Gestión de riesgos

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La gestión de riesgos es, en esencia, el proceso que comprende la identificación y evaluación de los posibles riesgos que conlleva una acción, así como la creación de un plan para disminuirlos y para reducir las pérdidas potenciales.

En el mundo de la inversión, por ejemplo, son los procesos de medición y cuantificación de probabilidades de los efectos adversos en los mercados en inversiones financieras. La gestión de riesgos en este caso se centra en medir los riesgos posibles que conlleva una determinada inversión financiera. De la misma forma y como decíamos, también conlleva establecer planes de contingencia y cobertura por si estos riesgos se hicieran realidad.

En el mundo de la empresa, de igual forma, hace referencia a esos mismos procesos de medición y cuantificación de probabilidades de que se produzcan diversos riesgos, así como de las pérdidas que estos podrían ocasionarnos, solo que, en este caso, hablamos de pérdidas registradas por la empresa y no por un determinado inversor. Es decir, la empresa contempla los riesgos presentes (que entren nuevos competidores, que su producto quede obsoleto, etc.), contempla la probabilidad de que ocurra, a la vez que mide las posibles pérdidas que este riesgo, de materializarse, ocasionaría a la empresa.

De la misma forma, recordemos que la empresa, en ese proceso de gestión de riesgos, debe elaborar un plan de contingencia para, si se materializa algún riesgo, poder responder rápidamente y minimizar, en la medida de lo posible, la pérdida potencial.

Por tanto, hablamos de un proceso presente en varios campos. Pero hay que decir que esta misma gestión de riesgos podemos encontrarla y aplicarla en nuestro día a día, incluso en nuestras actividades de ocio. Cuando vamos a ir de viaje, podemos contemplar los posibles riesgos que existen, como ponerse malo, y aplicar planes de contingencia, como puede ser la contratación de un seguro médico o un seguro de accidentes. De la misma forma, contratamos seguros por si cancela el vuelo, así como seguros para una atención especial y asistencia en viaje por si se extravían nuestros documentos, como el pasaporte.

No obstante, es en el ámbito financiero donde esta gestión de riesgos cobra una especial importancia.

¡Pero veamos antes cuáles son los pasos que debemos seguir en todo proceso de gestión de riesgos!

Pasos a seguir en la gestión de riesgos

En la gestión de riesgos, como proceso que es, debemos saber que existen una serie de pasos que siempre deben cumplirse.

En este sentido, los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Identificar los riesgos.
  2. Analizar todos los riesgos, por separado y conjuntamente.
  3. Evaluar los riesgos, probabilidad de que ocurran, así como pérdidas potenciales.
  4. Evaluar planes de contingencia, por separado y conjuntamente, así como planes alternativos por si estos fracasaran.
  5. Reducir los riesgos, con la aplicación de esos planes, así como la puesta en marcha de aquellas estrategias, inversiones, u otras acciones que conlleven una reducción del potencial daño.
  6. Supervisar los riesgos, viendo si funcionan nuestros planes de contingencia, así como controlando en todo momento la probabilidad de que ocurra y el daño potencial.

Gestión de riesgos financieros

En el ámbito financiero, la gestión de riesgos es tomada como uno de los principales campos de actuación. Pues mide, realmente, la volatilidad de una inversión o activo y, a su vez, plantea propuestas de contención en caso de crisis.

Esa volatilidad, que deberá ser tenida en cuenta en toda valoración de inversión, hay que contrarrestarla con la diversificación de inversiones. Esto, de tal forma que se reduzca el riesgo y se compensen las posibles pérdidas.

La cuantificación del riesgo se realiza mediante técnicas y estudios con base en la experiencia (empirismo). Es decir, con variables endógenas del activo, y con variables exógenas o del mercado o entorno.

