Hurto

Es decir, el hurto es un delito que consiste en adueñarse indebidamente del patrimonio de otra persona (natural o jurídica). Así, se caracteriza por no perpetuar un acto de agresión o intimidación hacia el propietario o custodio del bien.

Es importante definir en qué consiste el hurto, particularmente, en los contratos de seguro porque de ello depende la indemnización estimada (Esto lo explicaremos más adelante).

A diferencia del hurto, el robo sí implica el uso de la fuerza. En este caso, el perjuicio lo recibe un bien material, por ejemplo, una puerta o ventana.

Asimismo, el hurto es diferente a la expoliación donde se ejerce violencia o se amenaza directamente a otra persona.

En el mercado de seguros es importante determinar si estamos frente a un robo, expoliación o hurto. Si es el último caso, es posible que la compañía esté dispuesta a pagar una menor indemnización, en comparación a los otros dos.

Lo anterior puede explicarse porque, cuando sucede un hurto, es más difícil de demostrar que la sustracción del bien fue en contra de la voluntad de su propietario. Esto, al menos que el acto haya quedado registrado por una cámara de seguridad.

En cambio, cuando ocurre un robo o expoliación, usualmente quedan rastros evidentes de agresión (expoliación) o puertas forzadas, cristales rotos (robo), ya sea en la persona o propiedad sobre la cual se ejerció la violencia (al menos que el asalto haya consistido en solo una amenaza).

Un ejemplo de hurto puede ser cuando un individuo entra a una tienda de abastos y retira algunos artículos del lugar sin que nadie se de cuenta.

En este caso, como no se usó la violencia, el acto califica como hurto. En cambio, si el ladrón hubiera apuntado con un arma al personal de seguridad sería una expoliación.

Igualmente, si el ladrón hubiera irrumpido en el local durante la madrugada rompiendo la puerta, estaríamos frente a un robo.