10 Ejemplos de
Poemas barrocos

Los poemas barrocos son poemas que pertenecen al Barroco, un movimiento artístico que se caracterizó por utilizar un lenguaje ornamental, es decir, un lenguaje muy adornado, recargado y artificioso.

El Barroco surgió en Italia en el siglo XVI como contraposición a la estética renacentista y se extendió a otros países de Europa y de América. Los temas que caracterizan a este movimiento son el pesimismo, el hombre como parte del universo y no como centro, la preocupación por la fugacidad de la vida, la muerte y el paso del tiempo y la revalorización de las ideas platónicas.

En general, estos temas eran presentados desde una perspectiva moralista o satírica, ya que se buscaba señalar y modificar los vicios y los defectos de las personas.

Los poemas típicos del Barroco son:

  • Sonetos. Son composiciones con una estructura fija: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos de once sílabas cada uno y en las que riman el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero) y dos tercetos (estrofas de tres versos de once sílabas cada uno y en las que la rima puede adoptar distintas combinaciones). Los cuartetos suelen presentar el tema y el último terceto es una reflexión final. Por ejemplo:

“A su retrato” de Sor Juana Inés de la Cruz

Este que ves engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores,
es cauteloso engaño del sentido;

este, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,

es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado,

es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

  • Romances. Son poemas que pueden ser muy extensos porque no tienen un límite de cantidad de versos. Cada verso tiene ocho sílabas y los versos pares tienen rima asonante. Por ejemplo:

Fragmento de un romance de Luis de Góngora

El cabello en crespos nudos
Luz da al Sol, oro a la Arabia,
Cuál de flores impedido,
Cuál de cordones de plata.
Del color visten del cielo,
Si no son de la esperanza,
Palmillas que menosprecian
Al zafiro y la esmeralda.

  • Letrillas. Son poemas breves que están formados por versos de ocho sílabas. Por ejemplo:

Fragmento de una letrilla de Francisco de Quevedo

Poderoso caballero
es don Dinero.
Madre, yo al oro me humillo:
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado,
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero,
es don Dinero.

En España y en Hispanoamérica hubo dos grandes movimientos que representaron al Barroco: el culteranismo y el conceptismo.

Características de los poemas barrocos del culteranismo

  • Predominancia del estilo y la estética. Los poetas buscaban renovar la literatura con originalidad creativa y con el cambio de las formas.
  • Expresiones cultas. Se utilizaban expresiones y términos de origen griego y latino. Además, se incluían extranjerismos (palabras provenientes de otras lenguas), neologismos (palabras nuevas) y cultismos (palabras provenientes del latín o del griego).
  • Cambio del significado de las palabras. Muchas palabras se utilizaban para hacer referencia a elementos a los que no hacían referencia en el lenguaje convencional. Por ejemplo, la palabra «oro» se utilizaba para designar el cabello rubio.
  • Alteración de la sintaxis. El orden de las palabras se alteraba siguiendo la estructura sintáctica del latín. Además, se utilizan figuras retóricas, como el hipérbaton y la elipsis, para modificar el orden natural de las palabras.
  • Uso excesivo de figuras retóricas. Se utilizaban distintas figuras retóricas, como la metáfora, la perífrasis y la hipérbole, para escribir poemas que no eran fáciles de comprender y para crear un lenguaje artificioso.
  • Temas cultos. Los temas se relacionaban con la mitología grecolatina y con la historia.
  • Autor destacado: Luis de Góngora.

Características de los poemas barrocos del conceptismo

  • Predominancia de la expresión de las ideas. La creación no solo se relacionaba con la estética, sino que también incorporaba la creatividad para asociar conceptos. La relación entre dos ideas se realizaba con humor, agudeza y sutileza.
  • Expresiones eruditas. Se utilizaban neologismos y cultismos, pero también era muy común que se incluyeran vulgarismos.
  • Cambio del significado de las palabras. Muchas palabras se utilizaban para designar cosas distintas a las que designaban en el lenguaje corriente.
  • Sintaxis común. Se utilizaba la sintaxis de la lengua española, pero se incluían distintas figuras retóricas, como retruécanos, para crear un efecto estético.
  • Uso excesivo de las figuras retóricas. Se utilizaban la comparación, la metáfora, la alegoría, el paralelismo, el equívoco y la antítesis para establecer nuevas asociaciones entre conceptos.
  • Temas. Los temas eran principalmente filosóficos y morales y se los abordaba desde la sátira, ya que uno de los objetivos de estos poemas era resaltar los defectos de las personas y de sus costumbres.
  • Autores destacados: Francisco de Quevedo y Baltasar Gracián.

Ejemplos de poemas barrocos

  1. Fragmento de “Fábula de Polifemo y Galatea”, de Luis de Góngora

De este, pues, formidable de la tierra
bostezo, el melancólico vacío
a Polifemo, horror de aquella sierra,
bárbara choza es, albergue umbrío
y redil espacioso donde encierra
cuanto las cumbres ásperas cabrío,
de los montes, esconde: copia bella
que un silbo junta y un peñasco sella.

