Motivación intrínseca

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La motivación intrínseca es aquella que surge desde el interior del propio individuo cuando realiza acciones por el mero hecho de disfrutarlos y de la pasión que tiene por las cosas que ejercita.

La motivación intrínseca es aquella que anima e impulsa a alguien a hacer las cosas que le gustan. Por ejemplo, irse cada semana a la sierra en bicicleta, disfrutando de la pasión por el ciclismo y de los ambientes naturales.

No se espera ningún tipo de recompensa externa cuando se habla de la motivación intrínseca, sino que el mero hecho de poner en práctica algo que es motivador, ya es una recompensa.

La motivación intrínseca nace del propio usuario, y no tiene un objetivo económico. Además no tiene porqué ser algo puntual, o inmediato, sino que está más orientada al propio crecimiento personal y la satisfacción.

El verdadero objetivo que se busca es el hecho de sentirse realizado, y de disfrutar de la propia tarea que se está llevando a cabo.

El ser humano puede gestionar sus tareas o acciones atendiendo a diferentes motivaciones. Como la intrínseca cuando depende de sí mismo. La motivación negativa cuando intenta evitar un castigo. La motivación positiva cuando quiere conseguir una recompensa. La motivación extrínseca, cuando realmente depende de factores externos a él, y la recompensa, negativa o positiva no está en su mano, sino en las circunstancias o agentes externos.

Cómo potenciar la motivación intrínseca

Estas son algunas ideas para ello:

  • Fomentar la idea del aprendizaje: Aprender y formarse pueden ser acciones muy motivadoras con el objetivo de conseguir enriquecerse a nivel mental, y mejorar en aspectos laborales o vitales. Por ejemplo: la idea de realizar un curso de minfulness a alguien que le apasiona esta temática, puede resultar muy motivador.
  • Colaborar en actividades solidarias o altruistas: Participar en actividades benéficas que sean del interés de una persona puede resultar muy motivador. Por ejemplo: acudir a albergues de animales a pasear a los perros que están en adopción, o participar en actividades solidarias por parte de las empresas para incluir a sus trabajadores en ellas y mejorar así también su imagen de marca.
  • Asumir nuevos retos en el trabajo: Muchos trabajadores sienten el deseo de crecer dentro de su propia empresa, y escalar hacia nuevos puestos de trabajo. Puede generar una motivación intrínseca el hecho de tener estas aspiraciones, y potenciar todo el talento personal para conseguir esas metas laborales.

En resumen, la motivación intrínseca es la que mueve a cualquier persona a seguir luchando por sus logros, y metas. Es la que uno mismo controla, y la que hace que alguien se sienta motivado para conseguir todo aquello que anhela.

Diferencias entre motivación intrínseca y extrínseca

Las diferencias principales son las siguientes:

  • Motivación intrínseca: Es la motivación que viene de uno mismo. Aquella que motiva a hacer las cosas que verdaderamente le gustan a uno. Por ejemplo, ayudar a una persona a subir las bolsas de la compra, no por lo que pueda pensar, sino porque nos hace sentir bien con nosotros mismos.
  • Motivación extrínseca: Es aquella que proviene desde fuera, ajena al usuario y que se basa en recompensas negativas, o positivas, pero que están fuera del control de la persona que realiza este tipo de acciones. Por ejemplo, trabajar exclusivamente por dinero. Es decir, no nos gusta nuestro trabajo, pero trabajamos para ganar más dinero. Es una cosa que está fuera de nuestro control, porque es una persona externa la que decide si nos mantiene como empleados.

Ejemplos de motivación intrínseca

A continuación mostramos algunos ejemplos de motivación intrínseca:

  • Hacer un deporte que nos encanta, porque nos hace sentir bien.
  • Colaborar en tareas de voluntariado, porque nos gusta ayudar.
  • Ir al trabajo motivado, porque nos gusta nuestro trabajo y nuestro equipo.
  • Estar ilusionado en la empresa, porque creemos en el proyecto.