Crédito
Un crédito es una operación de financiación donde una persona llamada ‘acreedor’ (normalmente una entidad financiera), presta una cierta cifra monetaria a otro, llamado ‘deudor’, quien a partir de ese momento, garantiza al acreedor que retornará esta cantidad solicitada en el tiempo previamente estipulado más una cantidad adicional, llamada ‘intereses’.
Según algunos autores en economía, el crédito representa un cambio que actúa en el tiempo, en lugar de en el espacio, por lo que también se le considera “alternar dinero del presente, por el dinero en el futuro”. La palabra deriva del latín credititus, que significa ‘confianza’, por ende, un crédito es el derecho que tiene el acreedor a recibir de parte del deudor, la cantidad prestada.
Así, el crédito será la confianza que se tiene en la capacidad de cumplir y en la solvencia de un individuo, de saldar dicha obligación contraída. Llegado el caso de que el deudor no pudiera hacer frente al crédito que le fue concedido, el acreedor se encuentra en su derecho de comenzar acciones legales (véase concurso de acreedores).
Ventajas y desventajas de los créditos
Los créditos presentan ventajas como las siguientes:
- Permiten al deudor realizar inversiones o compras, pese a no contar con la liquidez suficiente en el presente. Sin embargo, quien recibe el crédito, en teoría, tiene la capacidad para devolver el crédito en el futuro, aunque sea, por partes.
- Es una forma de salir de una emergencia o de un apuro, ante lo cual se requiere de liquidez hoy.
- Permiten a las personas efectuar importantes pagos, por ejemplo, para estudiar una maestría o adquirir un bien de alto costo. Este tipo de compras sería menos accesible si no existieran los créditos.
- Desde un punto de vista macroeconómico, permiten dinamizar el consumo hoy, lo cual también impulsa la actividad económica.
- Sin embargo, los créditos también tienen algunas desventajas:
- Los deudores no solo deben devolver el principal del crédito, sino que deben pagar intereses que representan el costo de usar el dinero hoy y devolverlo en el futuro. Así, en términos absolutos, comprar a crédito es más caro que pagar en efectivo.
- Nada garantiza al 100% que en el futuro el deudor no enfrente alguna dificultad económica que reduzca su capacidad para devolver el crédito adquirido. Si esto sucediera, el prestatario caería en moratoria.
- Los créditos, en particular los de consumo, pueden incentivar a las personas o familias a consumir por encima de sus posibilidades de ahorro. Así, pueden caer en un endeudamiento permanente, si se dejan llevar por la cultura del consumismo.
Tipos de créditos
Los créditos pueden clasificarse en función a distintos criterios, por ejemplo, en base a su duración, pueden ser de corto plazo o de menos de un año, de mediano plazo si duran entre uno y cinco años, o de largo plazo si son a más de 5 años. Cabe aclarar que los plazos mencionados son referenciales.
Asimismo, los créditos, de acuerdo con su tipo de respaldo, pueden ser: quirografarios, si no tienen una garantía específica (tan solo la declaración de un aval); o prendarios, cuando el deudor entrega un bien en garantía.
Otra forma de clasificar a los créditos es en función de su finalidad. Así, puede tratarse de: créditos personales, cuando financian una necesidad específica en un momento determinado, como un viaje; créditos al consumo, cuando se destinan a adquirir un bien de larga duración como un artefacto electrónico; créditos de estudios, cuando financian estudios universitarios o de posgrado; créditos para empresas, cuando buscan cubrir la necesidad de una compañía en su actividad empresarial; o hipotecas, cuando el objetivo es financiar la adquisición de un bien inmueble.
Para conocer más te invitamos a leer: Tipos de créditos y préstamos
Origen de los créditos
El origen de los créditos data de alrededor del 3.000 AC. Se tiene evidencia, según distintas fuentes revisadas, que este tipo de operaciones se dieron en Mesopotamia.
Asimismo, existieron operaciones de crédito en la antigua Grecia y Roma. Los romanos llegaron a establecer leyes, tanto para regular los intereses como para castigar el impago de las deudas.
Ejemplo de crédito
Un ejemplo de crédito puede ser aquel que se otorga a Luis Fernando Carpio por 20.000 dólares, por un periodo de catorce meses.
El deudor deberá devolver el préstamo con cuotas mensuales a un tipo de interés anual de 5%. Así, bajo un sistema de amortización francés, cada cuota será de 1.472, 89 dólares.
Crédito revolvente
Un crédito en la modalidad revolving es aquel que puede usarse reiteradamente hasta un límite. La cantidad total va disminuyendo con cada crédito y aumenta al ser liquidada. Las tarjetas de crédito son la modalidad revolving más extendida en la banca, donde la diferencia entre lo facturado y lo pagado, llamada ‘saldo’, genera una nueva deuda a la que se le aplica la tasa de interés actual y se le suma al saldo de deuda, correspondiente a los períodos precedentes.
Muy ligado a la capacidad de devolución de una deuda, se deben conocer previamente los tipos de deuda.
Principales diferencias entre un crédito y un préstamo
Una de las consultas y dudas más recurrentes, suele ser la diferencia entre crédito y préstamo. Aunque se suelen tratar como lo mismo, no lo son. De hecho, aunque tienen muchas cosas en común, conocer las diferencias puede hacernos aprovechar el dinero de una forma mucho más eficiente.
En términos generales, el préstamo es en forma mucho más acotado que el crédito, el cual es más flexible. Digamos que el préstamo se concede todo de una vez, el crédito es dinero disponible el cual podemos utilizar o no. A través de este enlace, puede acceder a las diferencias de forma detallada con ejemplo incluido.