Páramo: características, tipos, flora, fauna, ejemplos
El páramo es un tipo de sistema natural de cierta complejidad, exclusivo de montaña, donde se desarrollan formas particulares de vida y pueblos cuyas costumbres y características enriquecen la variedad cultural del planeta.
Es un ecosistema complejo que se da entre nieves sempiternas, bosques y cultivos. El páramo andino sudamericano es el más conocido, aunque también existe en África oriental, Centroamérica y Nueva Guinea. De acuerdo con su función y la distribución geográfica de plantas y animales, se puede clasificar en superpáramo y subpáramo.
Los páramos son zonas claves, ya que gracias a su altitud y clima tienen la función de retener el agua y mantener el control o equilibrio entre pérdida y aporte de esta dentro del ecosistema. Esto permite que en tiempos de verano y sequía el agua sea conducida por infiltración a las tierras bajas para formar acueductos, riachuelos, quebradas y ríos.
La niebla, la llovizna y los remolinos de nubes que se adhieren a las rocas son fenómenos climáticos propios de los páramos, regiones desconocidas y sombrías que juegan un rol preponderante en el intercambio montaña-hombre, transformándose en lugares míticos, legendarios y sagrados.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Tipos
- 3 Flora
- 4 Fauna
- 5 Ejemplos de páramos en Colombia
- 6 Ejemplos de páramos en Venezuela
- 7 Ejemplos de páramos en Ecuador
- 8 Ejemplos de páramos en México
- 9 Ejemplos de páramos en Chile y Argentina
- 10 Referencias
– Son zonas de mucha humedad durante casi todo el año. Tienen abundante nubosidad; son lluviosas y nubladas porque tienen un relieve montañoso ocasionado por la cordillera de los Andes. También hay presencia de nieve en los picos de las montañas.
– Con frecuencia el clima cambia, pasando de la insolación a la nubosidad espesa. Las temperaturas pueden descender hasta los 0 grados o menos. Son zonas extremadamente frías, con ventiscas húmedas y aguanieve.
– Son paisajes de relieve irregular, accidentado y áspero con fragmentos de grandes rocas y otras más pequeñas, planas y onduladas. Es una orografía producto del desplazamiento de los glaciares; al desprenderse sus trozos, estos viajaron hacia la zona y se sedimentaron. Consta de pronunciadas y escarpadas pendientes que facilitan el descenso de las aguas.
– Cuentan con valles amplios producto del tránsito de enormes bloques de hielo que le dieron profundidad y una forma en “U”, originando una planicie entre dos pendientes. También se dan los valles en “V”, que son muy profundos, y se forman a partir del paso de las corrientes de agua. Hay cascadas y quebradas que conducen el agua a las zonas bajas.
– Hay presencia de lagos y afluentes, que son fuentes de los grandes ríos que se ubican al norte de Sudamérica. Es un manantial de vida con gran importancia dentro del ciclo hidrológico y funciona como una sentina de carbono, acción determinante dentro de los patrones del clima.
– Los suelos de estas regiones son volcánicos: en el sur son producto de roca meteorizada, y en el centro y norte debido a la ceniza volcánica. Estos son muy oscuros a causa de la gran cantidad de materia orgánica que queda enterrada.
– Predominan las especies gramíneas, los pajonales, los bosques y los matorrales. Los animales suelen cambiar de lugar en busca de mejores condiciones para la reproducción y alimentación. La presencia de vegetación en algunas zonas es indicio de la existencia cercana de agua.
De acuerdo con las diferentes alturas que determinan su temperatura, estos biomas se pueden clasificar en tres tipos:
Tiene una temperatura promedio de 5 °C. Hay un predominio de frailejones, así como material orgánico en descomposición muy oscuro y rico en carbono. Es esponjoso y se puede notar en su composición el material vegetal que le dio origen (turba), además de los pajonales.
Está ubicado en la parte superior del páramo. Las bajas temperaturas características de esta zona (se promedian a 2 °C) solo permiten el crecimiento de una vegetación de poca altura.
Dicha vegetación se denomina tundra alpina y crece a ras de suelo. Algunos ejemplos de la tundra alpina son los líquenes, los musgos y las hierbas. En el superpáramo también se encuentran pastizales y frailejones.
Se ubica en la parte baja del páramo y tiene una temperatura que oscila entre los 8 y 10 °C. Da paso a una vegetación de árboles de poca altura y a algunos arbustos.
