forma gradual, se cree que incluso hasta unos 5°C por encima de las temperaturas actuales. Gracias a esto, se desarrolló un clima de tipo templado en casi todo el planeta.

Así mismo, es importante recordar que durante esta época se desarrollaron cadenas montañosas de gran importancia, con montañas y picos de gran altura. Esto jugó un papel muy importante en el clima posterior al Óptimo climático del Mioceno, ya que gracias a esto disminuyeron en gran medida las precipitaciones.

Conforme avanzó el Mioceno, un gran porcentaje del planeta adquirió un clima seco. Por consiguiente, la extensión de los bosques se vio disminuida, en tanto que las tundras y desiertos se extendieron.

A nivel del polo sur, hubo muchos glaciares al inicio de la época, sin embargo, con el transcurrir del tiempo la capa de hielo sobre el continente antártico aumentó hasta cubrirlo totalmente.

Flora

Muchas de las formas de vida, tanto de plantas como de animales que estuvieron presentes en el Mioceno, se conservan en la actualidad formando parte importante de la gran diversidad de ecosistemas que hay en el planeta.

Durante el Mioceno, se observó un descenso significativo en la extensión de bosques y selvas, debido a los cambios climáticos suscitados. Debido a que en cierto momento de la época las precipitaciones se hicieron escasas, las plantas debieron adaptarse también a estos cambios.

Es así como comienzan a dominar las plantas de tipo herbáceas y otras también de pequeño tamaño y resistentes a largos períodos de sequía, como los chaparrales. Así mismo, durante esta época prosperaron las angiospermas, que son plantas con semilla cubierta.

Herbáceas

Las plantas herbáceas son plantas cuyos tallos no son leñosos, sino flexibles y de color verde. Sus hojas también son verdes. Generalmente son de pequeño tamaño y algunas alcanzan una altura mediana.

Si presentan flores, se encuentran en posición terminal, generalmente en grupos o racimos. Son plantas muy versátiles, ya que pueden adaptarse a las condiciones ambientales, a pesar de que sean hostiles. En lo referente a el tiempo de vida, el de ellas es de un año, aunque por supuesto, existen excepciones.

Chaparrales

En realidad, el chaparral es un tipo de bioma en el que se encuentra un tipo particular de vegetación conocida como chaparros. Estos son arbustos de tallo leñoso que son capaces de sobrevivir a condiciones ambientales extremas. Así mismo, en los chaparrales también hay otros tipos de plantas, como por ejemplo cactus y matorrales.

Fauna

El grupo dominante durante la época del Mioceno fueron los mamíferos, los cuales se diversificaron en gran medida. Desde mamíferos pequeños como el grupo de los roedores, hasta mamíferos de gran tamaño como algunos marinos.

Así mismo, el grupo de las aves también experimentó una gran ampliación, pudiéndose encontrar fósiles de ejemplares en todo el planeta.

Mamíferos terrestres

Fueron muchos los mamíferos terrestres que caminaron en la Tierra durante la época del Mioceno. Entre estos se pueden mencionar:

Gomphotherium (extinto)

Fue un mamífero de gran tamaño (3 metros) que habitó principalmente los territorios de Eurasia. Pertenecía al grupo de los proboscídeos. Entre sus rasgos característicos se pueden mencionar dos pares de colmillos bastante largos y resistentes, los cuales le servían para buscar su alimento que estaba constituido por tubérculos y raíces.

Amphicyon

También se encuentra extinto. Tenía el aspecto de un animal intermedio entre el perro y el oso. Su cuerpo era compacto, presentando cuatro extremidades gruesas y una larga cola que también era bastante fuerte.

Presentaba dientes especializados para la dieta carnívora que tenía. Era bastante grande, podía llegar a medir hasta 1 metro de altura, dos metros de largo y tener un peso aproximado de más de 200 Kg. Su hábitat principal fue en Norteamérica.

Merychippus

Este animal también se encuentra extinto. Perteneció a la familia equidae. Era relativamente pequeño (89 cm). Se caracterizaba por tener tres dedos en cada extremidad, de los cuales uno se encontraba cubierto con pezuña.

Además, de acuerdo a los especialistas se agrupaba en manadas, las cuales se desplazaban por el terreno, pastando. Era muy similar a los caballos y cebras actuales.

