Nutrición

Alimentos transgénicos: características, ventajas, ejemplos, consecuencias


Los alimentos transgénicos son aquellos cuyo material genético (ADN) ha sido modificado o intervenido por el hombre con el fin de optimizar su producción, mejorar sus características o hacerlos más resistentes a factores externos como el clima y posibles depredadores (plagas).

Los organismos modificados —que pueden ser animales, plantas o microorganismos— no atraviesan el proceso natural de recombinación (en el caso de las plantas) o de apareamiento (en los animales).

La tecnología que se usa para este proceso recibe variedad de nombres, que en definitiva son sinónimos: tecnología genética, tecnología del ADN recombinante, ingeniería genética o biotecnología moderna.

Desde su incorporación en el mercado, se ha discutido si el consumo de los alimentos transgénicos puede producir perjuicio en la salud de las personas; asimismo, en el ámbito comercial las modificaciones que se realizan a estos organismos son patentables, por lo que existe un monopolio por parte de las empresas que patentan sus modificaciones.

Índice del artículo

Origen

Aunque pareciera que la biotecnología moderna es de reciente data, esta se remonta a 1983, año en el que científicos europeos crearon la primera planta de tabaco transgénica que era resistente al canamicina, un potente antibiótico.

Posteriormente, en 1994 se empezó a distribuir para el consumo masivo en Estados Unidos (previa aprobación por las normas de dicho país) un tipo de tomate denominado flav savor, cuya maduración se retrasaba en el tiempo, por lo que su durabilidad era mayor.

Tuvo que ser retirado del mercado dos años después debido a que tenía un sabor extraño, pero esta variación se siguió usando para la producción de tomates elaborados. Luego de este producto se experimentó con la soja, el maíz, el trigo y el algodón, entre otros.

Características

Tamaño y color

En los supermercados podemos ver gran cantidad de alimentos con un color y tamaño excepcional, tan brillantes que llaman la atención. Normalmente, estos son alimentos transgénicos que, al compararlos con otros cuyo proceso ha sido natural, resultan en apariencia más firmes, sin deformaciones en su corteza.

En el caso de las frutas, sorprende su tamaño, su olor y su dulzura. Las verduras son de gran tamaño, su color es más vivo y su descomposición se alarga en el tiempo. En cuanto a los animales, son más fuertes, inmunes a virus, con mayor volumen y de crecimiento más acelerado.

No presentan identificación

Los alimentos transgénicos no poseen etiquetas u otros elementos que indiquen que son producto de una modificación genética. En la mayoría de los países no se han establecido leyes que obliguen a las empresas a informar que su proceso de producción no es el común o natural.

Contrastando con lo anterior, existen alimentos que poseen etiquetas que indican que su proceso de producción es orgánico o hidropónico (que ha sido cultivado en agua). En ambos casos, se exalta de forma indirecta que provienen de un proceso natural en el que los alimentos no se han manipulado.

Resistentes a plagas

Mediante la modificación genética realizada en los laboratorios se busca que los organismos sean resistentes a plagas, hongos, virus y herbicidas, para que de esta forma su producción sea exitosa y existan menos riesgos de que perezcan.

Esto garantiza que su crecimiento será más rápido que el habitual, asegurándose mayor rentabilidad y ganancias en su comercialización.

Ventajas

Más beneficios

Una de las ventajas de los alimentos transgénicos radica en que pueden ser modificados para que tengan mayores vitaminas y nutrientes, y así reducir las toxinas poco saludables. Esto trae como resultado alimentos menos dañinos y de mejor calidad, cuyo consumo ayuda a la salud del ser humano.

Lo anterior tiene especial aplicación en países donde hay índices de desnutrición altos. Se estima que una distribución masiva de estos productos en condiciones de alimentación precarias puede ayudar a erradicar la hambruna en el mundo.

Producción más eficiente

En cuanto a la producción, los alimentos transgénicos son beneficiosos porque se usa una menor proporción de terreno para una mayor cosecha. En el cultivo tradicional esto no es posible, debido a que el tiempo de crecimiento es menos rápido.

La rapidez en la cosecha permite la ocupación de menos territorio para la siembra, por lo que pueden utilizarse otros espacios para producir otros productos.