Se encuentra cerca de la zona boscosa y exhibe frondosas turberas, además de varios pastizales y vegetación abierta.
La flora de los páramos responde a un tipo de vegetación adaptativa, ya que debe enfrentar condiciones climáticas rigurosas y suelos pobres en nutrientes que no propician su desarrollo.
La altura de estas regiones alberga muy bajas temperaturas, al igual que elementos tales como la neblina, la nieve y los vientos helados que inciden directamente en sus características.
En esta región se da una vegetación cuya estructura vertical se distribuye entre gramíneas, arbustos, hierbas, tundra y turba. Allí encontramos árboles de poca altura y de hojas permanentes, así como líquenes, musgos y pastos.
En efecto, las severas condiciones de este clima desafían a su vegetación, que desarrolla formas de adaptación asombrosas que les permite soportar noches heladas, días de radiación solar sofocantes y suelos muy pobres en el ámbito nutritivo. En ocasiones incluso pueden presentarse sequías estacionales inclementes.
Por ejemplo, existen plantas del tipo arbusto que desarrollan hojas resistentes y pequeñas, que les facilitan mantener el verdor durante más tiempo en el año y retener el agua; esto permite su crecimiento. Por lo general, las hojas en los vegetales están recubiertas de una suave y muy fina lana o tricoma.
Entre las principales especies de la flora del páramo destacan las siguientes:
– El frailejón.
– El musgo de páramo.
– La estrella del páramo.
– El siete cueros rojo.
– Las flores de Thristerix.
– El fito azul.
– El cardón.
– La salvia.
– Las alstroemerias.
– El tabaco morado.
– Los matorrales.
– Los chuscales (bambú).
Los animales que se pueden hallar en los páramos permanecen en movimiento, van de un lugar a otro procurando mejores condiciones para vivir.
Así mismo, algunos han tenido que desarrollar ciertas capacidades para adaptarse a la fuerte incidencia del sol y a las bajas temperaturas extremas.
Roedores, aves, osos, anfibios, reptiles y venados son algunas de las especies que se pueden encontrar. Estos animales tienen abundante pelo que los protege de un clima de invierno sumamente frío.
Además de los nombrados anteriormente, también destacan el buitre, el antílope, el búho nival, la gallineta, el báquiro, el cóndor, la gallina de guinea, la hormiga, el perro, lagartijas, serpientes y algunos peces como la trucha.
Las condiciones ambientales presentes en la cordillera colombiana son diversas y únicas. La cordillera ubicada en el oriente es sumamente húmeda producto de los vientos continentales que llegan desde la Amazonia y Orinoquía.
La occidental, más baja, también es húmeda por la afluencia de las corrientes del Pacífico sur. Por su parte, la cordillera central es menos húmeda porque está a mayor altitud.
Su vegetación cuenta con al menos 112 comunidades vegetales, producto de condiciones ambientales y morfológicas heterogéneas determinadas por las temperaturas de la zona, así como la humedad y la condición de los suelos.
Se pueden observar los llamados bosques enanos, frailejonales, matorrales, ericáceas y chuscales. En otras zonas encontramos las turberas y las especies xeromórficas.
En cuanto a la fauna, los recursos alimenticios del páramo son pocos y el clima no es propicio; esto lo hace un hábitat temporal para los mamíferos de gran tamaño, como el oso, el venado, el puma y la danta entre otros. También existe una especie única de la zona: el oso de anteojos, muy atractivo para los cazadores.
Las aves son de diversos tamaños. Destacan los colibríes gigantes (nectarívoros) y los majestuosos cóndores y halcones, así como búhos y lechuzas. Roedores, mamíferos en miniatura, reptiles, anfibios y marsupiales integran esta fauna tan diversa.
Entre los principales páramos colombianos destacan los siguientes:
– Chingaza.
– Frontino.
– Baldías.
– Tota-Bijagual-Mamapacha.
– Santurbán.
– Sisavita.
– Sierra Nevada de Santa Marta.
La superficie ocupada por los páramos en Venezuela es de 2700 km². Un 75 % está localizado en el estado Mérida; también pueden encontrarse en Trujillo y en Táchira, y encima de las cumbres del Parque Nacional Dinira del estado Lara.
En los páramos venezolanos la precipitación es escasa y la temperatura es bastante baja. Estos se dan en alturas superiores a los tres mil metros.
Son terrenos infértiles, al descubierto, de un color que a lo lejos se aprecia grisáceo, por efecto del aspecto de la hoja pilosa del frailejón, recubierta de vellos sedosos que la protegen del clima.
