Definición de saco amniótico

Saco es un término que deriva de saccus, un concepto latino. Se trata de un envase, receptáculo o recipiente que permite contener algo en su interior. Amniótico, por su parte, es aquello vinculado al amnios (la bolsa que encierra a un embrión).

Se conoce como saco amniótico, por lo tanto, al revestimiento de membranas que se desarrolla a la octava o novena jornada de la fecundación para cubrir al embrión. El saco amniótico está compuesto por el amnios (la membrana interna que contiene al feto y tiene líquido amniótico) y el corion (la membrana exterior que forma parte de la placenta y alberga al amnios).

En el interior del saco amniótico, el feto se encuentra protegido, puede movilizarse y se halla a una temperatura estable. El líquido amniótico incrementa su volumen en el interior del amnios conforme el feto se va desarrollando. Este líquido se encuentra en circulación ya que el feto lo inhala y lo traga pero, a su vez, también lo expulsa.

Cabe destacar que, entre el amnios y el corion, el saco amniótico presenta una capa con una elevada cantidad de fibroblastos y colágeno que posibilita la expansión del saco. Es importante tener en cuenta que el saco amniótico es mucho más grande en el noveno mes de embarazo, cuando el bebé puede pesar unos tres kilogramos, que en las primeras semanas.

El nivel del líquido en el seno del saco amniótico debe mantenerse dentro de ciertos parámetros. Cuando el saco amniótico presenta poco líquido, se produce lo que se conoce como oligohidramnios. En cambio, si el líquido que hay en el interior del saco amniótico es excesivo, se habla de polihidramnios. Veamos dichos conceptos en más detalle, a continuación.

Oligohidramnios

Como se menciona anteriormente, se trata de un fenómeno caracterizado por la escasez de líquido amniótico. Esto se da en un porcentaje de embarazos que no alcanza el 10%, especialmente durante los primeros tres meses, aunque también puede ocurrir hacia el final.

Algunas de las causas son el consumo de fármacos IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, utilizados para combatir la insuficiencia cardiaca, entre otras patologías cardiovasculares, tales como la hipertensión arterial), y puede tener lugar en mujeres que no presenten factores de riesgo. Lo normal es que un oligohidramnios aparezca como consecuencia de ciertas anomalías en el tracto urinario del feto, como ser una obstrucción genitourinaria.

Para el diagnóstico de este trastorno es necesaria la realización de una ecografía (que revele un índice de líquido amniótico por debajo de 5) y el tratamiento debe estar a cargo de un médico especializado. Cabe mencionar que no todos los profesionales de la salud están a favor de tomar la presencia de este trastorno en el saco amniótico como un signo de problemas gestacionales, y esto continúa dando lugar a la controversia.

Polihidramnios

A diferencia del oligohidramnios, el polihidramnios indica el exceso de líquido amniótico (el índice debe ser mayor a 18). Este trastorno puede aparecer como consecuencia de que el feto no consiga ingerir la cantidad normal de líquido, o bien por complicaciones en el estómago, el intestino, en el cerebro, los pulmones o el sistema nervioso, entre otras.

Por lo general, las causas subyacentes que se asocian a este fenómeno en el saco amniótico son las siguientes:

* anomalías en el abdomen del feto, como ser atresia esofágica, normalmente vinculada con agenesia traqueal, fístula traqueoesofágica, atresias intestinales o atresia duodenal, entre otros problemas;

* embarazo múltiple en el que se produzca el síndrome de transfusión fetofetal, o sea que la cantidad de líquido amniótico sea mayor en el gemelo receptor que en el donante;

* déficit de la hormona vasopresina, la cual se encarga de controlar la reabsorción de agua a través de la concentración de orina.

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