Asesor contable

El asesor contable, por tanto y como su propio nombre indica, es aquella persona que, dentro de una o varias empresas, se encarga de llevar la contabilidad. Y es que, aunque hayamos dicho que el contable es el profesional encargado de llevar la contabilidad de una empresa, lo cierto es que muchos de estos asesores contables trabajan como trabajadores autónomos, y prestan sus servicios a diversas compañías.

No obstante, ya sea de forma autónoma o como asalariado en una empresa, el asesor contable es el que, como su propio nombre indica, asesora sobre la situación financiera y contable de la compañía.

Como sabemos, la contabilidad es uno de los elementos más importantes dentro de una empresa. Gracias a la contabilidad, registramos todos los movimientos económicos que hace la firma, lo que gasta, lo que ingresa, lo que factura, lo que genera, entre otros aspectos. Gracias a la contabilidad, podemos tomar decisiones de una mejor manera, a la vez que conocemos la información y podemos analizarla para mejorar la gestión y optimizar los recursos. Por esta razón, es tan importante la figura del asesor contable para la empresa.

Este asesor contable debe contar con una formación, preferiblemente universitaria, en materia de contabilidad. A la vez que, de querer auditar nuestras cuentas, debe estar registrado, en aquellos países que así lo requieran, en el registro de auditores. Y todo ello, respetando las reglas que establece la normativa contable en el lugar que desempeñe su profesión.

Dicho esto, veamos las características más importantes que definen a este perfil profesional:

• Es un profesional, economista o licenciado en contabilidad, administración de empresas o similar.
• Cuenta con formación en economía, en ramas como la contabilidad y las finanzas en general.
• Puede desempeñar sus labores para una empresa, o para varias. Es decir, puede ser un asesor externo o interno.
• Se encarga de llevar la contabilidad dentro de la empresa.
• Debe suministrar información a la dirección.
• Debe analizar la información para optimizar y mejorar la gestión.
• Debe registrar todos los movimientos que realiza la empresa, y que implican una entrada, una salida, o una modificación de la caja.
• Es un profesional que debe conocer la legislación, especialmente, la normativa contable.

Entre los tipos de asesor contable que podemos encontrar, debemos destacar dos:

• Asesor contable freelance o consultora: Aquel que trabaja para nosotros de forma externa. Puede ser una consultora o un profesional contable.
• Asesor contable interno: En ocasiones, las compañías contratan a asesores contables internos para controlar la contabilidad de la empresa. Estos prestan sus servicios para la empresa en exclusividad, y únicamente llevan la gestión contable de esta.

Entre las funciones que lleva a cabo un asesor contable, destacamos las siguientes:

• Controlar la contabilidad de la empresa.
• Registrar los movimientos que esta realiza.
• Suministrar información a la directiva, para la toma de decisiones.
• Analizar la información financiera, para la maximización de los recursos.
• Gestionar la documentación que exige la legislación pertinente.
• Se encarga de gestionar el patrimonio de la compañía.
• Presenta los libros contables a las autoridades que corresponda.
• Se encarga de cumplir con la normativa contable que exige la legislación.

Entre los requisitos para ser asesor contable, debemos destacar que cada país exige una serie de requisitos a cumplir por aquel interesado en desempeñar esta profesión.

No obstante, el asesor contable será un profesional con conocimientos sobre economía, empresa y finanzas. Asimismo, debe poseer conocimiento sobre leyes, pues la normativa contable debe cumplirla en todo momento.

En definitiva, existen titulaciones que se centran en esta disciplina, pero no solo estas son las que permiten el acceso.

Un asesor contable debe presentar los siguientes rasgos:

• Ser ordenado.
• Cumplir con los plazos y ser puntual.
• Conocer la normativa contable en todo momento.
• Ser profesional y riguroso.
• Tener dotes comunicativas.
• Capacidad de resolución de problemas complejos.
• Capacidad de gestión de crisis.
• Buen desempeño al trabajar bajo presión.
• Control de las finanzas, y la economía en general.