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Los 5 grandes rasgos de la Personalidad: ¿Cuáles son?


¿Por qué cada individuo se comporta de una forma distinta ante distintas situaciones y contextos? ¿Cómo podemos explicar que hermanos criados en el mismo ambiente sean tan opuestos entre sí? En los últimos siglos, este tipo de preguntas sobre la personalidad del ser humano han ido encontrando ciertas respuestas gracias a las investigaciones en el ámbito de la psicología de las diferencias individuales.

En el estudio de la psicología de la personalidad, el conocido como Modelo de los cinco grandes (en inglés, "Big Five") es un patrón en el estudio de la personalidad que examina la estructura de ésta a partir de cinco elementos amplios o rasgos de personalidad (dimensiones de la personalidad). Se trata de uno de los cuerpos teóricos más usados para definir y medir cómo es la personalidad de cada individuo.

Rasgos de Personalidad: los cinco grandes

Cattell

Estos elementos constitutivos fueron reportados durante un estudio sobre las descripciones que hacían unos individuos sobre la personalidad de otros (Goldberg, 1993), y es uno de los modelos sobre los rasgos de personalidad humanos más reconocidos.

Los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores principales, suelen recibir los siguientes nombres: factor O (apertura a las nuevas experiencias), factor C (responsabilidad), factor E (extroversión), factor A (amabilidad) y factor N (neuroticismo o inestabilidad emocional), formando así el acrónimo “OCEAN”.

Cada uno de los rasgos está constituido por un conjunto de rasgos de personalidad más específicos. Por ejemplo, el factor E (extroversión) incluye cualidades concretas como la búsqueda de emociones, la sociabilidad o el optimismo.

El modelo de los cinco grandes que desarrolló Raymond Cattell (en la fotografía), pretende describir la personalidad, y los profesionales de la psicología han ido aportando nuevas evidencias y enfoques a través de los años diferentes metodologías para analizar estos rasgos de personalidad de cada individuo.

Los 5 factores de la personalidad

Existe un cierto acuerdo entre los expertos en personalidad en afirmar que la personalidad puede categorizarse en estos 5 grandes rasgos que fueron descritos en la teoría del Big Five personality traits.

La definición de cada uno de ellos es la siguiente:

(Factor O): Apertura a la Experiencia

Muestra en qué grado un sujeto tiende a buscar nuevas experiencias personales y concibe de una manera creativa su futuro. La persona abierta a la experiencia tiene una relación fluida con su imaginación, aprecia el arte y la estética, y es consecuente con sus emociones y la de los que le rodean. Prefieren romper con la rutina y suelen poseer conocimientos sobre amplios temas debido a su curiosidad intelectual. Su opuesto es la Cerrazón a la Experiencia (o al Cambio).

Los individuos que puntúan bajo tienen intereses más convencionales. Disfrutan de lo sencillo más que de lo complejo, ambivalente y sutil. Suelen observar las ciencias o el arte como disciplinas poco prácticas. Prefieren la familiaridad a lo novedoso; son moderados y apegados a la tradición.

Apertura a la experiencia

(Factor C): Responsabilidad

Este rasgo de personalidad se refiere a cuán centrado está el sujeto en sus objetivos, además de cuán disciplinado se muestra para la consecución de dichos fines.

Podríamos decir que la persona con alta puntuación en el factor C es un individuo organizado, con capacidad de concentración, que termina sus tareas y que piensa antes de tomar una decisión, sin perder la perspectiva a medio y largo plazo. En definitiva, la responsabilidad se plasma en, por una parte, pensar y planear las cosas de un modo estructurado y detallado, y por otra parte, pasar de las ideas a la práctica.

Personalidad responsable

(Factor E): Extraversión

Define el grado en que el sujeto se muestra abierto con los demás y canaliza su energía en contextos sociales. Dicho de otro modo, el factor E examina cuánto le agrada a un sujeto estar rodeado de otras personas, cuánto le gusta expresarse ante los demás, etc. Su opuesto es la Introversión, que se caracteriza en personas reservadas, que a menudo son tachados de antipáticos. Suelen ser ciertamente independientes, prefieren la rutina y el ambiente familiar.

Prefieren estar solos y no les agrada formar parte de bullicios de gente, lo cual no quiere decir que sean menos felices. Frecuentemente se muestran tan animados como el que más en círculos estrechos de amistad. Son más reflexivos que los extrovertidos, y tienden menos a la acción.

Extraversión

(Factor A): Amabilidad

Es el grado en que la persona se muestra respetuosa, tolerante y tranquila. La persona amable es aquella que confía en la honestidad de los otros individuos, tiene vocación para ayudar y asistir a quien lo necesite, se muestra humilde y sencillo, y es empático hacia las emociones y sentimientos ajenos.

Este rasgo de personalidad se plasma en el tipo de conductas prosociales que la persona aplica al relacionarse con las demás. Si su comportamiento está poco enfocado a hacer sentir cómodos y/o bienvenidos al resto de personas, el grado de amabilidad será bajo; pero si se invierten esfuerzos en tener en cuenta los intereses, gustos y puntos de vista de los demás, es alto.

Amabilidad

(Factor N): Neuroticismo

La estabilidad emocional define en qué grado una persona afronta sin problema las situaciones complicadas de la vida. Los sujetos tranquilos, no muy proclives a sentir rabia o a enfadarse, suelen permanecer animados y gestionan muy bien sus crisis personales. En cambio, lo contrario a la estabilidad emocional es el neuroticismo.

Dentro de los rasgos de personalidad, el Factor N es aquél que encontramos con alta puntuación en las personas con problemas para equilibrar sus emociones y que suelen experimentar cambios de humor bruscos.

Estabilidad emocional