Cultura general

Las 32 leyendas mexicanas más famosas (cortas)


¿Qué son las leyendas mexicanas?

Las leyendas mexicanas son historias populares que se transmiten de boca en boca, sin tener un autor específico. Cuentan sucesos naturales o sobrenaturales ocurridos en épocas y lugares reales, dando cierta verosimilitud a los relatos.

Entre las leyendas más conocidas de México destacan la llorona, el charro negro, el árbol del vampiro, el chupacabras, la gente del maíz o la leyenda de los volcanes. En este artículo podrás conocer muchas leyendas de este hermoso país.

Conocer las leyendas de un pueblo es conocer en gran parte su cultura, pues en ellas pueden observarse los intereses, el folclor, los valores, las costumbres, las tradiciones o incluso los miedos del grupo de personas que las comparten. En México, esta tradición oral proviene desde la época prehispánica.

Las leyendas mexicanas más conocidas

La llorona

Se trata de la leyenda mexicana más popular. Habla de una mujer mestiza que tuvo 3 hijos con un importante caballero español fuera del matrimonio. Tras años de pedirle que formalizaran su relación, la mujer supo que el caballero se había casado con una dama española de clase alta.

Como venganza, la mujer mestiza llevó a sus hijos al río para ahogarlos, y después tomó su propia vida debido a la culpa que sentía. Su alma vagaría en pena por las calles de la ciudad durante toda la eternidad, gritando arrepentida por haber matado a sus hijos.

La calle de la quemada

Durante la Colonia, una familia española llegó a Nueva España. La hija del matrimonio, una joven de 20 años, inmediatamente atrajo a todos los hombres ricos, quienes querían casarse con ella. Pero fue un marqués italiano quien más se decidió a conquistarla.

Todos los días se paraba bajo su balcón, retando a duelo a cualquier hombre que la quisiera. Cada mañana aparecían los cuerpos sin vida de hombres inocentes que se atrevían a pasar por su ventana. Con miedo por ocasionar estas muertes, la joven decidió desfigurarse la cara.

Acercó el rostro a un carbón encendido, desfigurando su rostro y estropeando su belleza. Sin embargo, el marqués continuó con su propuesta, pues aseguró que la amaba por su interior.

Conmovida, la joven aceptó su propuesta de matrimonio, y pasó el resto de su vida escondiendo su cara con un velo negro. La calle de su balcón fue renombrada en su honor: la calle de la quemada.

La isla de las muñecas

En Ciudad de México, en los canales de Xochimilco, se encuentra un paraje totalmente cubierto por miles de muñecas. Don Julián, el dueño de la zona, las colocó en toda la isla para ahuyentar el espíritu de una niña, que murió ahogada entre los lirios y le acechaba por las noches.

Con el tiempo, el lugar atrajo a un gran número de visitantes locales y turistas, quienes llevaban a don Julián más muñecas para su protección. Al envejecer, don Julián contaba que una sirena del río lo visitaba desde hacía tiempo para llevárselo. Cuando este señor murió de un ataque al corazón, su cuerpo fue encontrado junto al agua.

El árbol del vampiro

Esta leyenda es de la época colonial, específicamente en 1880, en la ciudad de Guadalajara. Cuenta que por las calles comenzaron a aparecer cuerpos sin vida y sin sangre.

Tras varios días de búsqueda encontraron a un hombre mordiendo en el cuello a otra persona en el Panteón de Belén. Se concluyó que era un vampiro.

Cuando lo atraparon, apareció en escena una vieja señora curandera que explicó que era necesario clavarle en el corazón una estaca de una rama de camichín.

Tras matarlo, los vecinos enterraron al vampiro en el Panteón de Belén, donde de forma inquietante creció un árbol en su misma lápida. Según la leyenda, si el árbol es talado algún día el vampiro volverá para vengarse de su muerte.

La planchada

Hace tiempo, en el hospital Juárez de Ciudad de México, trabajaba Eulalia, una amable y paciente enfermera. Todos la reconocían por su buena actitud, sus cuidados y su ropa impecable y siempre bien planchada.

En el hospital se enamoró de un doctor, con quien prometió casarse. Sin embargo, él nunca le dijo que ya estaba comprometido con otra mujer. Tras la decepción y tristeza, Eulalia enfermó, descuidó a sus pacientes y finalmente murió.

La leyenda dice que algunos pacientes han sido atendidos por la enfermera, quien ahora vaga por el hospital como alma en pena, cuidando de los enfermos que la necesiten.

