Definición de sostenible
El adjetivo sostenible refiere a algo que está en condiciones de conservarse o reproducirse por sus propias características, sin necesidad de intervención o apoyo externo. El término puede aplicarse sobre diversas cuestiones: métodos productivos, procesos económicos, etc.
Cuando se habla de desarrollo sostenible, por ejemplo, se está haciendo mención a la posibilidad de lograr que una región crezca a partir de la explotación de sus recursos, sin que dicha explotación lleve a poner en riesgo la existencia futura de los recursos en cuestión. El desarrollo sostenible también contempla que el crecimiento se consiga sin injerencia del exterior.
Algo sostenible puede mantenerse y reproducirse por sus propias condiciones.
Características del desarrollo sostenible
Si un país basa su desarrollo económico en créditos que le concede otra nación, no podrá hablarse de un crecimiento sostenible porque la posibilidad de mantener las condiciones no está en sus manos.
Lo mismo ocurriría si el país crece a partir de una sobreexplotación de sus recursos naturales no renovables: tarde o temprano, el crecimiento será interrumpido. Por eso el desarrollo sostenible es aquel que se logra sin perjudicar al medio ambiente y sin poner en riesgo las posibilidades de desarrollo de las generaciones futuras.
De la energía al turismo
Es posible hablar de energía sostenible cuando las fuentes energéticas pueden renovarse y, por lo tanto, no hay riesgo de que se agoten. Un sistema energético basado en la energía eólica o en la energía solar será sostenible, a diferencia de uno que se sustente en combustibles fósiles.
El turismo sostenible, por su parte, consiste en la actividad turística cuya huella ambiental es reducida o nula. Un viaje que contemple desplazamientos en bicicleta, caminatas para conocer los atractivos del lugar y pernoctes en un establecimiento equipado con energía solar podrá enmarcarse en este tipo de turismo.
La energía eólica es sostenible ya que no tiene riesgo de agotarse.
Agricultura sostenible
El concepto de agricultura sostenible es sinónimo de agricultura ecológica y se centra tanto en conseguir que los cultivos sean viables a nivel económico como en que los recursos no renovables sean usados de la manera más eficaz posible, abriendo las puertas a alimentos nutritivos que mejoran la calidad de vida de todas las personas que las consumen, partiendo de los agricultores mismos.
Una finca en la que se practica la agricultura sostenible es también un centro de reciclaje, dado que el estiércol y los residuos de cultivos pueden convertirse en fertilizantes, así como el agua de lluvia, en la fuente de sustento para el sistema de riego.
Prácticas agrícolas recomendadas
Una de las prácticas más recomendables es la rotación de cultivos, un sistema tan sencillo como antiguo que sirve principalmente para mantener el suelo saludable. En pocas palabras, se busca que cada cultivo colabore con la recuperación de los nutrientes del suelo que ha agotado el anterior. Este método tiene muchos beneficios, como ser que reduce las plagas, controla más eficazmente las malas hierbas y previene la transmisión de enfermedades.
Otra práctica muy beneficiosa que se asocia a la agricultura sostenible es la diversidad de cultivos, con la consiguiente prevención de plagas y enfermedades. Una opción consiste simplemente en la siembra de variedades de una misma especie. En cualquier caso, se obtiene una mayor resistencia a los potenciales ataques y una menor necesidad de recurrir a pesticidas.
Por otro lado se encuentra el control de plagas a través de un sistema que permita identificarlas y distinguir entre las que conviene eliminar y las que no. Cabe mencionar que algunas no dañan los cultivos significativamente, por lo que invertir grandes sumas de dinero e infraestructura para combatirlas no suele resultar viable a nivel económico. Además, es importante aprender a prevenir su aparición en lugar de simplemente reaccionar una vez que el ataque haya comenzado; para ello son muy útiles los dos métodos antes mencionados junto con una elección de cultivos basada en su resistencia a las plagas.