Subsidio
El subsidio es una ayuda extraordinaria por parte de la Administración Pública para estimular la demanda de un bien o proteger a un colectivo.
En economía, los subsidios son ayuda que los poderes públicos otorgan a determinados ciudadanos, principalmente, con el fin de brindar acceso a los bienes y servicios básicos.
En este sentido, la Administración puede hacer que, para el público general, baje el precio de un producto por considerarlo estratégico o básico para la población.
Por ejemplo, en algunos países se subvencionan alimentos como el pan o el pollo. Esto, con el fin que los oferentes puedan bajar sus precios pero que, sin embargo, no pierdan ingresos, ya que la administración les brinda un abono. También se produce en casos como la luz o la calefacción.
Por otro lado, el subsidio puede darse en aquellas situaciones en las que la falta de protección o de ingresos puede desencadenar bolsas de marginación y pobreza.
Este es el caso de los subsidios a desempleados, una vez que agotan su prestación por desempleo (que constituye un derecho si han cotizado por la misma), o si no tienen derecho a ella. En estas situaciones, los gobiernos ponen ayudas adicionales o subsidios con los que apoyan para cubrir necesidades básicas de alimentación y otras coberturas.
En suma, los subsidios son considerados como estímulos para incentivar el consumo de un bien o como asistencia social en aquellos casos donde hay pobreza.
Los efectos de los subsidios en la economía
Los subsidios son fomentados por determinados gobiernos con fines sociales. Sin embargo, también tienen detractores que afirman que solo sirven para disuadir la mejora social o los esfuerzos por conseguir un empleo.
Las ideologías liberales entienden que los subsidios a la producción rompen con el principio de competencia que hace generar y mejorar la economía. Más aún, en aquellos casos en los que se instaura un subsidio por desempleo, este podría desincentivar la búsqueda de trabajo.
Adicionalmente, los subsidios suponen también un gasto para el Estado. De modo que, supone un coste de oportunidad. Todo lo que el Estado gaste en subsidios, no podrá dedicarlo a otras partes de la economía. Ejemplos de estas áreas, serían la sanidad, la educación, la justicia u otro tipo de políticas sociales.
Por su parte, los que se encuentran a favor de los mismos, aluden que no todo el mundo tienen la capacidad para generar ingresos. Por ejemplo, personas con discapacidad o personas que tienen que cuidar de personas dependientes: ancianos, enfermos o menores de edad. Luego, en este sentido, según los que se encuentran a favor de los subsidios, disminuiría la desigualdad.