Tarjeta de crédito empresarial
Una tarjeta de crédito empresarial es una modalidad de pago a crédito dirigido a la actividad ordinaria de una empresa. Así se evita el empleo de recursos personales.
En el ámbito de las empresas, una tarjeta de crédito empresarial es una modalidad especialmente dirigida a organizaciones con el fin de facilitar la operativa en su día a día.
Uno de los objetivos por los que se hace uso de este tipo de tarjetas es para establecer una diferencia entre gastos de carácter personal y de negocio. Es decir, separar los gastos que, nosotros, como individuos, realizamos en el desempeño de nuestra labor profesional y, por otro lado, dejar el efectivo u otros medios de pago para gastos de la propia actividad.
Incurrir por parte de los profesionales en este tipo de gastos indistintamente, a menudo, supone la realización de una mala contabilidad o seguimiento financiero. Es decir, produce ineficiencias evitables y que imposibilitan ofrecer una imagen contable fiel.
De esta forma, se observa que este tipo de instrumentos de pago está muy extendido entre trabajadores autónomos o de sociedades mercantiles unipersonales. Pues pueden separar, como decíamos, los gastos, y pueden llevar correctamente su contabilidad.
Asimismo, una tarjeta de crédito empresarial puede presentar otros usos. Por ejemplo, una empresa que requiera de constantes pagos en su actividad diaria, puede contar con una tarjeta de crédito empresarial para financiar esas operaciones. O, por ejemplo, para el pago de combustible. Si hablamos de un comercial autónomo, este puede usar la tarjeta de crédito empresarial para financiar el combustible y abonarlo todo a final de mes.
Naturaleza de una tarjeta de crédito empresarial
Las entidades bancarias continuamente brindan opciones de financiación a nuevos proyectos o a empresas ya en funcionamiento.
Estas líneas de crédito están dirigidas a la mejora de sus procesos y a que el emprendedor no precise ocupar sus propios fondos o sus cuentas personales en ello.
En el caso de empresas comunes con mayor número de empleados en plantilla, estas tarjetas funcionan como modelo de pago a proveedores y facilitador de la actividad cotidiana del trabajador.
Así ocurre en el caso de ejecutivos que necesitan desplazamientos y dietas, o bien en profesionales que precisan de compras de material para abordar una labor.
Esto último sucede en sectores como la construcción, por ejemplo.
Principales características de una tarjeta de crédito empresarial
Frente a otras alternativas de crédito, este tipo de tarjetas cuenta con las siguientes rasgos distintivos a tener en cuenta:
- Identificación: Las tarjetas empresariales pueden estar emitidas a nombre de la empresa (lo más habitual) o, directamente, a nombre del empleado que se haya designado.
- Separación de ámbitos: El uso de estas tarjetas evita compaginar finanzas personales y profesionales.
- Tipo de interés: Las entidades bancarias que proveen estos productos a las empresas aplican intereses comunes en el contexto productivo y alejado de la banca personal.
- Costes de mantenimiento: Habitualmente, las empresas deben contar con gastos de mantenimiento y de cobertura a la hora de contratar estos servicios bancarios.
- Facilidades de pago: Al tener la empresa (contratante del servicio) más actividad e interacción con su banco, logra condiciones, relativas a términos de cuotas o facilidad de pago, más ventajosas.
- Control de gasto: El empleo de tarjetas de crédito empresariales permite a las compañías establecer límites de gasto preestablecidos, los cuales evitan dispendios notables.
- Homogeneidad de compras: Siguiendo el punto anterior, también es posible definir con anterioridad qué elementos pueden ser pagados o qué establecimientos permiten el uso de la tarjeta. Así, es posible evitar malas praxis o gastos innecesarios.
Otras aplicaciones de la tarjeta de crédito empresarial
Si bien el uso más común de este producto es el de realizar pagos relacionados con el día a día de una actividad económica, conviene decir que existen otras prácticas a destacar.
Algunas empresas plantean otorgar una tarjeta de crédito empresarial como modelo de compensación o premio a un empleado. Son los casos de posesión de tarjeta corporativa.
No obstante, este modo de salario complementario es mucho más recomendable con alternativas de débito.