Definición de sulfato

El término latino sulphur, que puede traducirse como “azufre”, derivó en sulfato. Se trata de la sal, ya sea orgánica o mineral, que compone el ácido sulfúrico (un compuesto químico de fórmula H2SO4).

Puede decirse, por lo tanto, que las sales que forman un ácido sulfúrico reciben el nombre de sulfatos. Estas sales se componen de cuatro átomos de oxígeno que rodean un átomo de azufre ubicado en el centro.

Otros datos de interés acerca del sulfato son los siguientes:
-El sulfato se puede encontrar en casi todas las aguas que son naturales.
-Es importante determinar que una excesiva presencia del citado elemento en el agua puede provocar que la persona que toma esa bebida acuda mucho más al baño de lo habitual. Y es que tiene un poder laxante.
-Se establece, por parte de la Unión Europea, que el máximo de sulfato en el agua para el consumo humano debe ser de 250 mg/l. Si la cantidad es mayor no sólo puede ser perjudicial para la salud sino que, además, puede provocar que el agua al beberse tenga un sabor realmente amargo.

En el caso de los sulfatos orgánicos, se desarrollan de un alcohol y cloruro de sulfurilo con una base o de un alcohol y de ácido sulfúrico. Por lo general, este tipo de elementos son cancerígenos.

Los sulfatos inorgánicos surgen por la oxidación de ciertos sulfuros (azufre más un radical o un elemento químico). A nivel natural puede hallarse como baritina, yeso u otra sustancia.

El sulfato de aluminio, por ejemplo, se emplea como coagulante o como purificador de agua. Para obtener este sulfato, se debe disolver hidróxido de aluminio en ácido sulfúrico.

También como coagulante se usa el sulfato de calcio, cuya fórmula es CaSO4. El sulfato de potasio o arcanita, por su parte, es un sólido cristalino que suele utilizarse como fertilizante de tipo inorgánico.

Otro sulfato muy utilizado es el sulfato de magnesio. En el ámbito de la medicina, se utiliza para desinflamar y relajar los músculos. Además los jardineros y los agricultores acuden a este sulfato cuando se necesita añadir magnesio al suelo. Gracias a su elevada solubilidad, el sulfato de magnesio es una mejor opción frente a otras clases de aditivos de magnesio.

Además de los distintos tipos de sulfatos ya destacados podemos hacer mención a otros igualmente relevantes como son estos:
-El sulfato de sodio, también llamado sulfato sódico, que destaca por ser incoloro y que se utiliza para una larga lista de funciones tales como aditivo en la fabricación de lo que es vidrio, como elemento desecante en las distintas industrias del sector químico, como desinfectante e incluso como componente en la fabricación de celulosa.
-El sulfato de amonio, que se identifica por tener aspecto de cristales y un notable color blanco. Por regla general, es empleado como floculante y se ha convertido en uno de los aliados perfectos de multitud de agricultores a la hora de conseguir que la tierra esté en perfecto estado para conseguir las mejores hortalizas. No obstante, tampoco hay que pasar por alto que recibe el nombre de sulfato de diamonio, sulfato amónico, dolamin y actamaster.

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