Estrategias conducidas por eventos

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Las estrategias conducidas por eventos, también conocidas como estrategias event-driven, consisten en la toma de posiciones largas y/o cortas basadas en eventos puntuales.

Las estrategias conducidas por eventos están basadas en eventos puntuales. Por ejemplo, empresas que se encuentran en concurso de acreedores o fusiones de empresas. Este tipo de estrategias se engloban en las estrategias mercado-neutrales. Dentro de las estrategias mercado-neutrales, incorporan mayores riesgos que las estrategias de valor relativo, pero menor riesgo que las estrategias oportunistas.

Tipos de estrategias conducidas por eventos

Se podría decir que, genéricamente, existen dos tipos de estrategias conducidas por eventos:

  • Estrategias de valores en peligro

Consisten en la toma una posición, larga o corta, en acciones y deuda de la empresa que pasa por dificultades financieras. Estas estrategias se utilizan en empresas que se encuentran en suspensión de pagos o en importantes procesos de reorganización.

La estrategia cubre el riesgo sistemático tomando posiciones cortas en valores similares de otras empresas del mismo sector que no tienen dificultades financieras. O, en el caso de deuda, tomando posiciones cortas en bonos del estado.

Otra forma de cubrir el riesgo puede ser la obtención de garantías como marcas, inventarios, bienes inmuebles, patentes, etc.

  • Arbitraje de fusiones

Consiste en la adquisición de acciones de la empresa más débil y la venta en corto de acciones de la compañía más fuerte. Para tal fin, los gestores pueden utilizar instrumentos financieros como:

  1. Acciones ordinarias
  2. Opciones sobre dichas acciones
  3. Futuros sobre dichas acciones
  4. Swaps de capital (Equity swap)

En contraste con las estrategias de valores en peligro, el arbitraje de fusiones suele hacerse con valores más líquidos. Por esta razón, la utilización de derivados (opciones, futuros, swaps) se encuentra muy extendida en este tipo de estrategias. El uso de derivados reduce los costes y permite a los gestores controlar el riesgo de forma más eficiente.