Valor justo

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El valor justo es un término que en el ámbito de las inversiones se refiere al precio de venta acordado. Esto, siempre que los partícipes actúen en libertad y se encuentren informados sobre los detalles de la transacción.

Es decir, en el mundo financiero, el valor justo de una operación es aquel pactado entre dos partes, sin coacción de por medio.

Podemos citar varios ejemplos de este tipo de valor. Uno de ellos es el precio pagado por un inversionista en la bolsa de valores por la compra de las acciones de una empresa.

Cabe resaltar que el mercado financiero se caracteriza por reflejar de manera inmediata cambios en la demanda, es decir, en el ánimo de los inversores. Por ende, la cotización del mercado es un buen indicador del valor justo.

Aplicación en la contabilidad

De otro lado, para la contabilidad, el valor justo es aquel con el que deben ser registrados los activos y pasivos de la empresa.

Por ejemplo, imaginemos que una firma adquiere una nueva máquina para su fábrica. Dicho activo irá perdiendo utilidad a lo largo del tiempo (depreciación). Por lo tanto, en cada periodo se irá reduciendo su valor en los libros contables.

Es decir, si un año la valorización de la máquina era de 18.000 euros, para el siguiente periodo puede bajar a 14.400 euros, por su desgaste. De ese modo, se acerca al valor justo.

Derivados y futuros

Volviendo al ámbito bursátil, el valor justo de un derivado financiero está determinado principalmente por su activo subyacente.

Por ejemplo, imaginemos que un inversor posee una opción de compra de oro, que le da el derecho a adquirir el metal dorado en un determinado plazo.

Entonces, si la cotización del oro sube, también lo hará el precio del derivado. Así, el inversor podría vender su opción a un precio mayor al que pago por comprar el instrumento.