Línea de crédito

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Una línea de crédito es un contrato por el cual la entidad financiera pone a disposición del usuario una cierta cantidad de dinero por un período determinado.

Durante ese plazo, el individuo puede usar una parte o toda la línea de crédito. Así, finalizado el mes, el deudor contará con un lapso, por ejemplo de dos semanas, para devolver lo consumido más intereses. Solo se cobrará intereses por la parte utilizada de la línea de crédito.

Este tipo de crédito, además, suele reponerse automáticamente. Es decir, si la línea de crédito del cliente es de US$ 10.000 mensual, aunque haya gastado solo US$ 3.000 en octubre, su saldo en noviembre volverá a ser de US$ 10.000. No es acumulable.

La entidad financiera recibirá a cambio la devolución de la cantidad utilizada así como un tipo de interés más otras comisiones. Este tipo de interés dependerá de la cantidad dispuesta por la otra parte. Solo cobrará intereses por el tiempo y el monto utilizado de la línea de crédito.

Gastos financieros con la línea de crédito

Los gastos financieros con la línea de crédito se calculan únicamente en función del capital del que dispuso el usuario. Por ejemplo, veamos el caso de una tarjeta de crédito con una línea de US$ 10.000. Si la persona solo usó US$ 5.000 y el tipo de interés es de 2%, los intereses por pagar son US$ 100.

Es importante mencionar además que el acreedor puede cobrar alguna comisión si el cliente no ha utilizado la totalidad o parte del préstamo. Ello, en función de lo que permite la regulación de cada país.

Principales elementos de una línea de crédito

Estos son los principales elementos que intervienen en una línea de crédito:

  • Cantidad máxima disponible: Cuantía máxima de la que puede disponer el cliente.
  • Vencimiento: Es el plazo de finalización de la línea de crédito. Normalmente suele ser de un año aunque puede ser superior si así lo establece el contrato.
  • Tipos de interés y gastos: En función de lo que se estipule en el contrato, repercutirán diversos gastos sobre el cliente. Como norma general, el gasto principal es el tipo de interés pagado por el efectivo dispuesto.

Ventajas de una línea de crédito

Estas son las principales ventajas de las líneas de crédito:

  • Flexibilidad: Durante la vigencia del contrato el cliente puede disponer del dinero en el momento que quiera. También puede establecer las cantidades de disposición como mejor le convenga, siempre que no supere el límite preestablecido.
  • Facilidad: En la práctica, su operativa es como una cuenta corriente. La entidad financiera deposita el dinero en una cuenta de crédito, facilitando la gestión por parte del cliente. Que la operativa sea como una cuenta corriente favorece la rapidez de obtención del dinero.

Inconvenientes de una línea de crédito

Los principales inconvenientes de una línea de crédito son los gastos potenciales que pueden repercutir sobre el cliente:

  • Gasto de Formalización del contrato: Se suele realizar ante notario, por lo que, supone un gasto extra para el deudor.
  • Comisión de apertura: En el caso de que se aplique, suele ser un porcentaje sobre la cantidad total disponible.
  • Interés sobre lo dispuesto: Es la base fundamental por la que la entidad financiera realiza este tipo de contrato. Se establece un tipo de interés sobre la cantidad usada por la otra parte.
  • Interés sobre lo no dispuesto: Cabe la posibilidad de que también se establezca en el contrato. Es un tipo de interés que se establece sobre la cantidad que el cliente no ha usado en relación con el total disponible. Será menor que el tipo fijado para la cantidad dispuesta.
  • Interés sobre lo excedido: Se produce el pago cuando el cliente excede la cantidad dispuesta del límite disponible. En este caso, el tipo de interés suele ser superior al establecido para la cantidad dispuesta.

Diferencia entre línea de crédito y préstamo regular

La primera diferencia entre una línea de crédito y un préstamo regular es la libre disposición. En el primer caso, como explicamos anteriormente, no es necesario utilizar todo el saldo aprobado.

En cambio, si nos referimos a un préstamo común, se otorga una cantidad fija de dinero. Dicho capital debe ser devuelto dependiendo del método de amortización financiera elegido, por ejemplo, en varias cuotas iguales.

Otro tema a tomar en cuenta es la renovación. Una línea de crédito puede reponerse indefinidamente. Por el contrario, un préstamo se extingue una vez que termina de reintegrarse al acreedor.

Asimismo, cabe notar que el tipo de interés es menor en un préstamo que en una línea de crédito.

Por todo lo explicado, podemos concluir que cuando se necesita una elevada financiación y no se puede regresar el crédito en el corto plazo, lo recomendable es recurrir a un préstamo.

En cambio, se sugiere una línea de crédito cuando el usuario requiere de un saldo circulante. Este puede disponerse para los gastos corrientes (servicios, alimentación, etc.) o incluso para procesos de larga inversión como el equipamiento progresivo de una oficina. Imaginemos que todos los meses la persona compra, por ejemplo, un nuevo mueble o artículo para su espacio de trabajo.

¿Por qué usar una Línea de Crédito?

El uso de la línea de crédito está muy extendido en el sector empresarial. Supone una fuente de financiación muy útil para las empresas para poder gestionar su tesorería de una manera más eficiente. Esto ayuda a realizar pagos puntuales que no se podrían acometer con el mero efectivo generado por la tesorería. Ejemplo de ello podría ser: sueldos y salarios, pago a proveedores, gastos extraordinarios no previstos, etc.

Es aconsejable usarla solamente cuando se producen desfases en la tesorería. Es decir, malas estimaciones de los flujos de efectivo que se compensan con esta fuente de financiación.