La física durante los griegos (Antigua Grecia)
La física durante los griegos de la Antigüedad clásica comenzó a tener algunas características que la acercaron a la disciplina tal y como se conoció posteriormente. En las civilizaciones anteriores, los que buscaban explicación a los fenómenos naturales eran los sacerdotes, mientras que en Grecia aparecieron algunas figuras que realizaron un acercamiento más científico.
Aunque estos estudiosos lograron hacer importantes aportaciones, la falta de experimentos que las confirmaran no permitieron que se convirtieran en leyes. En muchos casos, sus teorías sobre el comportamiento de la naturaleza se entremezclaban con la filosofía. Esto ha provocado que se hable de filosofía natural para calificar sus obras.
Un ejemplo de esta mezcla entre ciencia y filosofía fue la obra de Aristóteles. Este autor dejó una serie de trabajos que combinaban tesis filosóficas con hipótesis físicas y astronómicas. Sus teorías estaban basadas en la observación, pero sin que desarrollara ningún tipo de experimentos. Aristóteles seguía manteniendo que todas las leyes naturales tenían su origen en los dioses.
Otros autores importantes fueron Leucipo y su discípulo Demócrito. Ambos rechazaron las explicaciones sobrenaturales sobre la naturaleza y afirmaron que todos los acontecimientos tenían una causa natural.
Primeras aportaciones
Con la civilización griega apareció la figura del pensador y filósofo. Estos se preguntaban sobre la causa final de la vida, la naturaleza y el universo desde diversos puntos de vista.
Algunos de ellos realizaron aportaciones importantes a la física, basadas en sus observaciones. Sin embargo, aún no estaba desarrollado el método científico, por lo que sus teorías no podían ser ratificadas.
Tales de Mileto
Tales de Mileto (624-546 a. C.) es considerado como el primer matemático y astrónomo de la Grecia antigua. Para algunos autores, esto lo convierte en el primer científico de la historia.
Tales rechazó el uso de la mitología como elemento central en la explicación del universo. En su lugar, buscó explicaciones naturales que le permitieran elaborar teorías.
Aunque no se han conservado ninguno de sus trabajos, se le atribuyen varias aportaciones en el campo de la física. Así, creó un método que le permitió medir las pirámides de Egipto mediante la comparación de sus sombras. Su sistema fue, más tarde, aplicado a la navegación. Ese sistema de medición supone que Tales era conocedor de las bases de la geometría.
Por otra parte, Tales de Mileto sostenía que el origen de todo el universo, el primer elemento de la materia, era el agua.
Pitágoras, Empédocles y Anaxágoras
Pitágoras (569-475 a. C.) es conocido por sus aportaciones en el campo de las matemáticas, una disciplina muy vinculada a la física. Ya en su época afirmó que la Tierra era circular. Además, sostenía que era el centro del universo y que la Luna se encontraba inclinada hacía el ecuador terrestre.
Otro de sus aportes a la astronomía fue la afirmación de que el “Lucero del Alba” y el “Lucero de la Tarde” eran, en realidad, el mismo planeta: Venus.
Por su parte, Empédocles promulgó una teoría que afirmaba la existencia de cuatro principios de la realidad: agua, aire, fuego y tierra. Estos, según el autor, estaban en constante movimiento y se unían o se separaban por la influencia de las fuerzas espirituales: el odio y el amor.
Pese a los aportes de los anteriores, muchos autores consideran a Anaxágoras (500 – 428 a. C.) como el primer físico de la historia. Esto se debe a que sus investigaciones sobre la naturaleza estuvieron basadas íntegramente en la técnica, la memoria y la experiencia.
Anaxágoras ofreció una explicación racional sobre los eclipses, así como sobre la respiración del cerebro. Fue también quien inició el estudio sobre la anatomía del cerebro.
Algunas de sus teorías, como la que explicaba que el Sol era una masa de hierro ardiendo y que la Luna era una roca procedente de la Tierra y que solo reflejaba la luz solar, le valieron ser acusado de herejía.
