Chantaje emocional: una forma de manipulación en la pareja
El chantaje emocional y la manipulación, desgraciadamente, pueden ser habituales en las relaciones de pareja, pero también entre amigos y familiares. El chantajista emocional actúa de acuerdo con sus intereses, y culpabiliza, incomoda y provoca miedo a la víctima del chantaje.
Según Susan Forward, autora del libro Emotional Blackmail, el chantaje emocional es “una poderosa arma de manipulación con la cual gente cercana a nosotros nos amenaza, directa o indirectamente, para castigarnos si no consiguen lo que quieren”.
Causas del chantaje emocional
Las causas que llevan a una persona a ser un chantajista son muchas. Por ejemplo, la autoestima baja, que puede provocar que un individuo esté constantemente buscando la confirmación del amor de su pareja y provocando demostraciones de que la otra persona no le dejará.
Las personas narcisistas y con Trastorno Límite de Personalidad también pueden llevar a cabo un chantaje emocional constante con sus familiares, amigos y pareja. Esta es una manera de reafirmar y consolidar su personalidad.
El miedo al abandono de la víctima, también favorece que el chantajista intente adoptar una posición de poder sobre ésta, en una situación que puede asemejarse bastante a la dependencia emocional. Por otro lado, las personas que han sido víctimas del chantaje emocional desde edades tempranas, o los individuos que han sido “mimados” y "sobreprotegidos”, son más propensos a adoptar una personalidad manipulativa. Estos últimos poseen una baja tolerancia a la frustración y, además, se han acostumbrado a tener todo lo que quieren. Algo que puede afectar a sus relaciones interpersonales.
Estrategias del chantajista sentimental
El chantajista sentimental puede hacer uso de diferentes estrategias para conseguir su objetivo. A través del poder que sabe que tiene sobre la otra persona, el chantajista “da la vuelta a la tortilla” y se aprovecha de la vulnerabilidad de la víctima.
Para ello, éste puede emplear estrategias psicológicas (de forma más o menos consciente) como las que se presentan a continuación:
El autocastigo
El chantajista utiliza frases como “si tú me dejas, no vale la pena seguir vivo”. De esta manera hace que la víctima se sienta culpable y obligada permanentemente a no cuestionar los cimientos de la relación.
El castigo
La persona que chantajea usa frases amenazantes como la siguiente: “si haces eso, no me culpes si te dejo”. De este modo, consigue que la otra persona se sienta constantemente atada a unos patrones de conducta "correctos", con lo cual cerciora su libertad y su personalidad.
Sin embargo, esta es una de las formas de chantaje emocional menos sutiles, y por eso mismo no es tan peligrosa como el resto, dado que desde el principio queda relativamente claro lo que ocurre. Sin embargo, en ciertos contextos una persona muy maltratada puede no ser consciente de que esto son amenazas, debido a su inversión emocional en la relación.
El silencio
El chantajista emocional crea un ambiente de pareja negativo, pues puede mostrar su enfado a través del silencio. Esto hace que la víctima piense que la situación de “mal clima” es culpa suya. Es otra forma de hacer sentir culpable a la víctima del chantaje.
Además, esta forma de chantaje es potente porque se sirve de la pasividad para que la víctima se obsesione con lo que ocurre a causa de su confusión y la incomprensión.
El victimismo
El chantaje emocional también incluye el victimismo. Un ejemplo puede ser la siguiente frase: “si te vas con tus amigas, yo estaré solo y aburrido”.
- Más sobre el victimismo en este post: "Victimismo crónico: personas que se quejan por vicio"
Las promesas
Los chantajistas también son expertos en hacer promesas que nunca cumplen. Por ejemplo, “si me das otra oportunidad te demostraré que puedo cambiar”. Este tipo de conducta puede ser una señal de alarma, puesto que es uno de los comportamientos típicos en los ciclos de violencia de pareja.
La culpa
Hacer sentir culpable a la pareja por su propio comportamiento incorrecto es una de las estrategias más utilizadas. Por ejemplo: “yo soy agresivo porque tú me provocas” o “yo he sido infiel porque no me das lo suficiente”. Esta es otra señal que nos puede alertar de que puede estar produciéndose una situación de maltrato psicológico.
Protegerse de un chantajista emocional
En muchas ocasiones no es fácil reconocer que una persona está siendo chantajeada. El precio emocional que provoca el chantaje sentimental es es muy elevado. Por ejemplo, la pérdida de un ser al que ama, o el sentirse avergonzado o culpable por dejarse manipular.
El chantajista es una persona hábil que sabe cómo manipular y, en ocasiones, puede parecer (o decir) que está muy enamorado de su pareja o puede justificar su comportamiento de mil formas distintas, pero las consecuencias en el bienestar de la víctima pueden ser muy negativas. Además, el chantajista no necesariamente es una persona mala o perversa, puede ser su inestabilidad emocional la que le lleve a actuar de esa manera. Por tanto, hay que ser conscientes de que cada situación es distinta y valorarla con calma y serenidad, pero también con firmeza si hay que tomar alguna decisión.
Ahora bien, ya que en el chantaje emocional existen dos actores, y no siempre se puede cambiar el comportamiento del chantajista, la persona chantajeada puede trabajar en sí misma para dejar de ser víctima de la manipulación emocional. Trabajar la Inteligencia emocional, la autoestima o practicar Mindfulness, son algunas de las herramientas que pueden ser útiles ante esta situación y van a ayudar a la víctima a empoderarse frente a la vida.
Casos graves o potencialmente graves de chantaje emocional
En casos graves de chantaje emocional, es posible que la persona afectada necesite ayuda psicológica para superar la situación y recuperarse de las heridas emocionales causadas.
Hablar con amigos y familiares, y acudir a un especialista de la psicología, son importantes para recuperar el bienestar emocional de la persona que ha sufrido el chantaje emocional durante mucho tiempo.