El charro negro

La leyenda del charro negro cuenta que en las noches, junto a los caminos en los pueblos, suele aparecerse un hombre vestido de charro montado sobre un caballo negro. Si se es amable con él y se le permite que te acompañe a tu casa, te dejará en paz y continuará su camino.

Adela, una joven que caminaba a solas, se encontró al charro y a su caballo. Le pidió que la llevara, pero cuando se montó el caballo aumentó su tamaño y se prendió en llamas. Entonces el charro desveló su identidad: se trataba del diablo.

Los vecinos salieron, pero no pudieron hacer nada y la vieron quemarse ante sus ojos. Ella se convirtió en propiedad del diablo, quien se la llevó mientras ardía.

Autobús fantasma

Una noche de lluvia un autobús transitaba por la carretera que va desde Toluca hasta Ixtapan de la Sal, pueblo mágico ubicado hacia el suroccidente de Ciudad de México.

Los pasajeros iban dormidos y el chófer intentaba mantener el control dada la gran cantidad de lluvia y lo mojado de la carretera. Al llegar a una curva, los frenos del autobús no respondieron y cayó por un barranco, muriendo todos los pasajeros.

Se dice que por dicha carretera suele circular un autobús muy antiguo lleno de pasajeros que no dicen una palabra y que están muy bien vestidos. Cuando los pasajeros que recoge llegan a su destino, el chófer les pide que se bajen sin mirar atrás. Quienes no hacen caso y miran atrás, verán un autobús lleno de los fantasmas de quienes perecieron allí, y ya no podrán bajar nunca más.

El fantasma de la monja

En el siglo XVI vivió una joven de nombre María de Ávila, que se enamoró de otro joven que se apellidaba Arrutia, quien solo buscaba el matrimonio con ella por su condición social y sus riquezas.

María tenía dos hermanos, llamados Alfonso y Daniel, quienes descubrieron las intenciones del joven y le prohibieron relacionarse con su hermana. Arrutia no hizo caso, hasta que Alfonso y Daniel le ofrecieron una gran cantidad de dinero para que se marchase.

El joven aceptó y María no supo nada más de él, lo que le produjo una depresión que duró dos años. Ante esto, sus hermanos tomaron la decisión de internarla en el antiguo Convento de la Concepción, actualmente ubicado en la calle Belisario Domínguez, en el centro histórico de Ciudad de México.

Un día María no soportó más la depresión y se ahorcó en un árbol que había en el patio del convento. A partir de su muerte se dice que su espectro ronda los jardines de la zona, y se aparece en el reflejo de las aguas.

Hospital fantasmal

Esta leyenda cuenta que en un viejo hospital de Morelia tuvieron lugar diversos episodios llenos de dolor y sufrimiento. Se dice que todas las noches pueden escucharse los gritos de las personas que perecieron o que vivieron el desarrollo de una enfermedad.

Hay un caso concreto de una mujer que recibió un trasplante de riñón. Por mala fortuna, su cuerpo rechazó el órgano, ella perdió los estribos y se lanzó por una de las ventanas del hospital. La leyenda dice que es posible verla por las noches en la misma ventana.

Mano peluda

A comienzos de los años 1900 vivía en Puebla un hombre de apellido Horta, quien era muy codicioso y de mal proceder. Por esto los habitantes del pueblo no le deseaban nada bueno y esperaban que Dios le secara la mano.

La leyenda dice que cuando el señor Horta murió, su mano se ennegreció y se puso muy rígida, le creció una superficie de pelo en el dorso y los anillos que usaba terminaron incorporándose a su piel.

Distintas personas dicen haber visto una mano peluda que sale de la tumba del señor Horta, sin estar unida a ningún cuerpo, y que se desplaza buscando a quién hacerle daño.

El anillo de Alba

Doña Alba fue una mujer adinerada, cuya única pena fue no tener hijos. Una noche, cuando contaba con 80 años, soñó con mucha claridad sobre cómo moriría. Tras ello encomendó al cura de su parroquia que, una vez muriera, él se encargara de repartir su herencia entre las personas del pueblo.

La señora murió, y mientras se llevaba a cabo el entierro, uno de los dos enterradores se sintió muy atraído por un gran anillo que Alba llevaba puesto.

Más tarde los dos sepultureros fueron al cementerio y desenterraron a la señora Alba. Al llegar a ella se dieron cuenta de que su mano estaba cerrada y el anillo no podía ser retirado. Sin ningún escrúpulo, cortaron el dedo, tomaron el anillo, y se fueron.

