Definición de seseo

El seseo es el acto y el resultado de sesear. Esta acción, típica en el habla de los países latinoamericanos y de algunas regiones españolas, consiste en pronunciar la C (cuando está unida a la E o a la I) y la Z como la S.

De esta forma, todos los fonemas que se representan con las grafias C (en las situaciones mencionadas), Z y S resultan idénticos en su pronunciación. Dicho fenómeno comenzó a desarrollarse en el siglo XVI cuando tuvo lugar un proceso de cambio fonético vinculado a estas consonantes sibilantes.

En concreto, podemos establecer que se considera que el seseo comenzó a producirse en Sevilla y en los territorios de su entorno. Poco a poco, dicho fenómeno empezó a extenderse y así llegó a otros muchos rincones de Andalucía, a Badajoz, a Murcia, al archipiélago canario e incluso a Alicante, sin olvidar que también se considera que desde aquí llegó hasta Hispanoamérica.

De la misma manera, los estudiosos del castellano establecen también que el seseo se hace igualmente presente en determinados enclaves de Cataluña, País Vasco, Valencia o Mallorca. En concreto, se expone que en muchos zonas de esas comunidades autónomas o ciudades es utilizado por sus habitantes cuando hablan de manera coloquial en español.

No obstante, indiscutiblemente, donde es más utilizado el seseo es en las provincias andaluzas de Huelva, Sevilla, Málaga y Córdoba, al igual que en el archipiélago canario.

No menos interesante es conocer que tan arraigado está el seseo desde hace años en el mundo que incluso encontramos algunas obras literarias en las que sus autores no dudan en recurrir al uso del mismo en el texto para poder dejar constancia de las características de los personajes e incluso del narrador. Así, por ejemplo, el Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez utiliza el mismo en una de sus obras más emblemáticas: “Platero y yo”.

En concreto, se establece que esa narración poética del año 1914 hace referencia al famoso Platero con la expresión: “tien asero”, que viene a significar “tiene acero”.

Debido al seseo, cuando una persona de Montevideo o de Buenos Aires pronuncia palabras como “zorro”, “sociedad”, “zona” y “soldado”, por ejemplo, no realiza ninguna distinción entre la Z y la S. En otras palabras: ambos fonemas son pronunciados de la misma manera. Esto quiere decir que, al oído, “zo” y “so” suenan igual como consecuencia del seseo.

Lo mismo ocurre con otras expresiones: “cero”, “sede” y “zen” (“ce”, “se” y “ze” resultan equivalentes); “cilantro”, “silo” y “zinc” (“ci”, “si” y “zi” suenan igual); “santo” y “zanahoria” (se igualan “sa” y “za”); y “sumo” y “zumo” (en este caso, “su” y “zu” se pronuncian del mismo modo).

Como se puede apreciar en el último ejemplo (“sumo” y “zumo”), el seseo puede dar lugar a confusiones. Muchas personas, de acuerdo a la región, pueden pronunciar de igual forma el término que se refiere al tradicional deporte japonés y la palabra que menciona el jugo de una fruta o de una planta.

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