Dislexia: tipos, síntomas, causas, tratamientos y consecuencias
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que se caracteriza por la dificultad para leer todo tipo de textos a pesar de que la persona cuente con una inteligencia normal. Se trata del trastorno de la lectura más común que existe, y afecta a una gran cantidad de personas de todas las edades y condiciones en mayor o menor medida.
La dislexia puede provocar una gran variedad de problemas distintos. Algunos de los más comunes son la dificultad para deletrear, la disminución de la velocidad máxima a la que la persona puede leer, problemas para escribir palabras correctamente, fallos al pronunciar en voz alta lo que se está leyendo, y dificultades en la comprensión lectora.
Las personas con dislexia sufren estos problemas con la lectura desde niños, apareciendo los primeros síntomas generalmente en los primeros años de la edad escolar. Los individuos que podían leer con normalidad en un principio pero luego perdieron la habilidad sufren un trastorno relacionado pero distinto, conocido como alexia.
No se conocen las causas exactas por las que aparece la dislexia. Sin embargo, se cree que este trastorno del aprendizaje podría estar relacionado con problemas en el área del procesamiento del lenguaje en el cerebro. Generalmente se considera que las causas de la dislexia son tanto genéticas como ambientales.
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Tipos
Se calcula que la dislexia afecta a aproximadamente el 20% de la población adulta. Sin embargo, no todas las personas que padecen este trastorno presentan los mismos síntomas. A continuación veremos algunas de las variantes más comunes de esta patología.
Dislexia fonológica
Una de las formas de dislexia más habituales es la que provoca una dificultad para reconocer los sonidos individuales de cada letra y combinarlos para formar palabras completas. Las personas que sufren esta variante del trastorno pueden tener problemas para deletrear o dividir una palabra en las sílabas que la componen.
Al mismo tiempo, las personas con dislexia fonológica también tienen dificultades a la hora de representar gráficamente sonidos, debido a que no son capaces de asociar cada letra al fonema que le corresponde. De este problema es, precisamente, de donde les viene su incapacidad para leer correctamente.
El principal rasgo de las personas que sufren dislexia superficial o directa es la dificultad para leer palabras que se escriben de manera diferente a la manera en que son pronunciadas. Se cree que esta variante está más relacionada con la vía visual del cerebro, en lugar de con la auditiva. A pesar de que en español no existen demasiadas palabras que se escriban de forma diferente a como se pronuncien, las personas con esta dificultad también pueden tener problemas en nuestro idioma. Por ejemplo, pueden presentar problemas al reconocer palabras homófonas, o con la ortografía arbitraria. Sin embargo, la dislexia superficial provoca problemas mucho más graves a las personas que tienen que leer en un idioma en la que la escritura es diferente de la pronunciación, como por ejemplo el inglés o el francés. Otro de los tipos más comunes de dislexia es el que provoca que la persona necesite más tiempo de lo normal para reconocer la forma escrita de letras o números. Generalmente, no está considerada como tan grave como el resto de las formas alternativas de esta patología. Aun así, la dislexia de reconocimiento automático rápido puede provocar dificultades graves en algunos contextos, especialmente aquellos en los que se requiera que la persona escriba o lea a gran velocidad.
La dislexia mixta es generalmente considerada como la forma más grave de esta patología. Cuando aparece, se encuentran dañadas las dos vías de reconocimiento de las palabras: la auditiva y la visual. Debido a ello, pueden aparecer errores de todo tipo en la lectura y la escritura. Las personas que sufren dislexia mixta tienen dificultades muy serias para entender el significado de una palabra escrita. Además, presentan errores tanto semánticos, como dificultades para reconocer pseudopalabras y entender palabras abstractas, palabras función (como preposiciones y determinantes) y verbos conjugados.
