Acción al portador

3 min

Una acción al portador es aquella donde el propietario es quien posee el titulo físicamente. Y por lo cual, no existe nombre alguno del propietario en el mismo. Su mera tenencia presupone la propiedad de las acciones y por tanto otorga la calidad de accionista.

Es un tipo de título emitido por una sociedad o empresa, donde no figura nombre alguno en los libros sociales de la compañía. Al contrario que ocurre con las acciones nominativas, donde si hay registros en los libros de la compañía. Será entonces el tenedor de la misma, el que acredite ser el propietario.

Una acción al portador facilita el trabajo a las compañías que las emiten. Ya que su transmisión en mucho más sencilla que las acciones nominativas. Simplemente, bastaría con el intercambio del título, sin tener que hacer apuntes en los registros mercantiles.

Ventajas de una acción al portador

Las acciones al portador tienen una serie de ventajas en relación a otro tipo de acciones. Vamos a comentar las principales:

  • Sencillez en su transmisión. La transmisión de un propietario a otro se hace mucho más rápido que las acciones nominativas. Pues con el simple «cambio de manos» es suficiente. En las acciones nominativas requiere introducir unos registros en los libros de la sociedad, por lo que, el tiempo de transmisión es mayor.
  • Reducción de gastos. La no necesidad de registro legal, hace que se reduzcan costes en relación a otras acciones que si tienen esa obligación.
  • Anonimato del propietario. Al no existir registro alguno de la acción, no se conocen en principio a los propietarios de estas acciones. Y por consiguiente, tampoco a la participación que pueda tener en la compañía.

Desventajas de una acción al portador

Debido al grado de opacidad que tiene este tipo de acciones, se ha ido incrementando la limitación de su operativa con el paso del tiempo. Sobre todo, la no titularidad de este tipo de títulos, han ido creando restricciones tanto legales como bancarias. No obstante, las limitaciones creadas tienen un mismo foco, la lucha contra el blanqueo de capitales.

Veamos a continuación algunas de las desventajas para los poseedores de este tipo de acciones:

  • Limitación de su flexibilidad. Debido a la constante lucha contra el blanqueo de capitales y el fraude fiscal, se ha ido limitando el uso de estas acciones. Incluso, en aquellos países conocidos como paraísos fiscales. Con el objetivo de que quede registrado el cambio de titular de la acción, se opta por una inmovilización de la misma. Es decir, que quede depositada en una entidad financiera. Lo que supone un perjuicio para su rápida transmisión de un propietario a otro.
  • Limitación bancaria. Las entidades bancarias también realizan un fuerte esfuerzo para prevenir el blanqueo de capitales. En este sentido, los bancos suele evitar tener como clientes, a empresas que tengan capital emitido en acciones al portador. Debido a la falta de identidad del propietario de esas acciones. Y en el caso de que acepten a este tipo de clientes, la solución a ello es lo comentado en la anterior desventaja. Es decir, que las acciones queden depositadas en el banco, y así tienen un mayor control de las mismas.