La fauna y la flora han logrado adaptarse a los cambios estacionales diarios, que van desde muy bajas temperaturas en la noche a un sol incandescente durante el día, presión atmosférica muy baja y sequía.
En cuanto a la fauna, encontramos especies circunscritas a zonas específicas (endémicas). La fauna no es prolífica pero sí variada.
Con respecto a la vegetación, se encuentran como especies regulares de la zona el tabacote, el chispeador, el frailejón, el choclo, la bandera española, la salvia, el saní y la cizaña, todas con flores de múltiples colores conformando el prisma natural.
La mayoría de los páramos venezolanos están protegidos bajo la figura de monumentos naturales y parques nacionales. Algunos de los páramos venezolanos más destacados son los siguientes:
– Teta de Niquitao-Guirigay.
– Páramos de Batallón.
– Páramo de la Culata.
– La Negra.
– Sierra Nevada.
– Sierra de Perijá.
– Guaramacal.
– Dinira.
Los páramos se hallan en las partes altas de los Andes ecuatorianos, y se perciben como masas de tierras menores, cercanas unas de otras.
Los habitantes de la zona han determinado que allí se dan los páramos pantanoso, de frailejón, arbustivo, seco y de pajonal, y ocupan aproximadamente el 5 % del territorio.
Como en otras regiones que tienen este ecosistema, su fauna y su flora se adaptan a los fuertes cambios de la temperatura durante el día y la noche.
La vegetación consiste en amplios pajonales que se matizan entre lagunas, así como bosques pequeños dentro de un paisaje de montañas labrado por la fuerza de míticos glaciares.
La fauna es relativamente variada aunque es escasa. Entre las principales especies se encuentran los anfibios, los reptiles, las aves y algunos mamíferos.
En esta zona también hay una diversidad de fauna invertebrada, todos con una capacidad de adaptación climática que les permite reproducirse, desarrollarse y sobrevivir.
Esta región ecológica es conocida en México con el nombre de zacatonal. Es un bioma de matorrales y pradera de montaña que se encuentra a lo largo de la cadena transversal de volcanes y se extiende hasta aproximadamente 306 kilómetros cuadrados.
Es un clima de tundra alpina, con bajas temperaturas y poca pluviosidad durante el año. Es una zona muy húmeda, ya que la evaporación es un proceso muy lento debido a las temperaturas bajo cero que duran de 6 a 10 meses. Debajo de la superficie se encuentra el permafrost, dado que está siempre congelada.
Con relación a la fauna, gran variedad de conejos, reptiles como la serpiente de cascabel, aves de rapiña y diferentes especies de insectos son las especies característica de la zona.
En cuanto a la flora, los zacatonales han logrado adaptarse a la inclemencia del clima frío. Los musgos, los hongos, los líquenes, el pasto conocido como stipa ichu y la tundra representan la vegetación emblemática de este ecosistema. El desarrollo arbóreo no es posible, ya que se encuentra por encima del límite de la zona de bosque.
Entre los principales páramos mexicanos destacan los siguientes:
– Los nevados de Colima.
– Los nevados de Toluca.
– El pico Orizaba.
– El volcán Iztaccíhuatl.
– El volcán Popocatepetl.
Tanto en Chile como en Argentina los altiplanos o cordilleras montañosas son mejor conocidas como punas. Estas son regiones con poco oxígeno y muy baja presión atmosférica, de clima frío y escasas precipitaciones al año.
En Argentina la puna se acentúa en la vasta zona de Atacama. Es una prolongación del altiplano que va fragmentándose en una cinta de depresiones y montañas, que van reduciendo su altura hasta llegar a los 3700 sobre el nivel del mar, en la puna de Jujuy.
Los pequeños bosques abiertos de queñoa son comunes y suelen crecer en quebradas y laderas, a alturas superiores a los 3800 m.
En cuanto a la fauna de ambas regiones, la llama es la especie doméstica. Otras especies más silvestres —como los camélidos, el guanaco y el zorrino real, entre otros— también conforman la fauna endémica de estas regiones.
El altiplano andino en Chile es parte de un área ecológica denominada puna seca en los Andes centrales. En Chile una zona que este a partir de los 4000 msnm se puede considerar como una puna.
Este espacio se caracteriza por presentar gramíneas en el lado norte y flores desérticas al sur. Tal como en otros biomas similares, el clima es de estepas y desierto, con predominio vegetal de pajonales.
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