Capacidad de pago

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La capacidad de pago es un indicador que trata de medir la probabilidad que tiene un individuo o una entidad para incumplir sus obligaciones financieras con un acreedor. 

Capacidad de pago es la probabilidad existente de que una empresa o un individuo puedan incumplir con el pago de sus deudas con uno o varios acreedores. Esta magnitud se usa como un indicador que trata de medir la solvencia de la compañía frente a sus deudas, capacitando para la toma de decisiones en relaciones de endeudamiento con los distintos acreedores.

Es un indicador muy utilizado, habitualmente, en el sector bancario. La capacidad que tiene este para medir el rating crediticio de una persona, le lleva a ser utilizado de forma reiterada para la evaluación en la aprobación, o negación, de créditos.

Aunque su uso está muy ligado a la banca, esta magnitud también se puede utilizar de manera individual. Este indicador también es muy útil para la toma de decisiones en nuestra economía doméstica.

¿Para qué sirve la capacidad de pago?

La capacidad de pago es un indicador bastante completo. Hablamos de un indicador que mide la solvencia de una persona o una compañía para hacer frente a posibles deudas. Cuando uno quiere pedir un préstamo bancario, así como una línea de crédito, esta magnitud es una de las múltiples estadísticas utilizadas para la toma de decisiones en la aprobación de dichos productos financieros.

También en las finanzas personales. De la misma forma, cuando solicitamos un microcrédito, una hipoteca, así como una tarjeta de crédito, la capacidad de pago también es un indicador fiable. La capacidad de pago se ha convertido en un indicador muy recurrente para el control de las finanzas personales. Con este indicador, de forma rápida y precisa, podemos conocer la capacidad que tienen nuestras finanzas para soportar un determinado endeudamiento.

En el mundo empresarial, la capacidad de pago es un indicador muy utilizado. Junto con otros, la capacidad de pago es uno de los muchos indicadores utilizados en el día a día de una compañía. Este nos muestra la capacidad que tenemos para hacer frente al pago de acreedores, la adopción de inversiones, así como la toma de decisiones en el departamento financiero. También la relación con proveedores, donde se utiliza para adoptar decisiones de manera continua.

La capacidad de pago, en escenarios donde lo que se mide es la capacidad de pago de un país o un territorio, se relaciona con otros indicadores. Para medir la solvencia relativa de un país ante el pago de sus obligaciones, en economía, la capacidad de pago adopta el nombre de prima de riesgo. Aunque no viene a ser lo mismo, la prima de riesgo es un indicador generalizado para la deuda soberana que mide el riesgo existente de que un país en comparación con otro no cumpla las obligaciones con sus acreedores. Así, un país que tenga una menor prima de riesgo, probablemente tenga mayor capacidad de pago.

A mayor capacidad de pago, el coste de endeudamiento con los acreedores tiende a ser menor. Mientras que, a menor capacidad de pago, el riesgo de impago se incrementa y el coste de la deuda, o endeudamiento, tiende a ser más elevado.

¿Cómo se calcula la capacidad de pago?

El análisis de la capacidad de pago es un análisis necesario, siempre y cuando queramos acudir a una entidad financiera para solicitar un endeudamiento, así como si queremos controlar nuestras finanzas personales. Conocer nuestra capacidad de pago no solo tiene ventajas para la toma de decisiones, sino que nos permite saber la capacidad de endeudamiento que poseen nuestras finanzas de forma sencilla y precisa.

Aunque no existe un consenso genérico en el análisis que se realiza para medir la capacidad de pago de un individuo o persona, las entidades financieras si suelen tomar en consideración una serie de variables comunes. Estas variables nos permitirán conocer, mediante una simple fórmula, la capacidad de pago que tiene la empresa o el individuo.

Si queremos saber la capacidad de pago, para ello necesitaremos conocer los siguientes datos:

  • Ingresos
  • Gastos
  • Disponible
  • Gastos imprevistos
  • Gastos eventuales

(*) Recordemos que los ingresos deben calcularse una vez hayamos descontado los impuestos.

En primer lugar, hacemos una relación de ingresos, donde incluimos todas las fuentes de ingresos. De tener ingresos variables, debemos calcular el promedio de estos ingresos, de modo que podamos extraer una variable más constante:

  • Salario/mes: 2.000$
  • Alquiler bajo comercial/mes: 800$
  • Servicios extra como autónomo/mes: 200$

En segundo lugar, hacemos, de la misma forma, un listado de todos nuestros gastos. Aquí metemos gastos fijos y variables. Si tenemos un gasto que no se da de forma mensual, podemos hacer un prorrateo, de modo que nos quede una cuota mensual para la comparación útil de variables:

  • Hipoteca: 250$
  • Transporte: 50$
  • Ocio: 200$
  • Alimentación: 200$
  • Gastos luz y agua, internet, etc.: 100$

En tercer lugar, una vez tenemos los ingresos totales, así como los gastos totales, vamos a proceder a calcular el disponible. La fórmula para calcular el disponible es bastante fácil, pues basta con restar ingresos y gastos. La diferencia resultante se considera el disponible:

  • Total ingresos: 3.000$
  • Total gastos: 800$
  • Disponible: 2.200$

En cuarto lugar, dado que no solemos tener una vida tan constante, en nuestro día a día pueden aparecer imprevistos o gastos que, por ser eventuales, no podemos cuantificar de forma tan sencilla. Para ello, vamos a proceder al método para calcular tanto gastos eventuales, como imprevistos. Basta con añadir una serie de porcentajes al valor disponible, resultante de la resta entre el total de ingresos y el total de gastos.

Para los gastos imprevistos, aplicaremos el 20% del valor disponible. Mientras que, para los gastos eventuales, aplicaremos un 10% sobre el valor disponible, pero después de imprevistos. Veamos a continuación:

  • Gastos imprevistos: Valor disponible * 0,20 = X
  • Disponible después de imprevistos: Valor disponible – X = Y

Procediendo al cálculo, obtenemos lo siguiente:

  • Gastos imprevistos: 2.200$ * 0,20 = 440$
  • Disponible después de imprevistos: 2.200$ – 440$ = 1.760$

Ahora procedemos a calcular el disponible después de gastos eventuales:

  • Gastos eventuales: Disponible después de imprevistos * 0,10 = X
  • Disponible después de eventuales: Disponible después de imprevistos – X = Y

Ahora, procedemos al cálculo y obtenemos lo siguiente:

  • Gastos eventuales: 1.760$ * 0,10 = 176$
  • Disponible después de eventuales: 1.760$ – 176$ = 1.584$

De esta forma, ya estaría todo calculado y solo nos quedaría saber nuestra capacidad de pago. Para ello, lo vamos a calcular, de forma que lo podamos situar dentro de un rango, en términos relativos. De esta forma, si queremos conocer la capacidad de pago, de forma porcentual, realizamos la siguiente fórmula:

  • Capacidad de pago: Disponible después de eventuales / Total de ingresos = X

Si procedemos al cálculo obtenemos lo siguiente:

  • Capacidad de pago: 1.584$ / 3.000$ = 0,528
  • Capacidad de pago (%): 52%

De esta forma, hemos obtenido que la capacidad de pago en el supuesto es muy elevada. 

Los parámetros entre los que se considera la medición son:

  • Por debajo del 10%: capacidad baja.
  • Entre el 10% y el 30%: capacidad media.
  • Superior al 30%: capacidad alta.

Dado que la capacidad en el ejemplo es del 52%, nos encontramos con que la capacidad de pago en este supuesto sería alta, por lo que -por lo general- no debería tener problemas a la hora de cumplir con las obligaciones financieras.