Cuando estaban próximos a salir del cementerio, ambos escucharon un grito ensordecedor. Uno de los sepultureros no volvió jamás, y el otro pudo observar la imagen terrorífica de doña Alba señalándole con la mano del dedo amputado.

La religiosa de la catedral

Esta leyenda tiene lugar en un convento de Durango, en el periodo en el que tuvo lugar la intervención de Francia. Se cuenta que una monja que allí vivía se enamoró perdidamente de un militar francés.

La religiosa siempre veía al soldado, pero nunca se atrevió a hablarle. En ese contexto apareció el ejército mexicano, que realizó una emboscada en la zona y en la cual apresaron al soldado francés.

La mujer vio desde su ventana cómo el soldado francés era fusilado, y se dice que esto le entristeció tanto que decidió terminar con su vida lanzándose desde una ventana. Según la leyenda, en el campanario del convento se puede ver su silueta de monja.

El columpio del demonio

Esta leyenda tiene lugar en el municipio de Tecozautla, ubicado en el estado de Hidalgo y muy cerca del estado de Querétaro. Se dice que para llegar a la carretera principal de la zona es necesario pasar por un camino en el que siempre hay ruidos extraños y estremecedores.

En una ocasión, dos jóvenes caminaban de noche por ese camino. Al llegar a unas colinas, vieron que entre estas había un hombre meciéndose sobre un columpio. Tenía un aspecto particular: era muy blanco y delgado, y cada vez que se mecía gritaba de forma aterradora, aunque en su rostro tenía congelada una sonrisa.

Los jóvenes estaban por salir corriendo cuando vieron que detrás del hombre apareció una figura fantasmal de color negro, lo abrazó y ambos se encendieron en llamas. Se consumieron por completo, pues debajo del columpio nada más quedaron las cenizas.

La explicación que dan las personas del pueblo es que ese hombre había vendido su alma al diablo, quien esperaba tener testigos para tomar también su cuerpo.

La maldición de Juan Manuel de Solórzano

En el centro histórico de Ciudad de México hay una calle llamada República de Uruguay, donde hay una casa muy antigua de la época del virreinato. Allí vivía don Juan Manuel de Solórzano, un hombre adinerado que amaba a su esposa.

Un día, don Juan se enteró de que su esposa le engañaba con otro hombre, que era además su sobrino. Esta noticia le sentó muy mal y, en medio del disgusto, don Juan decidió vender su alma al diablo.

La petición del diablo fue que don Juan saliera a la calle con un cuchillo y matara al primero con el cual se topara, que además sería su sobrino. Don Juan, que jamás había matado a nadie, así lo hizo, pero se arrepintió al descubrir que a quien había matado no era su sobrino, sino a un desconocido.

Tras la desgracia, don Juan decidió ahorcarse con una soga en un candelabro que tenía en su casa, pues no podía con el arrepentimiento. La leyenda dice que es posible ver su fantasma por las calles del centro histórico de Ciudad de México.

La cruel mujer lechuza 

Según la leyenda, la lechuza es una bruja que vendió su alma al diablo para tener la capacidad de transformarse en una fuerte y enorme ave del tamaño de un adulto.

Sanguinaria como ninguna, al llegar el atardecer merodea volando cerca de personas –sobre todo niños– para raptarlas y sacrificarlas en sus rituales de ocultismo. 

Son muchos los que aseguran haberla visto en la noche sobrevolando sus tejados, dejando incluso arañazos en sus puertas o ventanas en señal de advertencia.

Leyendas de amor

La leyenda de los volcanes

En épocas del poderoso Imperio mexica, sus pueblos vecinos eran sometidos a pagar tributo. Los tlaxcaltecas, grandes enemigos de los mexicas, estaban hartos de esta situación y decidieron alzarse en armas.

Popocatépetl, uno de los grandes guerreros tlaxcaltecas, decidió pedir la mano de su amada Iztaccíhuatl, la bella hija de un gran jefe. El padre aceptó y, si él volvía victorioso de la batalla, se llevaría a cabo la boda.

Durante la ausencia de Popocatépetl, un hombre celoso anunció falsamente a la dama que su amado había fallecido. Tras unos días, Iztaccíhuatl murió de tristeza. Cuando el guerrero volvió victorioso fue recibido con la trágica noticia.

