Dialéctica

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La dialéctica es una técnica argumentativa por la que se busca la verdad a través de la manifestación de las contradicciones en los argumentos expuestos por el adversario.

Etimológicamente la palabra proviene del griego dialectikós, y se traduce por conversación. Se suele sobreentender el término techne que se traduce por técnica o arte. Así, literalmente significaría el arte de la conversación.

Pero no se debe confundir con la retórica, cuyo significado era el de usar todas las técnicas comunicativas en favor de la persuasión. El significado de dialéctica se refiere más bien a la exposición y lucha de los argumentos expuestos en una conversación o discusión. Por ello, cuando coloquialmente escuchamos “batalla dialéctica”, se está refiriendo a la “lucha” derivada de la argumentación y la contraargumentación en el debate o discusión entre dos o más personas. Por ejemplo, en un debate televisivo.

Dialéctica en la filosofía

Ahora bien, la otra denotación relevante de dialéctica, pero que debe su significado a la anterior, es la que se aplica en filosofía. Desde Heráclito hasta Marx, pasando por Platón, Hegel y otros autores, han usado la dialéctica de una forma u otra. Platón la usó como método para llegar al verdadero conocimiento, en cambio Karl Marx, para explicar la evolución histórica del hombre. Como definición general, la dialéctica supone que las contradicciones y las confrontaciones no bloquean sino que dinamizan. Por ello, era conveniente exponer anteriormente el origen de la palabra y su uso en la retórica, para entender que su esencia es la contradicción como método.

Platón

Platón defendía que la escritura no era el medio más adecuado para estimular el conocimiento. Establecía que los textos escritos no eran más que simples recordatorios, y que se debían a la experiencia vivida por el autor, dando igual así las características del receptor. En cambio, la transmisión de la sabiduría vía oral sí que constituía la auténtica vía para el conocimiento verdadero. Debido a que Platón establecía que esta salía del interior de la persona, de su alma. La escritura no poseía esta capacidad, y además, como consecuencia, se olvida.

Es por ello por lo que las obras de Platón están presentadas en forma de diálogos, porque a través de la dialéctica y la formulación de preguntas se llega al verdadero conocimiento. Abandonando así el mundo sensible y pasando al mundo de las ideas. Además, cada una de las etapas del filósofo iba a estar bien marcadas, pudiendo diferenciar así las diferentes etapas por las que pasa su dialéctica.

Dialéctica hegeliana

Hegel también establece la dialéctica como método para analizar la realidad. La dialéctica hegeliana pasa por la formulación de tres fases.

  • Tesis: Se basa en el desarrollo de una idea en un campo determinado.
  • Antítesis: Es la negación de la tesis. Porque cuando esta se desarrolla, siempre van a surgir tesis en contra, negando la inicial.
  • Síntesis: Se supera la contradicción con una nueva tesis reforzada. Esta es más sólida ya que tuvo en cuenta, en su formulación, las contradicciones realizadas por la antítesis. Eso no quita que, con el tiempo, puedan surgir nuevas antítesis. Por ello, es un proceso circular.

Esta es la razón por la que se dice que la dialéctica no bloquea, sino que dinamiza generando nuevo conocimiento. Las contradicciones servirían como refuerzo de la tesis o para que surja otra totalmente nueva, si la anterior era totalmente fallida. De ahí que la refutabilidad sea característica esencial del método científico.

Un ejemplo muy sencillo para entender la dinámica de la dialéctica hegeliana:

  • Tesis: Todas las aves vuelan.
  • Antítesis: Existen aves que no pueden volar.
  • Síntesis: La mayoría de aves pueden volar, pero hay excepciones como los pingüinos o las gallinas, junto a otras especies, que no pueden.

Dialéctica marxista

Karl Marx convirtió la dialéctica en un método científico para explicar la evolución de la sociedad y su relación con la naturaleza. Este método fue llamado posteriormente por Engels como “materialismo histórico”. Esta teoría de Marx afirmaba que el conflicto social era el elemento gracias al cual se iba desarrollando la sociedad.

Hubo un primer momento, en la sociedad primitiva, en la que el hombre no se encontraba alienado y era dueño de sí mismo y de su voluntad. Y el factor por el cual el hombre avanzaba era por el trabajo. Al trabajar iba creando nuevas formas y condiciones de vida. El ser humano, al ser un ser social se agrupa en pequeñas sociedades y comienza a surgir la división social del trabajo. La forma de subsistencia pasa a ser el trueque. Así, hasta este momento el hombre vive en armonía y es dueño de su voluntad, ya que en la pequeña sociedad en la que vive todo es compartido y todo el mundo forma parte de la producción.

Este escenario acaba con la aparición de los mercados, los hombres comienzan a atesorar bienes y a venderlos a precios artificiales, rompiendo con la armonía de la sociedad primitiva. A partir de aquí, la historia va experimentando numerosos cambios de escenarios en la que la tecnificación de la sociedad es cada vez más avanzada, lo que provoca que la alienación de los hombres también sea mayor. Esto ha alcanzado su mayor expresión con el capitalismo contemporáneo, y será el comunismo, es decir, el último escenario, el que rompa con esta dinámica y libere al ser humano de la esclavitud sometida por el mercantilismo.

El motor que mueve esta evolución social es la lucha de clases, aquí está el componente dialéctico. La historia del ser humano es la lucha entre los poseedores de los medios de producción y los obreros, cuya única fuerza es su trabajo. Así, esta contradicción no paraliza la historia, sino que, como diría Heráclito, la dinamiza. La revolución, según Marx, sería la encargada de agilizar este imparable cambio.