Activo libre de riesgo
Un activo libre de riesgo es aquel cuya rentabilidad es conocida con anterioridad y no presenta, a priori, riesgos. Es decir, que no presenta volatilidad (o presenta mucho menos que el resto de activos) y, por tanto, su valor no cambiará sustancialmente con el tiempo.
Los activos libres de riesgo representan la inversión más segura entre las ofrecidas en el mercado. Además, son el punto de referencia en la relación entre estas dos variables, la cual está expresada en la frontera de carteras eficiente.
Un tema esencial en el mundo de las finanzas, especialmente en el estudio de carteras de inversión, es la relación entre rentabilidad y riesgo. Cuanto mayor riesgo presente un activo, mayor será la rentabilidad esperada de dicho activo. En consecuencia, los activos libres de riesgo tendrán una rentabilidad muy reducida.
El ejemplo por excelencia de un activo libre de riesgo es la deuda pública de un país muy solvente.
¿Por qué se invierte en activos libres de riesgo?
Los activos libres de riesgo son la opción preferida por los inversores más conservadores. Esto es debido a que están dispuestos a sacrificar sus beneficios a cambio de obtener una mayor seguridad.
Su rentabilidad, además, es considerada como el valor mínimo que puede obtenerse en el mercado; ya que si la rentabilidad de un activo sin riesgo fuera, por ejemplo, un 1%, ningún inversor estaría interesado en un proyecto que ofreciera menor rentabilidad. Por este motivo se considera que cualquier inversión, con riesgo, cuya rentabilidad sea inferior a la de estos activos, no tiene sentido.
Diferencia entre activo libre de riesgo y activo refugio
Hay que saber distinguir los activos libres de riesgo de los activos “refugio”. Estos suelen presentar volatilidades muy bajas, pero no nulas. Incluso, estos pueden llegar a ser anticíclicos con respecto a la coyuntura económica. Es decir, que su valor aumenta cuando la economía decrece y viceversa. Un ejemplo de ello es el oro.
La experiencia, tras analizar los siglos XIX y XX, ha demostrado que la deuda pública no está tampoco exenta de la posibilidad de impago. Y es que, en conclusión, podemos decir que es difícil afirmar la existencia real de activos libres de riesgo, sin generar fuertes controversias. No obstante, en su lugar, pueden emplearse algunos valores de referencia. Habitualmente de deuda pública o refugio.