Los síntomas de la dislexia varían tremendamente entre individuos, tanto en la intensidad con la que se presentan como en las áreas a las que afectan. En función del tipo de dislexia de la que estemos hablando, podemos encontrar síntomas tremendamente variados. Sin embargo, lo que sí es bastante común entre todas las personas que padecen dislexia son las consecuencias que esta patología les provoca. A continuación veremos cuáles son los signos más comunes que pueden indicar que un individuo puede tener una dificultad de este tipo para leer. La dislexia suele detectarse una vez que la persona ha comenzado su educación primaria, en el momento en que comienza la enseñanza de la lectura y escritura. Sin embargo, en algunos casos es posible descubrir esta patología antes de este momento, incluso previamente a que el niño ingrese en el colegio. Antes de que se adquiera la capacidad para leer y escribir, los signos que pueden indicar la futura presencia de una dislexia tienen que ver con el lenguaje. Por ejemplo, un niño puede haber desarrollado un vocabulario menos extenso que el de otros individuos de su edad. A la vez, es común que se produzcan errores de pronunciación en palabras complejas. Por otra parte, muchas veces estos niños tienen dificultades para expresarse correctamente de manera hablada. Esto puede implicar, por ejemplo, que se les olvide frecuentemente la palabra que quieren utilizar, o que junten frases que no tienen relación entre sí. Por último, los niños preescolares con dislexia suelen mostrar poco interés y dificultad para comprender rimas, canciones infantiles, y juegos de palabras. También suelen mostrar un interés muy bajo en aprender las letras del abecedario. Sin embargo, estos indicadores no tienen por qué significar necesariamente que el niño va a tener este problema. Los síntomas de dislexia suelen volverse realmente obvios por primera vez cuando el niño ingresa en la escuela y tiene que empezar a aprender a leer y escribir. Entre las edades de 5 y 12 años, es posible detectar este trastorno en la mayoría de los casos. La primera dificultad que suele aparecer es la de aprenderse el nombre y sonido de cada letra. Debido a ello, los niños con dislexia tienen problemas para deletrear palabras correctamente, además de cometer muchos errores en la escritura. Algunos de los errores más comunes son la representación de figuras de manera inversa (como por ejemplo escribiendo una “b” en lugar de una “d”), o cambiando el orden de las letras en una palabra. Además, su letra suele ser muy mala, y tienen dificultades para escribir a velocidades altas. A nivel de lectura, los niños de esta edad también lo hacen mucho más lento que sus compañeros. En ocasiones, pueden llegar a expresar que ven las letras como si estuviesen borrosas o se movieran, aunque se ha comprobado que cuando esto ocurre tratar de mejorar la visión con unas lentes no sirve de nada. Los síntomas que hemos visto hasta ahora suelen mantenerse también en la adolescencia y edad adulta. Sin embargo, debido a la importancia que tienen la lectura y la escritura en estas etapas de la vida, también aparecen otros signos indirectos que podrían ayudar a diagnosticar la dislexia si no se ha hecho hasta ese momento. El síntoma más importante en la edad adulta es la dificultad para producir textos coherentes y organizados, incluso aunque se tengan conocimientos amplios sobre un tema. Debido a ello, las personas con dislexia suelen tener problemas a la hora de realizar informes, trabajos escritos o ensayos. Estas dificultades pueden traer graves problemas tanto durante la vida estudiantil (como por ejemplo provocando que los apuntes que se cogen sean de baja calidad) como en la laboral. La persona con dislexia generalmente tratará de evitar leer y escribir tanto como le sea posible, lo que puede tener consecuencias muy negativas. Desde que se identificó la dislexia por primera vez en 1881, los investigadores han tratado de encontrar la causa de este trastorno. A pesar de que todavía no se ha descubierto por qué algunas personas tienen problemas de este tipo para leer, sí que se han hallado varios factores que parecen influir en la aparición de esta patología. En general, es posible dividir las causas de la dislexia en tres tipos: neuroanatómicas, genéticas y ambientales. Mediante las modernas técnicas de neuroimagen, como pueden ser la resonancia magnética funcional o la tomografía por emisión de positrones, se ha descubierto que las personas con dislexia presentan diferencias tanto anatómicas como funcionales a nivel cerebral con las que no tienen este trastorno. Sin embargo, las anomalías que presentan los individuos con dislexia a nivel cerebral no son siempre las mismas. En algunos casos, por ejemplo, las personas con este trastorno pueden tener una menor activación en las partes del lóbulo izquierdo asociadas con la lectura, como el giro frontal inferior. Otros, sin embargo, presentan alteraciones más relacionadas con el cerebelo. En estos casos, es más probables que aparezcan problemas de fluidez en el habla, ya que este órgano cerebral está relacionado con el control motor y la automatización de ciertas tareas. Sin embargo, como suele ocurrir en los estudios de neurociencia, a día de hoy es imposible decidir si las alteraciones cerebrales de las personas con dislexia ya estaban presentes en el momento del nacimiento, o si por el contrario aparecen debido a factores ambientales. Por ello, no sabemos si son una causa o una consecuencia del problema. Las investigaciones de la posible conexión entre factores genéticos y la dislexia tienen su origen en estudios llevados a