Astrapotherium

Se encuentra extinto. Fue un animal bastante grande, pues podía llegar a medir hasta 3 metros y pesar 1 tonelada. Las características de su dentadura permiten inferir que era hervíboro.

Sus extremidades eran de tamaño promedio y le permitían desplazar por terrenos pantanosos y secos. De acuerdo a los registros fósiles, habitó en Sudamérica, principalmente en las cercanías del río Orinoco.

Megapedetese

Pertenecía al orden de los roedores. Era de pequeño tamaño, alcanzaba un peso de 3 kg y podía medir hasta 14 cm de altura. Su cuerpo se asemejaba al de una liebre. Tenía unas extremidades traseras muy potentes y desarrolladas, en tanto que las delanteras eran muy pequeñas. Era de dieta herbívora.

Mamíferos acuáticos

En los mares la fauna también se diversificó, siendo el grupo de los mamíferos uno de los principales. Aquí tuvieron su origen los ancestros de las actuales ballenas.

Brygmophyseter

Pertenecía al grupo de los cetáceos, específicamente a los odontocetos (dentados). Se cree que los ejemplares alcanzaban una longitud de hasta 14 metros. Era de hábitos carnívoros, siendo sus alimentos predilectos peces, calamares e incluso otros cetáceos.

Cetotherium

Desde el punto de vista físico, este mamífero era bastante similar a las ballenas que surcan los mares hoy en día. Eran animales bastantes grandes. De acuerdo a registros fósiles, podían alcanzar longitudes de entre 12 y 14 metros. No poseían barbas, por lo que no se alimentaban a través de la filtración de agua.

Aves

Dentro del grupo de las aves, hubo ejemplares de gran tamaño que alcanzaron un gran desarrollo durante el Mioceno.

Andalgalornis

Habitó principalmente en el continente sudamericano. Podía llegar a medir hasta 1,5 metros. Anatómicamente, su característica más fuerte eran sus patas, las cuales le permitían desplazarse con gran rapidez. Así mismo tenía un pico bastante resistente con el que podía capturar de manera eficaz a sus presas.

Kelenken

Formaba parte de las llamadas “aves del terror” que habitaron durante el Mioceno. Se estima que podía medir hasta 4 metros y tener un peso aproximado de 400 Kg. Su pico tenía una longitud promedio de 55 cm. Contaba con unas extremidades fuertes que le permitían perseguir y capturar a sus presas.

Reptiles

En el Mioceno hubo también una gran gama de reptiles:

Stupendemys

Se cree que habitó en el norte de Sudamérica, ya que sus fósiles solo se han encontrado allí. Ha sido la tortuga de agua dulce más grande hasta ahora. Medía aproximadamente 2 metros de largo. Era carnívora, siendo sus presas predilectas anfibios y peces.

Purussaurus

Era similar a los cocodrilos de la actualidad. De gran tamaño (hasta 15 metros de longitud), podía pesar incluso varias toneladas. Su cuerpo se encontraba recubierto con una especie de coraza que era impenetrable.

Era carnívoro, con dientes de más de 20 cm de largo, ideales para capturar a sus presas y no perderlas. Su hábitat era principalmente acuático, ya que por su gran tamaño, para desplazarse en la tierra era bastante lento.

Divisiones

El Mioceno se encuentra dividido en seis edades:

  • Aquitaniense: con una duración de tres millones de años
  • Burdigaliense: 5 millones de años
  • Langhiense: 2 millones de años
  • Serravaliense: 2 millones de años.
  • Tortoniense: 4 millones de años
  • Messiniense: 2 millones de años.

Referencias

  1. Cox, C. Barry & Moore, Peter D. (1993): Biogeography. An ecological and evolutionary approach (5th ed.). Blackwell Scientific Publications, Cambridge
  2. Emiliani, C. (1992) Planet Earth: Cosmology, Geology, and the Evolution of Life and Environment. Cambridge: Cambridge University Press.
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  4. Peterson, J. (2018) Climate of the Miocene period. Obtenido de: sciencing.com
  5. Van Andel, T. (1985) , New Views on an Old Planet : A History of Global Change, Cambridge University Press