Almacenaje prolongado

Otra ventaja es que los alimentos pueden ser almacenados por un tiempo superior al habitual, debido a que la maduración de los alimentos es más tardía.

Esto es beneficioso al momento de transportarlos para su distribución, ya que se minimiza la posibilidad de perecimiento.

Asimismo, con su maduración tardía se disminuye la merma de vitaminas de los alimentos antes de que lleguen a las manos del consumidor final. Esta técnica ha sido aplicada especialmente en fresas, tomates, melones, cerezas, bananas, coliflor y pimientos, entre otros.

Desventajas

Hay dudas sobre si son perjudiciales para la salud

Mucho se ha discutido sobre las desventajas tienen estos productos. Una de las inquietudes principales es si a largo plazo resultan perjudiciales para la salud de las personas que los consumen.

Esta duda viene por el hecho de que en la alteración genética deben modificarse algunos de sus nutrientes para colocar otros atributos o características.

Por ejemplo, en el caso de los tomates, para hacerlos más resistentes a la sequía se les resta parte de su concentración de nutrientes, así como las enzimas que tiendan a la retención de líquido.

Estudios de pruebas de toxicología realizadas en ratas que fueron alimentadas con alimentos transgénicos durante dos años revelaron que las ratas presentaron problemas hepáticos y eran más propensas a tumores.

Transferencia de genes

Por otra parte, se habla de la posibilidad de una transferencia a los humanos de los genes que han sido modificados en los alimentos, pudiendo modificar el funcionamiento del organismo.

Se especula que al realizarse esta transferencia, existe la posibilidad de que el organismo humano se haga resistente a algunos antibióticos.

Generación de alergias

Estudios científicos apuntan a que hay una gran tendencia a que las personas que los consumen desarrollen alergias, enfermedades autoinmunes e intolerancias a alimentos.

Mayor resistencia de plagas

Hay alimentos que han sido modificados de tal forma que portan toxinas dirigidas a repeler los insectos, lo cual podría hacer que las plagas eventualmente se hagan más y más resistentes.

Para la eliminación de dicha plaga tendrían que usarse pesticidas más potentes, que pueden causar mayor daño al ecosistema y al organismo de las personas.

Opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

La OMS realizó una publicación oficial en la que emitió su opinión sobre si estos alimentos son o no perjudiciales para la salud.

En dicha publicación —que carece de lenguaje técnico, por lo que es de fácil comprensión para cualquier lector— se expresa que “no se han demostrado riesgos para la salud humana en aquellos países en los que han sido comercializados” los alimentos transgénicos.

No obstante, también se indica que existe la posibilidad de una contaminación entre los cultivos modificados genéticamente y otro tipo de cultivo: es posible que los primeros puedan saltar a los segundos, afectando de esta forma al medio ambiente.

Sobre la inocuidad de los alimentos transgénicos, el informe manifiesta que no se puede generalizar y decir que todos son inocuos debido a la diversidad que existe. Habría que analizarlos uno a uno, pero los que se encuentran disponibles en la actualidad han pasado pruebas de evaluación de riesgo y no presentan problemas de riesgo para la salud.

Detalla que hay productos transgénicos tales como maíz, calabazas, patatas, colza y soja, que se consumen desde hace muchos años en diversos países, y que la OMS ha evaluado previamente que no sean tóxicos, que no generen alergias, que sean estables con relación al gen insertado y que posean nutrientes.

Ejemplos

El 95 % de la producción mundial de alimentos transgénicos recae sobre Brasil, Estados Unidos, Argentina, Canadá y China. Los países de la comunidad europea son algo reservados en cuanto al tema, pero algunos países sí expresan que los alimentos transgénicos son la peor solución de la historia.

Sin embargo, aunque en Europa los controles y normas relacionados con la ingeniería transgénica son fuertes y estrictos, los derivados de los productos transgénicos son importados a los países que la conforman. Recordemos que estos productos no poseen mención alguna de que han sido modificados.

A continuación mencionaremos los alimentos transgénicos más consumidos actualmente en el ámbito mundial:

Maíz

En Estados Unidos, aproximadamente el 85 % del maíz que se produce es transgénico. Este valor se debe a que cosechar maíz de esta forma reduce los costos de producción; además, lo hacen más resistente a los herbicidas que se emplean para suprimir las malas hierbas.