Para honrar su memoria, unió 10 cerros y acostó a su amada en la cima. Esta leyenda cuenta el origen de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl –la mujer dormida–, que permanecieron juntos para siempre.

La flor de Cempasúchil

Xóchitl y Huitzilin eran dos jóvenes mexicas enamorados que solían escalar los cerros y ofrecer flores a Tonatiuh, el dios del Sol. Al llegar a la edad adulta, Huitzilin debió cumplir sus deberes de guerrero y abandonar su pueblo para combatir.

Desgraciadamente, el joven murió en una batalla. Al enterarse de esto, Xóchitl subió a una montaña y rogó a Tonatiuh que les permitiera estar juntos. Entonces, el dios del Sol lanzó un rayo sobre ella, convirtiéndola en una hermosa flor de color naranja brillante.

Huitzilin, en forma de colibrí, se acercaría a besar a Xóchitl convertida en flor. Este es el origen de la flor de cempasúchil, utilizada en la tradición prehispánica para guiar a los muertos al mundo de los vivos.

Las puertas del infierno de Yucatán

Esta leyenda narra lo que ocurrió en una hacienda ubicada en Cholul, hacia finales del siglo XIX. Dos campesinos que vivían allí se casaron, sus nombres eran María y Juan.

Un día antes de la boda, Juan trabajaba en el campo y al volver se enteró de que el capataz de la hacienda había violado a María. Juan fue a buscar al capataz a su casa y, sin mediar palabra, le asesinó con un golpe de machete justo en la cabeza.

Pero Juan sintió una culpa terrible, tanto que se ahorcó allí mismo. La noticia llegó a oídos de sus padres, quienes molestos y contrariados, lanzaron una terrible maldición a la hacienda.

Se dice que actualmente en la hacienda oscurece mucho antes que en los alrededores, y que en las noches se escuchan quejidos y lamentos. La popularidad de esta hacienda es tal que algunos pobladores dicen haber visto en ella diversos grupos que realizan prácticas relacionadas con rituales satánicos.

El amor del guerrero por Xunaan

Bolonchén de Rejón (Quintana Roo) es una localidad que destaca por las grutas de Xtacumbilxunaán y, sobre todo, por sus nueve cenotes. Según la leyenda maya, estos cenotes fueron creados por los dioses para abastecer de agua al pueblo.

Cuando se asentaron los primeros pobladores, el más fuerte y valiente de los guerreros se enamoró de Xunaan, una bella joven que también lo quería. Sin embargo, la madre de ella se negaba a esa unión, por lo que decidió esconder a Xunaan en una cueva de Akumal. El guerrero la buscó de manera insistente, pero ni con la ayuda de todo el pueblo pudo encontrarla.

Meses después, una hermosa ave se acercó a un grupo de mujeres que lavaban la ropa junto a un pozo. El pájaro se posó sobre el agua y empezó a chapotear para llamar su atención. Al darse cuenta, estas lo siguieron y el pájaro las acercó hasta la cueva donde estaba encerrada Xunaan, la cual cantaba en ese momento una canción con su preciosa voz.

Las mujeres alertaron al guerrero, el cual descendió hasta la cueva para rescatarla, a pesar de las dificultades. Se cuenta que desde entonces, el guerrero desciende todas las noches a esa misma cueva para escuchar la canción de su amor.

Leyendas de animales

Las manchas del ocelote

Según la leyenda, hace siglos el pelaje del ocelote tenía piel dorada, sin manchas. Este era un animal tranquilo, comía y se pasaba el día descansando y observando, como hacen otros felinos.

Un día apareció un cometa y el ocelote le pidió que se fuese. El cometa se enfadó y le salpicó con el fuego y piedras de su cola, dejándole para siempre sus manchas.

Los perros conquistadores

Es conocido que los españoles llevaron perros para ayudarles en sus batallas, siendo además una pieza importante para adquirir ventaja militar.

Según la leyenda, un día una niña indígena de Coahuila se acercó a un perro para acariciarle. Este se quedó quieto, a pesar de no estar acostumbrado a recibir atención.

Estos perros eran tratados por los guerreros españoles de manera poco amable y eran fieros con los nativos, pero se dice que desde entonces comenzaron a ser más amistosos con los mexicanos.

El nahual

La leyenda del nahual aparece representada en el códice Borgia.

El nahual es un ser legendario y sobrenatural de Mesoamérica que puede convertirse en un animal. Se dice que algunas personas, también en la actualidad, tienen la capacidad de hacerlo.

