Ahorro bancario
El ahorro bancario son todos aquellos recursos financieros, procedentes del ahorro personal, que están depositados, en alguna de sus formas, en entidades financieras y de crédito.
El ahorro bancario es, en general, todos los recursos monetarios depositados, en cualquiera de sus formas, en una entidad bancaria. En este sentido, cualquier producto contratado, en sus diversas modalidades, entre un particular y la entidad bancaria, y que suponga una cesión de recursos de ahorro, sería considerado ahorro bancario.
¿Cómo se desarrolla el ahorro bancario?
Las personas y las organizaciones suelen acudir a las entidades bancarias para guardar y rentabilizar su dinero. Esto es, debido a que, además de ser una forma segura, es la vía principal por las que se realizan las transacciones de pagos. Es decir, tanto gastos (recibos) como ingresos (salarios).
Sin embargo, también existen otras modalidades de ahorro no bancario. El hecho de guardar dinero en casa o en productos de ahorro no bancarios, son ejemplos de ahorro no bancario. Por ejemplo, en España, poseer un plan individualizado de ahorro sistemático (PIAS), que puede ofrecer una aseguradora, también es un ejemplo de ahorro no bancario.
Los ahorradores que depositan sus ahorros en entidades bancarias están protegidos por un organismo público que respalda hasta una cantidad límite. En el caso de la zona del euro. si un banco quiebra, o no cuenta con liquidez suficiente para atender la demanda de retirada de fondos, existe un organismo que cubre hasta 100.000 euros. Este organismo, llamado Fondo de Garantía de Depósitos, respalda dicha cantidad por cuenta y titular en los casos mencionados.
Tipos de productos de ahorro bancario
Entre los principales canalizadores del ahorro bancario cabe destacar los siguientes:
- Cuentas corrientes o cuenta de ahorro a la vista: Suelen ser cuentas con libre movilidad de los recursos y disponibilidad inmediata. En esta, el particular puede realizar ingresos corrientes y recibir pagos habituales. Se trata de un producto de alta liquidez y reducido o nulo interés.
- Cuentas de ahorro: Son similares a las anteriores, con la diferencia de que en estas cuentas no se puede realizar transacciones como las anteriores. Estas sirven para depositar excedentes y aquel capital que se vaya a destinar al ahorro, por lo que suelen estar mejor remuneradas.
- Depósito o cuenta a plazos: Son las imposiciones a plazo fijo que suelen contar con reducida disponibilidad. Es decir, menos liquidez pero, a cambio, obtienen una mayor rentabilidad. Esta viene derivada de ceder el dinero sin hacer uso de el durante un tiempo. Ver ahorro a plazo