Monarquía
La monarquía es una forma de gobierno en la cual la jefatura del Estado recae sobre el rey, variando sus competencias y poderes según el tipo de monarquía que se instale.
En la monarquía, el rey es el jefe del Estado, y como tal tiene una serie de poderes. Estos varían desde ostentar todo el poder estatal como ocurre en las monarquías absolutas, a no tener ningún poder como en las monarquías parlamentarias, donde el rey es el mero símbolo de la unidad del país.
La monarquía tiene varias características que son comunes a todos sus tipos. Primero, la sucesión monárquica es hereditaria, pasa del rey a su primogénito. Segundo, tiene carácter vitalicio, históricamente las monarquías solo han visto su fin con su derrocamiento de forma violenta, armada o coactiva. Y, por último, el rey o monarca es solo una persona, aunque la casa real tenga más componentes, quien ejerce las funciones de rey es solo uno.
Tipos de monarquía
Hay tres tipos de monarquía:
- Monarquía absoluta. Es la monarquía más antigua, y es característica de la Edad Media. En ella, no hay separación de poderes, el rey ostenta el poder ejecutivo, legislativo y judicial. Aunque en el siglo XXI casi todas las monarquías absolutas han evolucionado otros regímenes de gobierno, todavía encontramos algunos casos como el de Arabia Saudita.
- Monarquía constitucional. Es el tipo de monarquía que surge de la Constitución francesa de 1791 y que posteriormente instaurarían muchos países europeos durante el siglo XIX. En este régimen, el rey ostenta el poder ejecutivo pero no el legislativo. Este último es llevado a cabo por una cámara de representantes elegido normalmente por los ciudadanos. Básicamente, la monarquía constitucional es la evolución de la monarquía absoluta ante las presiones del pueblo o de sectores de influencia demandando una mayor apertura de derechos y libertades.
- Monarquía parlamentaria. En ellas, se dice que el rey reina pero no gobierna. Esto ocurre porque ninguno de los poderes del Estado recae en el monarca. Es decir, el poder judicial, legislativo y ejecutivo son totalmente independientes de la corona. Además, en la práctica deberían ser independientes entre sí, pero esto es más que cuestionable. Las monarquías parlamentarias, en teoría, son democracias plenas, ya que el rey no incide en ningún poder, y son las más comunes dentro de los tres tipos.
La monarquía española
Tradicionalmente, España es un país monárquico. Desde el fin de la reconquista (1492), España solo ha tenido dos periodos republicanos (1873-1874 y 1931-1939). La monarquía ha sido el sistema de gobierno que ha imperado desde entonces a excepción de esos dos periodos (y al de la dictadura franquista), la cual ha ido evolucionando hasta nuestros días, pasando por los tres tipos de monarquía que hemos desarrollado anteriormente.
La primera monarquía constitucional surge en 1812 con la proclamación de la Constitución de Cádiz, siendo rey Fernando VII, aunque posteriormente se iba a volver al absolutismo. El siglo XIX, en general, está lleno de cambios de régimen.
La monarquía se reconoce en la Constitución española de 1978, y todas sus características y funciones se recogen en el Título II. Se trata de una monarquía parlamentaria en la que, como explicamos anteriormente, el rey solamente simboliza la unidad del país.
No posee ningún poder del Estado, las funciones que tiene como el nombramiento de ministros o la sanción de leyes son meramente protocolarias y formales. Aunque sí que realiza la más alta representación en las relaciones internacionales.