cabo mediante autopsias de pacientes que sufrían este problema. En la mayoría de estos casos, se han encontrado anomalías que apuntan a que los genes pueden jugar un papel fundamental en la aparición de la patología. Por ejemplo, muchos de los pacientes examinados tras su muerte presentaban malformaciones microscópicas en la corteza cerebral, conocidas como ectopias. En otros casos, también estaban presentes algunas micromalformaciones vasculares, además de microgiros (partes del cerebro menos densas de lo habitual). Todos estos estudios parecen apuntar a que la genética juega un papel bastante importante en la aparición de la dislexia, aunque no se puede afirmar que sea la única causa. Se cree que estas malformaciones se producirían antes o durante el sexto mes del desarrollo fetal, momento en que más cambia el cerebro. A nivel genético, se han podido relacionar algunos genes con la dislexia, entre ellos el DCDC2, el KIAA0319 y el DYX1C1. Numerosos científicos han intentado descubrir qué peso tiene el ambiente frente a la genética en la aparición de la dislexia. El principal mecanismo para descubrir esta proporción son los estudios con gemelos. Estos indican que, aunque los genes parecen jugar un papel más importante, el ambiente puede prevenir o disminuir los síntomas. Además de esto, hoy en día sabemos que capacidades como la memoria y el aprendizaje solo pueden desarrollarse hasta su máximo potencial si se cuenta con un ambiente adecuado. Por ello, se cree que con la lectura podría pasar algo parecido. La relación entre el ambiente y la expresión de los genes se conoce como epigenética. La dislexia es un tipo de trastorno que se va a presentar a lo largo de toda la vida de las personas que la padecen. Con una intervención eficiente, en muchos de los casos desarrollan un aprendizaje óptimo de la lectura y la escritura (International Dyslexia Association, 2016). La identificación temprana y el tratamiento precoz es esencial para conseguir el control de los déficits y la adaptación exitosa a los diferentes niveles académicos. En muchos casos se precisará la intervención de un terapeuta especializado que emplee diferentes estrategias multisensoriales para el trabajo con las dificultades lectoras. Es importante que la intervención se realice a través de un método sistemático que involucre varios sentidos (International Dyslexia Association, 2016). Los estudiantes con dislexia a menudo requieren una retroalimentación repetida y una cantidad de práctica elevada para desarrollar de forma correcta y eficaz las habilidades de reconocimiento de palabras (International Dyslexia Association, 2016). Es frecuente que se apliquen modificaciones académicas para facilitar el éxito curricular. Los estudiantes con dislexia suelen requerir un tiempo mayor para completar las tareas o ayudas para tomar apuntes (International Dyslexia Association, 2016). En principio, no existe ningún tratamiento que permita eliminar los síntomas de la dislexia por completo. Sin embargo, si se utilizan estrategias compensatorias desde una edad muy temprana, muchos de los niños con esta patología pueden aprender a leer de forma más o menos normal. El foco de estos tratamientos normalmente es enseñar a los niños a que asocien correctamente cada letra con el sonido que representa. De esta manera, muchas de las dificultades provocadas por la dislexia desaparecen o disminuyen significativamente. Por otra parte, en los casos en los que la dislexia sea muy grave, la persona afectada puede beneficiarse enormemente de otros sistemas de apoyo. Entre los más habituales se encuentran el uso de fuentes caligráficas diseñadas especialmente para disléxicos, o el uso de tecnologías de lectura automática y dictado por voz. Utilizando este tipo de estrategias, incluso las personas con dislexia que no son capaces de aprender a leer y escribir a un nivel aceptable pueden llevar una vida prácticamente normal. El impacto del trastorno específico de la lectura es diferente para cada persona y depende en gran medida de la gravedad y de las intervenciones específicas que se estén realizando. Los principales problemas que presentan las personas con dislexia son dificultad para el reconocimiento de palabras, fluidez de lectura y en algunos casos dificultad en la ortografía y escritura (International Dyslexia Association, 2016). En muchos casos, también puede presentar problemas en el lenguaje expresivo aunque se expusieran a buenos modelos de lenguaje en sus contextos familiares y escolares con anterioridad. Pueden aparecer dificultades para expresarse con claridad o para comprender la totalidad de los mensajes emitidos por otras personas (International Dyslexia Association, 2016). Aunque en diversas ocasiones es complicado reconocer o identificar algunos de estos problemas de lenguaje, estos pueden desencadenar consecuencias importantes a nivel escolar, laboral o en las relaciones sociales. Además, también puede afectar a la propia imagen persona; muchos estudiantes llegan a sentirse menos capaces, subestimando tanto sus capacidades como sus habilidades potenciales (International Dyslexia Association, 2016).
Referencias
- “Dyslexia” en: NHS. Recuperado en: 09 Abril 2019 de NHS: nhs.uk.
- “Dyslexia” en: Mayo Clinic. Recuperado en: 09 Abril 2019 de Mayo Clinic: mayoclinic.org.
- “What is dyslexia?” en: Web MD. Recuperado en: 09 Abril 2019 de Web MD: webmd.com.
- “What you need to know about dyslexia” en: Medical News Today. Recuperado en: 09 Abril 2019 de Medical News Today: medicalnewstoday.com.
- “Dyslexia” en: Wikipedia. Recuperado en: 09 Abril 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.