Anatomía y fisiología

Anatomía clínica: historia, qué estudia, métodos, técnicas


La anatomía clínica o aplicada es una rama de la anatomía general que estudia la función y la estructura de los elementos del cuerpo humano, basándose en los posibles escenarios de índole médico-clínico. Esto quiere decir que la anatomía clínica se emplea en las prácticas de odontología, medicina u otras ciencias auxiliares de la salud.

A su vez, esta disciplina debe utilizar otras ramas científicas para poder llevar a cabo su desarrollo, como por ejemplo la anatomía quirúrgica, la anatomía morfogenética y la anatomía radiológica.

En algunos casos, la anatomía clínica puede necesitar o complementarse con la embriología, ya que esta le permite abordar lo concerniente a las enfermedades congénitas.

La profesora Eugenia Sol, en su texto Anatomía aplicada (s.f.), estableció que la anatomía clínica sistematiza los conocimientos científicos que definen al hombre como un ser biológico, rigiéndose de una perspectiva tanto general como particular.

La autora también determinó que esta disciplina se enfoca principalmente en el funcionamiento del sistema cardiopulmonar, el locomotor y de los sistemas de regulación y control.

Con ello, la anatomía clínica busca aumentar la comprensión del cuerpo humano con el objetivo de garantizar la excelencia al momento de realizar las intervenciones quirúrgicas.

Índice del artículo

Historia

La anatomía clínica no fue concebida como disciplina científica hasta el siglo XIX, ya que en sus inicios se consideraba como una parte de la anatomía general.

Luego de la creación de las enciclopedias y con la llegada del positivismo, la anatomía general fue dividida en distintas ramas, con el objetivo de convertirla en una forma de conocimiento más accesible y organizada.

En consecuencia, se puede establecer que la anatomía clínica nació junto con los primeros estudios anatómicos realizados por el hombre. Sin embargo, el término “clínico” fue acuñado mucho tiempo después, con el desarrollo de la ciencia y con la masificación del conocimiento.

En la Antigüedad clásica

La civilización griega fue una de las primeras sociedades en dedicarse al estudio de la anatomía.

Estos primeros acercamientos a la disciplina sucedieron gracias a la curiosidad científica de estudiosos como Alcmeón de Crotona (500 -450 a. C.), quien a través de la disección pudo establecer las diferencias entre los órganos reproductivos de los vegetales y los animales.

Otro científico griego que fundó las bases de la anatomía fue Erasistratus de Cos (304-250 a. C.), quien logró describir los vasos quilíferos. Erasistratus también demostró que tanto las venas como las arterias  se inician en el corazón. Además, logró describir las válvulas sigmoideas y los vasos bronquiales.

En la Edad Media

Durante la Edad Media, desapareció levemente el interés por el cuerpo humano, ya que en aquel momento se consideraba que el alma era más importante. A pesar de esto, los investigadores han logrado encontrar algunos libros sobre anatomía que datan sobre este período, hallados principalmente en las bibliotecas monásticas.

Mondino di Luzzi (1276-1326) fue uno de los pocos estudiosos que se atrevió a desafiar a la autoridad eclesiástica a través de la disección de cadáveres, lo que estaba prohibido en aquel momento. Gracias a esto, di Luzzi fue pionero en describir los órganos genitales femeninos.

Con la llegada del Renacimiento, el ser humano se convirtió en el principal tema de estudio, lo que permitió recuperar el interés por el cuerpo.

Leonardo da Vinci (1452-1519) fue una de las figuras más importantes para el desarrollo de la anatomía como ciencia, ya que realizó cientos de dibujos anatómicos y fisiológicos donde registró sus observaciones científicas.

Edad moderna: descubrimiento de los rayos X

En 1895, el físico Wilhelm Conrad Roentgen descubrió los rayos X, lo que implicó un avance extraordinario para la anatomía clínica. Esto supuso una mejora en las prácticas quirúrgicas. Con este método, los anatomistas pudieron estudiar no solo los huesos, sino también los órganos y los tejidos de los seres vivos.

En la actualidad, la evolución de este aparato ha permitido obtener imágenes tridimensionales de los tejidos, lo que les permite a los anatomistas conocer con mayor rapidez y facilidad el padecimiento del enfermo.

Qué estudia (objeto de estudio)

La palabra “Anatomía” proviene del griego “anatomé”, que se traduce como “disección”. En consecuencia, se puede establecer que la anatomía es una ciencia que estudia la estructura y la forma de las partes corporales mediante la disección de los organismos.

La anatomía clínica —como rama de la anatomía general— utiliza las bases de los estudios anatómicos pero se enfoca en el desarrollo práctico, por lo que se aplica en otras ciencias quirúrgicas como la medicina o la odontología.

El objetivo principal de la anatomía clínica consiste en solventar problemas médicos. Por lo tanto, emplea el conocimiento anatómico para vincular los procesos patológicos con los síntomas de los pacientes. De esta manera, los científicos pueden establecer un diagnóstico y ofrecer determinados tratamientos.

Métodos y técnicas

Los rayos X

Un método imprescindible empleado por la anatomía clínica consiste en el uso de los rayos X. Esta herramienta le permite a los anatomistas reconocer con facilidad el problema o fenómeno que está experimentando el paciente.

Los rayos X consisten en una radiación electromagnética que atraviesa elementos o cuerpos opacos y luego imprime películas fotográficas. Esta radiación resulta invisible para el ojo humano.

La anatomía quirúrgica

La anatomía clínica necesita de los métodos de la anatomía quirúrgica para poder desarrollarse como disciplina, ya que esta última permite la ejecución práctica de los conocimientos clínicos.

En conclusión, se puede establecer que la anatomía clínica y la anatomía quirúrgica son dos ramas científicas que trabajan al unísono para que los cirujanos puedan desarrollar procesos quirúrgicos de forma exitosa.

La angiografía por tomografía computarizada

La angiografía consiste en una variante de la tomografía que les permite a los anatomistas observar el flujo de los vasos venosos y arteriales en el cuerpo.

De hecho, la angiografía puede registrar desde la irrigación de los riñones y pulmones hasta los circuitos circulatorios del cerebro. Por todo ello, la angiografía es un método muy empleado por la anatomía clínica.

Esta técnica funciona a través de la combinación del análisis computarizado de imágenes con el uso de rayos X y es bastante recomendado por los pacientes, puesto que no resulta incómodo. Además, la angiografía no produce tantos efectos secundarios como las tomografías convencionales.

Referencias

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