  1. “Silencio, en tu sepulcro deposito”, de Juan de Tassis (soneto)

Silencio, en tu sepulcro deposito
ronca voz, pluma ciega y triste mano,
para que mi dolor no cante en vano
al viento dado y en la arena escrito.

Tumba y muerte de olvido solicito,
aunque de avisos más que de años cano,
donde hoy más que a la razón me allano,
y al tiempo le daré cuanto me quito.

Limitaré deseos y esperanzas,
y en el orbe de un claro desengaño
márgenes pondré breves a mi vida,

para que no me venzan asechanzas
de quien intenta procurar mi daño
y ocasionó tan próvida huida.

  1. Fragmento de “Romance primero”, del conde de Villamedina

Está en la Plaza Mayor
todo Madrid celebrando
con un festejo los días
de su rey Felipe Cuarto.
Éste ocupa, con la reina
y los jefes de palacio,
el regio balcón vestido
de tapices y brocados.
En los otros, que hermosean
reposteros y damascos,
los grandes, con sus señoras
y los nobles cortesanos,
ostentan soberbias galas,
terciopelos y penachos.

  1. “Soneto V”, de Gabriel Bocángel y Unzueta

Cobrote el cielo en tu primer mañana
humana flor, no muerta, interrumpida,
en fe de que viviste aquí ofendida
ese instante no mas que fuiste humana.

¡Qué temprano quedó tu nieve, o grana
de las iras del viento sacudida!
¡Qué tarde a mis esperanza con tu vida
has enseñado a escarmentar de vana!

Si es que a la patria de la luz que pisas
ruego mortal de amante voz alcanza
es mérito de amar lo que no veo.

Si es que tu arbitrio en tu poder avisas
pues sabe que moriste mi esperanza,
haz que sepas que falte mi deseo.

  1. “Soneto IX”, de Pedro Soto de Rojas

Decís que bien ni mal, señora mía,
me hacéis; estoy de vos tan olvidado
que aun aliviar con penas mi cuidado
estorbáis a mi loca fantasía.

Más mal me hacéis que sustentar podría
en el que yo he sentido y vos negado,
mas, si podéis, hacerme mal doblado,
hacedme males mil, por cortesía.

Que aunque es bastante para darme muerte
el que a todos hacéis mirando acaso,
quiero por vos morir de mal más fuerte:

dame veneno, dadme, que me abraso;
no bebe alguno de él, que está mi suerte
en apurarle la ponzoña al vaso.

  1. “Soneto X”, de Francisco de Trillo y Figueroa

En una sobre el mar caída roca,
que un monte, de las ondas carcomido,
había de su cumbre sacudido,
mucho aviso escondiendo en ruina poca,

Daliso estaba una esperanza loca
repitiendo del mar al sordo oído,
que al duro son del llanto enternecido,
apenas sin temor la arena toca.

Si de un monte no es firme aun la espera,
¿quién en la fe de una fortuna fía?
dice una y otra vez con duro aliento;

Si a esta roca aun la ruina alcanza,
¿en qué se funda la esperanza mía?
en qué, si nunca tarda el escarmiento.

  1. “Una dama se vio en una calavera de cristal”, de Luis de Sandoval y Zapata (soneto)

En calavera de cristal se vía,
en el espejo docto escarmentaba
la que, cuando belleza se miraba,
luz mortal de belleza se atendía.

Cuando secreto fuego introducía,
una diáfana Troya se quemaba
y polvo cristalino sospechaba
la que luciente eternidad ardía.

¡Ah, dice, cómo en el cristal diviso
a lo que más eterno resplandece:
puede ser escarmiento de ceniza!

La muerte ha de morir, que como se hizo
de cristal, que a la vida se parece,
quedó la misma muerte quebradiza.

  1. “Soneto VI”, de Agustín de Salazar y Torres

Este ejemplo feliz de la hermosura
que en purpúreos ardores resplandece,
si a dar admiraciones amanece,
a no dar escarmientos se apresura.

No miden los espacios su ventura,
pues cuando breve exhalación florece,
de aplausos de la vista se enriquece
y de injurias del tiempo se asegura.

¿Para qué más edad? Si no mejora
la pompa que en fragante incendio brilla,
y a cada instante contrapone un daño.

Sobrada eternidad es una hora
para ser en la muerte maravilla
y no ser en la vida desengaño.

  1. Fragmento de una letrilla de Luis de Góngora

Traten otros del gobierno
Del mundo y sus monarquías,
Mientras gobiernan mis días
Mantequillas y pan tierno,
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente,
Y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
El príncipe mil cuidados
Como píldoras dorados;
Que yo en mi pobre mesilla
Quiero más una morcilla
Que en el asador reviente,
Y ríase la gente.

  1. Fragmento de “Descripción del Carmelo, y alabanzas de Santa Teresa”, de Pedro Calderón de la Barca (romance)

En la apacible Samaria,
hacia donde el sol se pone,
en túmulo de esmeraldas
yace un gigante de flores.

Verde Atlante de los cielos,
tanto su beldad se opone,
que, siendo cielo en la tierra,
parece en el cielo monte.

Cerrándole al viento el paso,
sube hasta la esfera, donde
pedazo del cielo fuera,
a ser unas las colores.

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