Estrategia defensiva

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Una estrategia defensiva es una estrategia que utiliza una empresa para defenderse del ataque de las empresas competidoras.

En efecto, si consideramos que la competencia es inevitable, la empresa debe implementar estrategias que le ayuden a proteger y conservar sus mercados. Esto incluye sus clientes, sus proveedores y sus activos cuando es atacada por un competidor.

Además, una estrategia defensiva también ayuda a que el efecto que puede causar el ataque de la competencia pueda ser menos riesgoso. Es decir, que se minimice el riesgo del impacto que puede ocasionar.

Tipos de estrategias defensivas

Una empresa para mantener su participación de mercado y a sus clientes puede aplicar los siguientes tipos de estrategias defensivas:

1. Riesgo compartido

Sobre todo, cuando una empresa es atacada por un competidor muy grande y fuerte, buscará realizar alianzas estratégicas con otras empresas. Esto le ayuda a poder aprovechar las ventajas competitivas y las fortalezas de cada una. De esa forma se convierte en un rival más difíciles de vencer, las alianzas pueden ser temporales o permanentes, dependiendo de la situación competitiva del mercado.

2. Desinversión

Por otro lado, la desinversión consiste en vender una parte de la empresa o dejar de realizar ciertas actividades dentro de la organización que le pudieran resultar poco rentables. El objetivo de la desinversión es que la empresa pueda disponer de más recursos.

En realidad, lo que se persigue es que estos recursos sean utilizados en el área o áreas de negocio donde la empresa tenga ventaja competitiva superior y de esa forma pueda enfrentar mejor el ataque de los competidores. La desinversión puede ayudar a que una empresa se pueda reestructurar y de esa forma se relance al mercado con mayor fuerza.

3. Encogimiento

De la misma forma, el encogimiento se produce cuando una empresa se reagrupa o se reorganiza con el propósito fundamental de disminuir costos y gastos, sobre todo si está perdiendo cuota de ventas por el ataque del competidor. Esto, ya que si logra disminuir sus costos tendrá un menor impacto negativo en las utilidades de la empresa.

Así mismo, el reagrupamiento puede ayudar a que la empresa enfoque sus esfuerzos en las áreas de actividad donde tiene mayor ventaja y oportunidad de ganar.

4. Liquidación

Por último, la liquidación es la estrategia más drástica porque se produce cuando la empresa empieza a vender partes de su estructura u organización. Esta estrategia se aplica sólo cuando nos damos cuenta de que a pesar de que ya se aplicaron estrategias de desinversión y de encogimiento; la empresa no ha logrado alcanzar los objetivos propuestos.

Es decir, la liquidación lleva al cierre total de la empresa, pero si se opta por esta opción es porque de seguir operando en esas condiciones el nivel de pérdidas sería aún mayor.

Finalmente podemos decir que toda empresa tiene que enfrentar competidores, algunos son débiles y otros muy fuertes, por ello se hace necesario recurrir a estrategias defensivas con el objetivo de lograr mantener su cuota de participación de mercado, conservar a sus clientes y mantener un nivel de ganancias adecuado.

Las estrategias defensivas de una empresa buscan hacer frente a los competidores y bloquearlos para evitar que se queden con la parte del mercado que posee.