Organismos desintegradores: características y ejemplos
Los organismos desintegradores son aquellos que se encargan de descomponer la materia orgánica de restos de organismos en materia inorgánica. Se dividen en insectos, hongos y bacterias. Por ejemplo, los escarabajos peloteros son integradores.
Los ecosistemas están formados por tres grandes grupos; los productores, los consumidores y los desintegradores. Los productores son el grupo de las plantas verdes, que absorben la energía del sol y la transforman en energía alimentaria.
También toman sustancias minerales y las convierten en materia vegetal, que a su vez alimenta a otros seres vivos.
Los consumidores son el grupo de animales que podemos distinguir en dos grandes grupos; herbívoros y carnívoros. Los herbívoros son aquellos que dependen de las plantas verdes para su sustento.
Los carnívoros dependen de los animales herbívoros para alimentarse. Y también podemos distinguir el grupo de los omnívoros que extrae energía de ambos grupos de animales.
Características de los organismos desintegradores
El tercer grupo de organismos de un ecosistema es el de los desintegradores. Estos se alimentan de materia vegetal y animal muerta y la convierten en componentes de materia inorgánica.
A través de la descomposición de los restos orgánicos, estos organismos obtienen la energía necesaria para subsistir. Toman las proteínas, azúcares, lípidos y vitaminas de la materia en descomposición, y las convierten en sustancias inorgánicas o minerales que pasan a formar parte del suelo.
No sólo ellos consiguen nutrientes, sino que devuelven nutrientes al suelo que volverán a formar parte de la cadena cuando las plantas las utilicen como nutrientes.
Si estos organismos no descompusieran la materia viva, los cuerpos de seres vivos quedarían apilados y no se descompondrían. Así mismo, el suelo perdería sus nutrientes, ya que las plantas los aprovecharían y ningún nutriente volvería al suelo.
La desaparición de uno de los grupos del ecosistema, provocaría que todo el ecosistema pereciese. Todo en el ecosistema está interrelacionado, y si algo cambia, alterará el equilibrio del ecosistema de manera que puede llegar a destruirlo.
Ejemplo de proceso de descomposición
Para poner un ejemplo, vamos a utilizar el proceso de descomposición de un cuerpo.
Primero, para que un cuerpo empiece el proceso de descomposición tiene que estar muerto, por lo tanto tiene que dejar de latir su corazón.
A consecuencia de esto, las células del cuerpo dejan de recibir sangre y como no reciben oxígeno, pierden la capacidad de responder.
Las bacterias entonces atacan a las células, como estas están indefensas, no pueden luchar contra las bacterias. Las enzimas que se encuentran dentro de las propias células descomponen el cuerpo.
El cuerpo en descomposición se convierte en una variedad de organismos vivos que se alimentan de los restos transformándolos en materiales inorgánicos que vuelven a devolver al suelo.
Ejemplos de organismos desintegradores: hongos, bacterias e insectos
La mayoría de los organismos desintegradores son hongos y bacterias, pero también nos encontramos parásitos, insectos y ácaros.
Bacterias
Las bacterias son los organismos más abundantes del planeta y la mayoría son desintegradores naturales. Dependiendo de cómo consigan el carbono, se las puede clasificar en autótrofos, que lo obtienen a través del CO2, o heterótrofos, que lo consiguen a través de materia orgánica.
También se pueden clasificar en otras dos grandes variedades como fototrofos, donde la fuente de energía es la luz, y los quimiotrofos, donde obtienen la energía a través de compuestos químicos.
Juntando estas dos grandes clasificaciones obtenemos bacterias de tipo quimioheterótrofas, quimioautótrofas, fotoautrótrofas y fotoheterótrofas.
Las quimioheterótrofas son aquellas que obtienen el carbono a través de un compuesto químico, utilizando la luz como energía. Las quimiautrótrofas, que utilizan compuestos inorgánicos y el CO2 como fuente de energía.
Las fotoautrótrofas que utilizan la luz y el CO2. Y por último, las fotoheterótrofas, que obtienen los nutrientes de la materia orgánica utilizando la luz como energía.
A través de estas formas de alimentación, las bacterias producen materia inorgánica que transmiten al suelo, que forma parte de la alimentación de las plantas.
Hongos
Los hongos, por otro lado, forman un grupo completamente distinto al de los animales o plantas. Estos organismos son heterótrofos, a diferencia de las plantas no producen su propio alimento, sino que obtienen los nutrientes a través de la absorción. Se clasifican en cuatro grandes grupos atendiendo a su proceso de alimentación.
Los hongos saprofitos son los que se alimentan de la materia orgánica y en descomposición. Son los hongos más frecuentes, y ayudan a la mineralización de los restos vegetales.
Otro gran grupo de hongos, son los Liquenizados. Estos hongos conforman un organismo simbiótico con un alga, y se alimentan de material vegetal en descomposición.
Los hongos micorrizógenos son aquellos que descomponen las sustancias orgánicas que encuentran en el suelo. Muchos de estos forman una relación simbiótica con las raíces de alguna planta.
La planta le ofrece el exceso de azúcar y se aprovecha de los nutrientes que devuelve el hongo al suelo. Los hongos parásitos por otro lado, afectan a organismos vivos para alimentarse de ellos. Pese a que son microscópicos, pueden acabar con plantaciones enteras y árboles.
Insectos
Para acabar con el grupo de los descomponedores, haremos alusión a los insectos descomponedores. Aquí haremos una distinción atendiendo al origen y estado de la materia de la que se alimentan.
Los carroñeros o necrófagos son aquellos que se alimentan de cadáveres frescos de otros animales. Los saprófagos se alimentan de cadáveres o restos descompuestos, como pueden ser las lombrices o los escarabajos. Y por último, los coprófagos. Estos se alimentan de los excrementos de otros animales, por ejemplo el escarabajo pelotero.
Gracias a este gran grupo del ecosistema, los nutrientes que formaban parte de la materia orgánica, vuelven a ser materia inorgánica mineralizada que se devuelve al suelo; necesaria para que las plantas adquieran sus nutrientes, y que los animales a su vez se alimenten de las plantas.
Debemos de tener presente que en cualquier ecosistema estarán los tres grandes grupos de organismos, y que si faltase alguno, el ecosistema no sobreviviría.
Referencias
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