Según estas creencias mesoamericanas, todas las personas tenemos un espíritu animal en el momento de nuestro nacimiento, que nos cuida de los peligros y nos guía en la vida.

El chupacabras

A mediados de la década de los 90, un grupo de campesinos mexicanos entró en pánico por la supuesta presencia de una criatura extraña que atacaba el ganado, succionando la sangre de cabras y vacas por igual. Todos los animales contaban con una mordedura en el cuello.

El pánico fue tal que biólogos estadounidenses comenzaron una investigación al respecto. Concluyeron que no había especie animal que contara con las características del supuesto chupacabras y que probablemente se trataba de un coyote.

Sin embargo, existen decenas de fotografías y vídeos de la criatura extraña que aún no han podido ser explicados.

Leyendas mexicas, mayas y toltecas

La fundación de Tenochtitlán

aportaciones de los mexicas

Aproximadamente durante el siglo VI, los pobladores de Aztlán –hoy al norte de México– abandonaron su tierra y comenzaron una enorme peregrinación encomendada por Huitzilopochtli, su dios principal, en búsqueda de la tierra prometida.

Para saber que estaban en el lugar indicado, Huitzilopochtli les enviaría una señal: un águila real parada sobre un gran nopal devorando una serpiente. Al ver esta visión, los aztecas comenzaron la construcción de la gran ciudad que llevaría por nombre Tenochtitlán.

Tal como Huitzilopochtli había prometido, el área era bondadosa, pues su abundante agua les brindaba ventajas económicas e incluso militares. El Imperio mexica sería poderoso y dominaría gran parte de Mesoamérica.

En la actualidad, esta visión del águila sobre el nopal se encuentra plasmada en el escudo de la bandera de México.

La gente del maíz

Según esta leyenda maya, cuando el gran creador Hunab Ku hizo el mundo, solo había plantas, mares y animales, por lo que se sintió solo. Para mejorar su situación, creó a las primeras personas de barro. Sin embargo, estas eran frágiles y se quebraban fácilmente.

En un segundo intento hizo a las personas de madera. Eran fuertes y bellas, pero no hablaban y, por lo tanto, no podían adorar a sus dioses.

Por tercera ocasión creó a las personas del maíz. Estas eran de diferentes colores, lo sabían y veían todo, ocasionando celos a los dioses. El creador los cegó poniéndoles vaho en los ojos, por lo que ya no pudieron ver a las deidades, solo venerarlas.

El cacao, el gran regalo de Quetzalcóatl a los humanos 

Quetzalcóatl, uno de los dioses más generosos, quiso tener un detalle con el pueblo tolteca, proporcionándoles el árbol del cacao, para que fuesen un pueblo más fuerte y sabio.

La leyenda cuenta que el dios tomó del paraíso de los dioses un árbol de cacao y lo plantó en Tula, sobre un suelo fertilizado por la sangre de su fiel esposa, de ahí el tono oscuro de los granos.

Para que el árbol creciera fuerte, pidió al dios Tlaloc que lo bendijera con lluvia. A su vez, solicitó al dios Xochiquétzal que lo adornara con bellas flores. Esta combinación dio lugar a que este árbol sagrado ofreciera sus frutos y así obtener el maravilloso cacao.

Leyendas coloniales

El callejón del beso

En la ciudad de Guanajuato vivía la noble doña Carmen, quien se enamoró del joven Luis. El padre de Carmen, un hombre violento, no estaba de acuerdo con este amor y le advirtió a su hija que se la llevaría a España para casarla con un hombre rico.

Don Luis se desesperó y compró una casa frente a la de Carmen. Un estrecho y sombrío callejón unía las ventanas de ambas casas, por donde los amantes se juntarían para idear un escape, pero el padre de Carmen los descubrió y clavó una daga en el pecho de su hija. Mientras la joven moría, Luis solo alcanzó a besar su mano desde la ventana.

La leyenda dice que desde entonces se puede ver al fantasma de doña Carmen vagando por el callejón.

La mulata de Córdoba

Durante la época de la Inquisición en Veracruz, vivió una bella joven mulata. Debido a que las demás mujeres se sentían celosas por su belleza, fue acusada de brujería, pero las autoridades cristianas no encontraron pruebas en su contra.

Poco después, el alcalde de Córdoba se enamoró de ella, pero nunca fue correspondido. Para vengarse acusó a la mujer de hacer un pacto con el diablo para enamorarlo. Gracias a las acusaciones previas, esta vez fue encontrada culpable y sentenciada a la hoguera.

