Ahorro a plazo
El ahorro a plazo son aquellos recursos puestos a disposición de una entidad durante un tiempo a cambio de la obtención de una rentabilidad o lucro.
El ahorro a plazo en rasgos generales es un contrato entre dos partes (aunque pueda haber varios interesados por una de ellas) en las que durante un tiempo, que puede ir desde meses a años, una de las partes cede la disponibilidad a otra con el ánimo de obtener un rendimiento al término de ese tiempo o durante el transcurso del mismo. El ahorro a plazo se produce a través de cuentas de imposición o depósito, que es el nombre que toma el producto financiero de ahorro a plazos.
A diferencia del ahorro a la vista, el ahorro a plazo cuenta con restricciones a la movilidad y disponibilidad de los recursos cedidos a la entidad financiera una vez firmado el contrato, de tal forma que, según lo pactado, la persona (física o jurídica) cedente del dinero se compromete a no rescatar la inversión antes de tiempo, y en el caso de que se produjera este hecho, tendría penalizaciones. En cambio, la entidad que obtiene la gestión del capital se compromete a abonar unos intereses al cedente por el tiempo en que se le ha prestado el dinero.
Características del ahorro a plazo
Las características del ahorro a plazo son las siguientes:
- Tienen fecha de vencimiento: Los contratos de imposiciones o depósito tienen una fecha de conclusión, a partir de la cual existe disponibilidad total del dinero, y pasa a convertirse en ahorro a la vista, puesto que no existe delimitación alguna con las transacciones del dinero, aunque cabe la posibilidad de renovación automática del contrato.
- Tienen un mayor interés que el ahorro a la vista y cuenta corriente: El mayor interés es el precio del préstamo del dinero a la entidad por un tiempo definido, es decir, la misma operación que realizan los bancos con sus clientes cuando les otorgan, por ejemplo, hipotecas.
- Están sujetos a restricciones y penalizaciones en el caso de alteración o rotura del contrato: Por ejemplo, existen depósitos en los que no cabe posibilidad alguna de rescatar el dinero antes del vencimiento, pero también existe la posibilidad de disponer del dinero antes de la fecha de vencimiento a cambio de pagar unas comisiones o reducir el interés a abonar.
- Las cuentas de depósito son únicamente para inmovilizar el dinero y cobrar los intereses: No se permite operar con estas cuentas para pago de recibos, cobro de nóminas o traspasos entre cuentas.