Alquiler

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El alquiler es un proceso mediante el cual dos partes efectúan la cesión temporal de un bien o servicio a cambio de una contraprestación que generalmente es de tipo económico.

Es muy común que se identifique el concepto de alquiler con el de arrendamiento. Al igual que sucede en este último, se da el caso de un acuerdo entre una parte arrendadora y una arrendataria mediante la cual se disfruta de un determinado bien tras el debido pago de una compensación económica.

De hecho, a menudo suele entenderse que el concepto de alquiler se refiere específicamente a la acción de afrontar un arrendamiento entre dos partes. En ese sentido, tanto como arrendar como alquiler son entendidos como similares, por lo que la distinción entre ambos será con base en la naturaleza del bien o servicio en el que nos centremos (se emplea más el concepto de arrendamiento para el ámbito inmobiliario).

El pago de un alquiler puede tener lugar en solo momento como pago único, aunque es mucho más frecuente que se realice por medio de pagos periódicos o cuotas (generalmente mensuales).

Sectores económicos proclives al uso de alquiler

Aunque el mercado más habitual en el que se dan operaciones de alquiler es el de la vivienda, existen otros sectores destacados en bienes y servicios. Es habitual este tipo de prácticas en vehículos, herramientas, equipos de luz y sonido, instrumentos musicales o incluso para empresas de catering y organizadoras de eventos.

Además en los últimos años, con el avance de las nuevas tecnologías y plataformas digitales ha proliferado enormemente el ejemplo de los servicios de streaming. Estos servicios consisten básicamente en suscripciones a servicios multimedia que, en su esquema más básico, pueden definirse como alquileres de contenidos.

Otros aspectos del alquiler

En muchos casos aparece el concepto de subalquiler, donde la persona física o jurídica que paga por disfrutar de un bien en particular (de tipo inmueble en la mayoría de casos) ejerce a su vez la labor de arrendador con un tercero.

Esta práctica se observa en casos de alquiler de vehículos, donde las empresas dirigidas a dicha actividad cuentan con flotas de vehículos a su vez alquiladas o adquiridas mediante contratos de renting o leasing.