Tipos de riesgos financieros

Existen determinados riesgos en función del origen de éstos, y siempre en relación a las fluctuaciones de los mercados financieros:

  • Riesgo de tipo de interés: Por movimientos en los tipos de interés del país o globales.
  • Riesgo de mercado: Específicamente, originado por la volatilidad de títulos y otros activos en los mercados financieros.
  • De divisas o riesgo de cambio: Son los riesgos derivados de los cambios en los mercados de divisas.
  • Riesgo de crédito: Se deriva de la posibilidad de que alguna de las partes del contrato no asuma sus obligaciones.
  • Riesgo de liquidez: Consecuencia de que una de las partes implicadas no asuma sus obligaciones o pagos. Ello, al no poder convertir sus activos menos líquidos en efectivo disponible o dinero.
  • Operativo: Posibilidad de pérdidas financieras con origen en el entorno, ya sean procedimientos, procesos, tendencias del mercado globales, obsolescencia u otro.
  • Riesgo país: Viene dado por la seguridad jurídica y la coyuntura macroeconómica de un país.
  • Riesgo sistémico o riesgo mínimo: Es el riesgo común a un sector o inversión financiera.

Gestión de riesgos empresariales

En el mundo de la empresa, como en el financiero, la gestión de riesgos es una tarea esencial para sobrevivir en los mercados, cada vez más globales y competitivos.

Todas las empresas en su día a día enfrentan numerosos riesgos que deben ser tenidos en cuenta. Así, imaginemos que tenemos una tienda que distribuye una determinada bebida energética en el mercado. Sin embargo, el Gobierno de nuestro país decide prohibir el consumo de nuestra bebida, o desaconseja su uso. La empresa sufrirá pérdidas e, incluso, podría acabar cerrando.

Otro ejemplo podría ser lo que ocurrió con la compañía tecnológica Huawei en el 2020. Es decir, tras el veto norteamericano que le llevó a abandonar Android, así como numerosas consecuencias que se sucedieron tras dicho conflicto. Existía un riesgo, que era que Donald Trump iniciase una guerra contra Huawei. Un riesgo que acabó materializándose, llevando a Huawei a salir de muchos mercados; con las consecuentes pérdidas que la empresa registró por lo ocurrido.

Como vemos, existen numerosos riesgos, y no tan improbables como los citados, con los que debemos convivir. Imaginemos una tienda online a la que se le cae web y, por estar inactivos 3 horas, pierde más de 60.000 euros en ventas. Con la gestión de riesgos, establecemos un proceso que nos llevaría, por ejemplo, a contratar un servidor más estable; a invertir en personal técnico que refuerce nuestra web; así como otras estrategias que permitan a la empresa ser competitiva y sobrevivir en el mercado.

Por tanto, hablamos de una actividad esencial en el mundo de la empresa, la cual puede marcar la diferencia entre la supervivencia o la muerte de una compañía.

Gestión de riesgos informáticos

Por último, otro campo en el que la gestión de riesgos ocupa una posición muy relevante es en el campo de la informática.

En este caso, los riesgos se derivan de la posibilidad de que se produzcan pérdidas o daños si una amenaza aprovecha un punto vulnerable en la seguridad que presentan nuestros sistemas de hardware o software. En este sentido, consiguiendo acceder para introducirnos un virus en nuestro sistema, el cual incapacita el uso de nuestra web a nuestros clientes, o accediendo a nuestra cuenta bancaria, por ejemplo, transfiriéndose capital a una cuenta en el extranjero.

Por tanto, como en los campos anteriores, establecer un sistema de gestión de riesgos informáticos consiste, en primer lugar, en identificar todas las posibles vulnerabilidades que presenta nuestro sistema informático, el de la empresa. Por ello, una estrategia esencial para combatir este tipo de situaciones es la de reforzar la seguridad de los archivos digitales de la empresa, así como de todos aquellos documentos que contengan información relevante.

De esta forma, podremos frenar los intentos de acceso por parte de ladrones informáticos y otro tipo de ciberdelincuentes. Pues debemos saber que en el mundo de la informática hay tantos riesgos, o incluso más, que en los campos anteriormente citados. Y teniendo en cuenta la relevancia de esta disciplina y la creciente digitalización, la tendencia nos muestra que esta gestión de riesgos informáticos cada vez será más frecuente en todo tipo de empresas.