La noche antes de su ejecución, encerrada en un calabozo, pidió al guardia un trozo de carbón con el que dibujó una gran barca. Impresionado, el guardia le dijo que lucía tan real que solo le faltaba andar. Seguidamente la mulata subió al navío y desapareció.

Nuestra Señora de la Soledad y la mula

Según la leyenda, en 1620 viajaba un mulero a Guatemala desde las calles de Oaxaca. Aunque llevaba varias mulas, el hombre se percató de que había una más, con un gran cargamento que no sabía de quién ni de dónde era.

Cuando las mulas y el mulero llegaron a la ermita de San Sebastián (Chiapas), la mula misteriosa cayó al suelo de lo cansada que estaba. Como el mulero no sabía nada de la mula, y no quería meterse en problemas, llamó a la policía, quienes abrieron el paquete que el animal cargaba.

Entonces se extrañaron cuando descubrieron que la mula cargaba con un crucifijo, una imagen de la Virgen de la Soledad y un letrero con la frase “La Virgen de la Cruz”. Se dice que tras enterarse del suceso, el obispo Bartolomé Bojórqueza decidió comenzar a construir un santuario en honor a la Virgen.

Leyendas basadas en hechos reales

La piedra negra

Esta leyenda cuenta la historia dos amigos, que hartos de su pobreza, decidieron adentrarse en una mina del municipio de Vetagrande, con la esperanza de obtener oro o plata. Luego de casi una semana de búsqueda, encontraron una roca de color negro pero brillante. Era muy llamativa y la desenterraron del todo, algo que les resultó dificultoso.

Fatigados, decidieron descansar, pasando allí la noche. A la mañana siguiente, un caminante que merodeaba la zona los encontró muertos, por lo que avisó urgentemente de lo acontecido.

Para sorpresa de todos, los forenses determinaron que la muerte de ambos jóvenes se debió a una disputa que tuvieron entre ellos. La leyenda dice que fue aquella roca, utilizada milenios antes para afilar cuchillos, lo que provocó que se volvieran locos y se matasen.

Ello generó mucho miedo entre la población, por lo que decidieron hacer inaccesible aquella roca al hombre, colocándola encima de la Catedral de Zacatecas, donde se espera que repose para la eternidad.

La mano de la reja

Esta leyenda cuenta que Leonor, una bellísima joven, tuvo que vivir siempre bajo el odio y la envidia de su madrasta, segunda esposa de su padre. Sin embargo, un noble de la corte del virrey tuvo la oportunidad de conocerla, quedando prendado de su belleza.

La cortejó y ella aceptó, viéndose siempre a través de las ventanas de la casa donde residía la joven.

Cuando se enteró, la madrastra decidió cerrar todas las ventanas e incluso enviar al sótano a Leonor para que no tuviese contacto con el noble. Este, sin saber las circunstancias, tuvo que irse urgentemente de la ciudad durante unos meses para llevar a cabo una misión encomendada por el virrey.

Día tras día, ella tenía la esperanza de que el noble le tomase de la mano y la salvase. Sin embargo, cuando el joven pudo regresar, Leonor apareció muerta en el sótano debido a que su madrastra no la alimentaba.

Al enterarse, el joven denunció los hechos y mandó a prisión a su madrastra y padre. Además, le rindió sepultura enterrándola con un traje de novia que él le tenía preparado para el día que se casaran.

Cueva de Macuiltépetl

En el cerro Macuiltépetl, en la ciudad de Xalapa, en el estado de Veracruz, hay una cueva que llama la atención debido a su extensa profundidad. Se dice que dentro de ella existen riquezas sin igual, pero solo se encuentran disponibles una vez al año y para una persona que las necesite con mucha urgencia.

La leyenda cuenta que hubo una vez una mujer que se gastó todos sus ahorros en médicos para su hija enferma, pero no pudieron curarla. Se había quedado sin alimentos para ella o su hija, y decidió ir a Xalapa para pedir limosna.

Mientras iba caminando, la mujer vio unos tonos brillantes dentro de una cueva. Se acercó con curiosidad y descubrió que había muchísimos doblones españoles de oro.

Ante tal riqueza, comenzó a recoger todo lo que pudo. Como no podía sostener también a su hija, tomó los tesoros que cupieron en sus brazos y fue a dejarlos en un sitio seguro. La mujer volvió al día siguiente, y al llegar al mismo sitio no encontró ni la cueva ni a su hija.

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