Betarraga o remolacha

La betarraga o remolacha es uno de los productos transgénicos con más demanda en el ámbito mundial, ya que se usa para producir azúcar. En Estados Unidos, aproximadamente un 50 % de la producción de azúcar proviene de este alimento.

Soja

La soja es un excelente ejemplo de tecnología genética en la que el alimento es mejorado para mejorar la salud.

Este alimento, bastante consumido en Estados Unidos y Argentina, fue modificado para que los niveles de ácido oleico fueran superiores a los normales. De esta forma ayuda al organismo humano a minimizar el colesterol malo.

Algodón

Otro cultivo que fue modificado con excelentes resultados es el algodón. Según la organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), Asia y África tienen gran parte de la producción, así como Brasil, Argentina, India y China. Fue modificado para hacerlo más fuerte ante los insectos y herbicidas.

Leche

En Argentina, un laboratorio realizó una modificación en un gen asociado a las glándulas mamarias de las vacas, para que estas produzcan una hormona importante para el crecimiento bovino. Se estima que esto aumentará la producción de leche en un 20 %.

Alfalfa

La alfalfa tradicional fue objeto de la ingeniería genética en 2011 con la intención de hacerla más resistente a un herbicida denominado Roundup. Se buscaba que, cuando este producto fuese usado por los agricultores en el cultivo de alfalfa, esta no se viera afectada.

Calabacín y calabaza

Mediante la tecnología genética, en Estados Unidos se realizaron modificaciones al calabacín y a la calabaza; la intención era hacerla más resistente a virus y plaga.

No obstante, en investigaciones realizadas por la Universidad de Pensilvania determinaron que la calabaza modificada genéticamente se vuelve más vulnerable a infecciones bacterianas.

Tomate

Los tomates transgénicos son fáciles de identificar en los supermercados debido a su gran tamaño, color brillante y a que no tienen deformaciones ni grietas en su corteza. Son prácticamente perfectos.

Estos frutos han sido modificados genéticamente para hacer que su maduración sea más tardía y para aumentar su producción, pues son muy demandados en todo el mundo.

Canola

Este es uno de los alimentos transgénicos más antiguos. La canola es una planta, a partir de cuyas semillas se extrae un aceite utilizado para cocinar o acompañar alimentos.

En 1996 se aprobó su comercialización, hace más de 20 años. El 90 % de la producción de canola en Estados Unidos proviene de la modificación de su ADN.

Posibles consecuencias en la salud

Existen muchas opiniones sobre si los alimentos transgénicos pueden tener consecuencias nocivas para la salud.

Esta discusión tiene más de 20 años. Hay estudios de empresas dedicadas a la ingeniería genética que indican que estos alimentos son seguros y que han sido meticulosamente evaluados, opinión que también comparte un grupo de científicos.

Investigadores en contra

Contrario a lo anterior, hay otros investigadores que de forma independiente han investigado los efectos a futuro en la salud humana, experimentando para ello con animales que han sido alimentados con productos transgénicos.

Estos estudios han arrojado como resultado la aparición efectos adversos, en muchos casos relacionados con la disminución de la función hepática.

En 1992 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) realizó diferentes pruebas que buscaban ahondar sobre las posibles consecuencias en la salud de estos alimentos.

En estas varios científicos difirieron de quienes consideran que los alimentos transgénicos son sanos, y manifestaron sus dudas sobre los mismos. No obstante, la conclusión del estudio es que son inocuos.

Poca data sobre efecto en humanos

En consecuencia, no ha sido posible determinar si son perjudiciales para la salud humana, pues no se han hecho estudios en humanos.

Una pregunta válida en este contexto es por qué no se les ha hecho seguimiento más meticuloso siendo productos tan consumidos en varios países. La respuesta a esta inquietud es que en que muchos de estos alimentos no están etiquetados.

Algunas de las hipotéticas consecuencias incluyen la generación de alergias en algunas personas, tendencia a desarrollar enfermedades autoinmunes, o el surgimiento de intolerancia a determinados alimentos. Así mismo, el organismo humano puede hacerse resistente a determinados tipos de antibióticos.

Referencias

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