Física aristotélica
La figura más reconocida dentro de la filosofía natural de la Antigua Grecia fue la de Aristóteles (384-322 a. C.). Sus teorías filosóficas y cosmológicas, continuadas por sus seguidores, son denominadas física aristotélica.
Aristóteles utilizó la lógica sistemática para elaborar sus teorías. Según su obra, existían dos mundos diferentes: el celeste, formado por éter invariable; y el terrestre, en el que se producen los movimientos naturales. Ese movimiento estaba provocado por lo que definió como motor inmóvil. Este se identificaba con la divinidad.
Principios de la física aristotélica
Para Aristóteles, todos los elementos tenían la voluntad de cambiar su posición respecto al centro de la Tierra, un punto que consideraba también el centro del universo.
Para llegar a la posición deseada, los objetos se veían influidos por una fuerza que los movía hacia arriba o hacia abajo. En consecuencia, desarrollaban un movimiento a velocidad constante en línea recta.
Este filósofo afirmaba que existía una relación entre la velocidad y la densidad del medio en el que moviera el objeto. A más densidad, menor velocidad.
Aristóteles negó que la materia pudiera estar compuesta por átomos, ya que si fuera así tendría que haber espacios vacíos, algo que rechazaba.
En el campo de la astronomía, Aristóteles sostenía que los planetas y el Sol eran esferas perfectas y que nunca cambiaban. Los planetas, además, se desplazaban realizando un movimiento circular.
Otras aportaciones
El principio de Arquímedes
El matemático, ingeniero, astrónomo y físico Arquímedes fue el autor de uno de los principios más conocidos entre los desarrollados en la antigüedad.
Ese principio, que lleva su nombre, afirma que cuando un objeto se sumerge en un líquido, aunque sea parcialmente, experimenta un empuje hacia arriba igual que el peso del líquido desalojado.
Además, también fue el autor de algunas investigaciones sobre la palanca, entendida esta en la física como un mecanismo simple que sirve para transmitir la fuerza. Arquímedes expresó sus posibilidades con la famosa sentencia “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.
Su significado es que con un buen punto de apoyo y una palanca adecuada podía transmitirse la fuerza necesaria para mover incluso el mundo.
El átomo
A pesar de la importancia de Aristóteles, una de las contribuciones más importantes para la física no fue realizada por él, sino por Leucipo, en el siglo V a. C.
Este filósofo, cuya obra fue después continuada por su discípulo Demócrito, fue el creador del atomismo. Según su teoría, si la materia se dividía si cesar, al final se obtendría una partícula que ya no podría ser dividida más: el átomo.
Esa pequeña partícula era, para estos autores, la que formaba todas las cosas que los rodeaban. Sin embargo, en esa época era imposible de demostrar.
Modelo heliocéntrico y geocéntrico
Otra contribución importante fue la realizada por Aristarco sobre el año 300 a. C. Sus observaciones le llevaron a afirmar que la Tierra se movía alrededor del Sol.
Esta afirmación fue, generalmente, rechazada y la mayoría siguió pensando que la Tierra se encontraba inmóvil y que era el centro alrededor del cual giraban el resto de los cuerpos celestes. Esta fue la base del modelo geocéntrico promulgado por Ptolomeo (85-165 d. C.) y que se mantuvo como el más creído durante 1400 años.
Referencias
- Hernández, Lorenzo. Física: La cultura griega. Obtenido de cienciaonline.com
- Greelane. Las primeras teorías de la física se remontan a los antiguos griegos. Obtenido de greelane.com
- Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia. La Física de Aristóteles (I): Naturaleza, principios y causas. Obtenido de fundacionorotava.org
- Hellenica World. Ancient Greek Physics. Obtenido de hellenicaworld.com
- Zimmerman Jones, Andrew. A History of Ancient Greek Physics. Obtenido de thoughtco.com
- Shuttleworth, Martyn. Ancient Physics. Obtenido de explorable.com