Tramo de control

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El tramo de control se refiere a la extensión en la cadena de mando que permite a la gerencia mantener el control de la la eficacia y la eficiencia en el trabajo.

Las organizaciones tienen diferentes estructuras y estas varían según la cantidad de trabajadores, la actividad económica a la que se dedican y el tipo de cultura organizacional que adoptan.

En este sentido, surge la necesidad de jerarquizar unidades, definir cadenas de mando, y en general, distribuir las funciones entre el equipo para que estas se ejecuten de forma eficiente. A esta distribución jerarquizada se le denomina tramo de control.

Tipos de tramos de control

Los tramos de control pueden ser amplios, estrechos y equilibrados. Lo cual, dependerá de la cantidad de trabajadores que estén bajo la jerarquía de una jefatura.

Tramos de control amplios

Los tramos de control amplios son organizaciones donde las jefaturas tienen una cantidad importante de trabajadores a su cargo. Por lo tanto, el poder de supervisión sobre ellos es más limitado, puesto que por el tiempo y las propias labores que deben cumplir, no alcanzan a realizar supervisión a todos durante un periodo.

No obstante, esto no significa que sea negativo. Esto porque los trabajadores valoran que se les dé mayor autonomía en sus tareas y que se les deleguen funciones. Cuestión que, en este caso, se da por necesidad más que por iniciativa.

Además, los tramos de control amplios generalmente se ven en organizaciones más horizontales. Organizaciones donde el trabajo es colaborativo y existen pocas cabezas que toman decisiones que bajan a una gran cantidad de empleados.

Tramos de control estrechos

Por el contrario, los tramos de control estrechos son lo opuesto a lo indicado anteriormente. Esto quiere decir que existe un número mayor de jefaturas por cada grupo de trabajadores, lo que permite tener supervisión constante sobre sus actividades y tareas.

Efectivamente predominan las jefaturas, lo que en ocasiones puede resultar agobiante, ya que los trabajadores tienen menor autonomía y capacidad de tomar decisiones en la forma de hacer su trabajo.

Otro aspecto importante a considerar, es que al existir mayor número de jefaturas, la comunicación interna que baja desde la dirección hacia los empleados puede ser más lenta o sufrir interpretaciones que afecten lo que se quería instruir.

Es por esto, que al tener este tipo de estructuras es importante considerar los canales de comunicación interna, de modo que los mensajes importantes bajen en un canal en el cual todos los colaboradores la reciban al mismo tiempo y no recaiga esta acción en las jefaturas intermedias.

Tramos de control equilibrados

Una empresa con tramos de control equilibrados debería contar con una cantidad de jefaturas suficiente para entregar instrucciones, delegar tareas y realizar seguimiento de las acciones encomendadas, sin la necesidad de revisar constantemente los espacios de trabajo de los colaboradores.

A simple vista, suena la mejor opción. Sin embargo, los costos que se requieren para contar con este número de jefes son bastante más altos que los que utilizan las empresas con tramos de control amplios.

Pero ¿entonces por qué hay empresas que utilizan tramos de control estrechos, si estos son más costosos?

Las empresas que se dedican a la producción de bienes y/o servicios muy delicados, por ejemplo; producción en masa, o bien, servicios de transporte y logístico, requieren de extrema supervisión durante toda la cadena productiva, ya que un error podría afectar una producción cuantiosa y por defecto, pérdidas monetarias importantes. Es por este motivo que las empresas aseguran estos procesos con muchas personas vigilando y ejecutando controles de calidad.

En resumen, los tramos de control se ajustan a las necesidades que las empresas tienen, ya sea por su actividad económica, sus procesos productivos, las características de sus clientes, sus recursos, o bien, su propia cultura organizacional.